La agencia espacial estadounidense utilizó información de ocho microsatélites para registrar el movimiento de microplásticos en los océanos del mundo, lo que permite conocer más sobre la contaminación en el planeta.
Washington, 8 de diciembre (RT).– La NASA publicó el pasado 4 de diciembre un mapa animado que muestra el flujo del plástico oceánico y pone de relieve la magnitud de la contaminación de las aguas marinas a nivel mundial.
Tal representación se hizo posible gracias a un nuevo método de cuantificar los volúmenes de esa sustancia, desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Míchigan, en Estados Unidos.
Researchers used satellite data to detect and track masses of plastic floating in the ocean. https://t.co/7HPmdtA5eI pic.twitter.com/LDAM4ymhC9
— NASA Earth (@NASAEarth) December 4, 2021
El mapa detalla la localización y concentración del plástico que flotaba en los océanos entre abril de 2017 y septiembre de 2018.
Los datos para la representación animada fueron recolectados entre los 38 grados de latitud norte y 38 grados de latitud sur por ocho microsatélites del sistema de predicción de huracanes Cyclone Global Navigation Satellite System (CYGNSS).
¿CÓMO SE MOLDEÓ EL MAPA?
Normalmente, los científicos calculan la cantidad de residuos plásticos en aguas marinas mediante su recolección por redes de arrastre. En este caso, se usó una técnica innovadora: los especialistas analizaron señales de radio emitidas por satélites GPS, que se reflejaron en la superficie del océano y luego fueron captadas por el CYGNSS.
Así, los expertos pudieron calcular la rugosidad de la superficie marina. El asunto radica en que si hay plástico u otros desechos, entonces las olas se atenúan, lo que hace que la superficie sea menos agitada.
“En aguas más limpias hay un alto grado de coincidencia entre la rugosidad del océano y la velocidad del viento. Pero a medida que nos adentramos en la gran mancha de basura en el Pacífico, se observa una mayor discrepancia entre las mediciones de la velocidad del viento y la rugosidad de la superficie”, explicó Chris Ruf, uno de los autores del estudio.
Según las estimaciones presentadas en el comunicado sobre la investigación, cerca de ocho millones de toneladas de plástico acaban cada año en el océano a través de ríos y playas.