Entre los temas de esta miscelánea están, la discusión de la Sociedad Estadounidense de Ornitología de cambiar los nombres en inglés de las especies de aves que llevan nombres de personas, cualquiera que este sea; el descubrimiento de 1o nuevas especies de trilobites, escondidas 490 millones de años en una parte poco estudiada de Tailandia; y de un sistema solar en sincronía.
Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo).– Esta semana en “GALILEO”, el programa sobre ciencia de Estudio B, de SinEmbargo Al Aire en Youtube, se discutieron una serie de temas científicos. La miscelánea incluye planetas que danzan en perfecta simetría alrededor de su estrella, animales con nombres “polémicos” que serán renombrados, nuevos hallazgos que forman paradojas en el espacio exterior y de ajolotes, el peculiar animal en peligro de extinción, y la nueva campaña para salvarlos.
UN “BALLET CÓSMICO”
Un grupo de astrónomos ha descubierto un raro sistema solar en perfecta sintonía de seis planetas que se desplazan como una gran orquesta cósmica no afectada por fuerzas externas desde su nacimiento hace miles de millones de años.
El hallazgo, anunciado la semana pasada, puede ayudar a explicar cómo surgieron los sistemas solares en la Vía Láctea. Este se encuentra a 100 años luz de la Tierra en la constelación Cabellera de Berenice. Un año luz equivale a 9.33 billones de kilómetros.
Un par de satélites buscadores de planetas —el Tess de la NASA y el Keops de la Agencia Espacial Europea— trabajaron juntos en las observaciones.
Ninguno de los planetas se encuentra dentro de la llamada zona habitable de la estrella, lo cual significa que hay escasa o nula posibilidad de vida tal como la conocemos.
“Tenemos un blanco de oro” para la comparación, dijo Adrien Leleu, de la Universidad de Ginebra, miembro de un equipo internacional que publicó los resultados en la revista Nature.
La estrella, llamada HD 110067, podría tener más planetas. Los seis hallados hasta el momento tienen entre dos y tres veces el tamaño de la Tierra, y su densidad es similar a la de los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar. Sus órbitas son de nueve a 54 días, lo cual significa que están más próximos a su estrella que Venus al Sol, lo que los vuelve excesivamente calurosos.
Este sistema solar es singular porque los seis planetas se desplazan como una sinfonía perfectamente sincronizada. Es lo que se llama en términos técnicos una resonancia, “muy precisa, muy ordenada”, dijo el coautor Enric Palle, del Instituto de Astrofísica de las Islas Canarias.
El planeta interior completa tres órbitas por cada dos de su vecino más próximo. Lo mismo sucede con el segundo y el tercero, y con el tercero y el cuarto.
Los dos planetas exteriores completan sus órbitas en 41 y 54,7 días, lo que significa cuatro órbitas por cada tres. El planeta más interior completa seis órbitas en exactamente el mismo tiempo en que el más exterior completa una.
Se cree que todos los sistemas solares, incluido el nuestro, comenzaron así, según los científicos. Pero se calcula que apenas uno de cada 100 conservaron esa sincronización, y el nuestro no es uno de ellos. Los planetas gigantes pueden provocar trastornos, lo mismo que los bombardeos de meteoros, los encuentros cercanos con estrellas vecinas y otras perturbaciones.
Los astrónomos conocen entre 40 y 50 sistemas solares en sintonía, pero ninguno tiene tantos planetas ni una estrella tan brillante como este, dijo Palle.
Hugh Osborn, de la Universidad de Berna, que formó parte del equipo, dijo que estaba “estupefacto y encantado” cuando los períodos orbitales de los planetas de este sistema revelaron ser próximos a lo pronosticado por los científicos. “Quedé totalmente boquiabierto”, dijo. “Fue un momento muy agradable”.
AVES REBAUTIZADAS
En “GALILEO” también discutimos sobre animales con nombres polémicos, como el insecto llamado Hitler. Ahora, La Sociedad Estadounidense de Ornitología anunció que cambiará los nombres en inglés de las especies de aves que llevan nombres de personas, cualquiera que este sea.
The effort will begin in 2024 and will focus initially on 70–80 bird species that occur primarily within the U.S. and Canada and will include public involvement. Learn more about this announcement and process. https://t.co/EgGbux7TPR #BirdNames
— American Ornithological Society (@AmOrnith) November 1, 2023
Los científicos establecerán una nueva entidad de denominación multidisciplinaria y buscarán opiniones del público, informaron en un comunicado en noviembre. La Sociedad comenzará con “70 a 80 especies de aves” en Estados Unidos y Canadá.
¿Qué ejemplo dieron los expertos? Ya en 2020 la sociedad cambió el nombre de un pequeño pájaro cantor de las praderas, que se encuentra también en las grandes llanuras, a “pinzón de pico grueso”. El nombre original del pájaro era “escribano de Mccown”, en honor a John P. Mccown, un naturalista aficionado que luego se convirtió en general del ejército confederado durante la guerra civil de EU.
Ese nombre fue percibido como un vínculo doloroso con la esclavitud y el racismo en aquel país. Con esta decisión, la sociedad de ornitólogos busca “luchar contra las prácticas históricas y contemporáneas que contribuyen a la exclusión de los afroamericanos, los indígenas y otras personas de color.
UNA ÉPOCA “OSCURA” DE LA TIERRA
Diez nuevas especies de trilobites, escondidas 490 millones de años en una parte poco estudiada de Tailandia, pueden ser las piezas que faltan en un rompecabezas de la geografía del pasado remoto.
Los trilobites –criaturas marinas extintas con cabezas en forma de media luna que respiraban a través de sus piernas– son el protagonista de una monografía de 100 páginas publicada en la revista Papers in Paleontology, donde se ofrecen grandes detalles sobre la nueva especie, incluida una que lleva el nombre de la princesa real tailandesa Maha Chakri Sirindhorn.
Los fósiles de trilobites quedaron atrapados entre capas de ceniza petrificada en arenisca, producto de antiguas erupciones volcánicas que se depositaron en el fondo del mar y formaron una capa verde llamada toba. A diferencia de otros tipos de rocas o sedimentos, las tobas contienen cristales de circón, un mineral que se formó durante una erupción y que, como sugiere el nombre de la capa de roca que los contiene, es resistente.
El circonio es químicamente estable y resistente al calor y a la intemperie. Es duro como el acero y persiste cuando los minerales de otros tipos de rocas se erosionan. Dentro de estos resistentes cristales de circón, los átomos individuales de uranio se desintegran gradualmente y se transforman en átomos de plomo.
“Podemos utilizar técnicas de radioisótopos para fechar cuándo se formó el circón y así encontrar la edad de la erupción, así como el fósil”, dijo Nigel Hughes, coautor de la monografía y profesor de geología de Universidad de California Riverside.
Es raro encontrar tobas de este período de tiempo particular, el período Cámbrico tardío, hace entre 497 y 485 millones de años. “No hay muchos lugares en el mundo que tengan esto. Es uno de los intervalos de tiempo peor fechados en la historia de la Tierra”, dijo Hughes.
“Las tobas nos permitirán no sólo determinar la edad de los fósiles que encontramos en Tailandia, sino también comprender mejor partes del mundo como China, Australia e incluso América del Norte, donde se han encontrado fósiles similares en rocas que no pueden fecharse”, dijo Shelly Wernette, ex geóloga del laboratorio Hughes ahora en la Universidad Estatal de Texas y primera autora de la monografía.
Para Wernette, el descubrimiento más interesante fueron 12 tipos de trilobites que se habían visto en otras partes del mundo, pero nunca antes en Tailandia. “Ahora podemos conectar Tailandia con partes de Australia, un descubrimiento realmente emocionante”.
Durante la vida de los trilobites, esta región estaba en los márgenes exteriores de Gondwanalandia, un antiguo supercontinente que incluía África, India, Australia, América del Sur y la Antártida.
“Debido a que los continentes cambian con el tiempo, parte de nuestro trabajo ha sido determinar dónde estaba esta región de Tailandia en relación con el resto de Gondwanalandia”, dijo Hughes. “Es un rompecabezas 3D en movimiento y que cambia de forma que estamos tratando de armar. Este descubrimiento nos ayudará a lograrlo”.
UNA POSIBLE PARADOJA
Un nuevo estudio dirigido por el astrónomo de la Universidad de Florida (Estados Unidos) Adam Ginsburg aporta unos hallazgos pioneros arrojan luz sobre una misteriosa región oscura en el centro de la Vía Láctea apodada “El Ladrillo” debido a su opacidad, según publican en la revista The Astrophysical Journal.
Para descifrar los secretos de esta turbulenta nube de gas, Ginsburg y su equipo de investigación, recurrieron al telescopio espacial James Webb (JWST). Según destacan, las implicaciones de sus observaciones son enormes ya que los hallazgos no sólo desvelan una paradoja en el centro de nuestra galaxia, sino que indican la necesidad crítica de reevaluar las teorías establecidas sobre la formación estelar.
“El Ladrillo” ha sido una de las regiones más intrigantes y estudiadas de nuestras galaxias, gracias a su tasa de formación estelar inesperadamente baja. Lleva décadas desafiando las expectativas de los científicos ya que, como nube llena de gas denso, debería estar madura para el nacimiento de nuevas estrellas y, sin embargo, presenta una tasa de formación estelar inesperadamente baja.
Utilizando las avanzadas capacidades infrarrojas del JWST, el equipo de investigadores se asomó al interior de “El Ladrillo”, descubriendo allí una presencia sustancial de monóxido de carbono (CO) congelado. Alberga una cantidad de hielo de CO significativamente mayor de lo previsto, lo que tiene profundas implicaciones para la comprensión de los procesos de formación estelar.
Nadie sabía cuánto hielo había en el Centro Galáctico, según Ginsburg. “Nuestras observaciones demuestran de manera convincente que el hielo es muy frecuente allí, hasta el punto de que todas las observaciones futuras deberán tenerlo en cuenta”, afirma.
Las estrellas suelen surgir cuando los gases se enfrían, y la presencia significativa de hielo de CO debería sugerir una zona próspera para la formación estelar en “El Ladrillo”. Sin embargo, a pesar de esta abundancia de CO, Ginsburg y el equipo de investigación descubrieron que la estructura desafía las expectativas. El gas del interior de “El Ladrillo” es más caliente que el de nubes comparables.
Estas observaciones ponen en tela de juicio nuestra comprensión de la abundancia de CO en el centro de nuestra galaxia y de la relación crítica gas-polvo allí existente. Según los resultados, ambas medidas parecen ser más bajas de lo que se pensaba.
Sus hallazgos superan las limitaciones de las mediciones anteriores, que se limitaban a un centenar de estrellas. Los nuevos resultados abarcan más de diez mil estrellas y proporcionan valiosos datos sobre la naturaleza del hielo interestelar.
Dado que las moléculas presentes hoy en nuestro Sistema Solar fueron, en algún momento, probablemente hielo en pequeños granos de polvo que se combinaron para formar planetas y cometas, el descubrimiento supone también un salto adelante hacia la comprensión de los orígenes de las moléculas que dan forma a nuestro entorno cósmico.
Estos son sólo los primeros hallazgos del equipo a partir de una pequeña fracción de sus observaciones de “El Ladrillo” con el JWST. De cara al futuro, Ginsburg se propone realizar un estudio más exhaustivo de los hielos celestes.
CENAR CON UN AJOLOTE
El ajolote, el anfibio más característico de la zona lacustre de Ciudad de México, Xochimilco, está cada vez más cerca de la extinción y por ello la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lanzó esta semana una nueva campaña para intentar salvarlo pidiendo a la sociedad que adopte uno.
“Adoptaxolotl”, claman los ecologistas en las redes recuperando la grafía náhuatl ‘axolotl’ que significa “monstruo del agua”.
La adopción virtual, por 30 dólares, incluye actualizaciones en directo sobre la salud de “tu” ajolote y un certificado. Para presupuestos más escasos, por 10 dólares puedes invitar a “cenar” unos ricos gusanos de fango a esta especie de salamandra cuya cabeza recuerda a la de un simpático dragón.
Los más pudientes pueden financiar por un año “la casa de un ajolote”, es decir, una chinampa, las balsas de tierra de origen prehispánico rodeadas de canales que sirven para el cultivo de hortalizas y flores y que se pueden convertir en refugios de esta especie.
La densidad de población de los ajolotes en Xochimilco cayó en menos de 20 años de seis mil ejemplares por kilómetro cuadrado en 1998 a 36 por kilómetro cuadrado en 2014 y la situación “va a peor”, afirmó Luis Zambrano, del instituto de Biología de la UNAM y uno de los promotores de la iniciativa.
De las 18 especies de ajolote que hay en México casi todas están en peligro crítico de extinción, amenazadas por la contaminación del agua, hongos y especies no autóctonas que nadan en su hábitat y los desplazan.
Se han convertido en un icono cultural en México por su aspecto único y su extraña capacidad para regenerar extremidades. En laboratorios de todo el mundo, los científicos creen que este poder curativo podría ser el secreto de la reparación de tejidos e incluso de curas para el cáncer.
Recientemente “se encontró huella genética del ajolote (en los canales) pero estamos mucho más cerca de extinción”, alertó. Los académicos confían en poder iniciar un nuevo censo a partir de marzo de 2024 para ver realmente en qué punto está la población.
El año pasado la campaña logró recaudar unos 25 mil dólares, cifra que esperan duplicar ahora pero se necesita mucho más dinero para proteger a este anfibio.
El investigador subrayó que la campaña de recaudación de fondos surgió para contrarrestar los recortes de presupuesto que han tenido este tipo de proyectos y también para involucrar a la sociedad. No sólo para que apoyen el medio ambiente sino para que lo defiendan y alcen la voz cuando las autoridades quieran perjudicarlo.
“Ya no hay tiempo para Xochimilco”, dijo Zambrano. “La invasión es muy fuerte, canchas de fútbol, antros flotantes” por toda la zona lacustre. “Es muy triste”.
Hay 40 refugios para el ajolote en Xochimilco, que suponen menos de un 1 por ciento de la superficie de canales. “Se necesitan 400 y ligados entre ellos para que los ajolotes se puedan mover”, indicó Zambrano.
Y eso significa conseguir unos 30 millones de dólares, una cantidad menor de la que las autoridades se gastaron en la construcción de un polémico puente que cruzó este barrio y que fue fuertemente criticado por los ecologistas por los daños ambientales que supuso.
Sin datos sobre el número y la distribución de las distintas especies de ajolotes en México, es difícil saber cuánto les queda a estas criaturas y dónde priorizar los recursos disponibles.
“Lo que sé es que tenemos que trabajar urgentemente”, afirmó Alejandro Calzada, otro investigador especializado en el estudio de esta criatura.
Su equipo, por ejemplo, cada vez encuentra más ejemplares muertos por un tipo de hongo que se come la piel y provoca una gran mortalidad de anfibios desde Europa hasta Australia.
Los ajolotes crecen hasta 30 centímetros de largo y utilizan cuatro piernas para arrastrarse y una cola gruesa para nadar en los canales mientras se alimentan de insectos acuáticos, peces pequeños y crustáceos.