En Irlanda están las segundas oficinas más grandes de Facebook desde donde se realizan las operaciones para toda Europa, Medio Oriente y África. Conoce cómo Zuckerberg consiente a sus empleados del otro lado del mundo.
Por Elena Santos
Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo/HuffingtonPost).- Silicon Valley, el centro neurálgico de la tecnología mundial, cuenta con su réplica europea en la zona conocida como Silicon Docks en Dublín (Irlanda).
Se trata de los antiguos muelles de la ciudad, reconvertidos hoy en un barrio de modernos edificios de acero y cristal junto al Gran Canal en el que se concentran las sedes europeas de grandes compañías como Twitter, Google, LinkedIn o Facebook.
Desde esta última —la más grande de Facebook después de la de Menlo Park, en San Francisco (California, Estados Unidos)— mil empleados se encargan de las operaciones para Europa, Oriente Medio y África. La compañía de Mark Zuckerberg prevé doblar el número de trabajadores en Irlanda de aquí a pocos años, por lo que acaba de estrenar la mitad que hasta ahora tenía vacía del enorme edificio que ocupa en el número cuatro de Grand Canal Square.
Echa un vistazo al interior de sus instalaciones para hacerte una idea de cómo es el día a día de sus trabajadores:
Aunque el edificio, ubicado en Grand Canal Square, es obra del arquitecto Daniel Libeskind, el diseño de su interior lleva el sello de Frank Gehry. Con una superficie de más de 11 mil metros cuadrados, alberga a unos mil empleados de 68 nacionalidades distintas. El patio central lo ocupa el Hacker Cafe, donde los empleados disponen de varias barras de comida, buffet de ensaladas y postres. Se sirven desayunos, comidas y cenas, pero también se puede pedir la comida para llevársela a casa.
En esta sala dedicada a presentaciones y pequeños eventos se puede ver el estilo industrial presente en todas las sedes de Facebook: techos con cableado y tuberías al aire, columnas y suelos de hormigón, con lo que se procura crear una identidad común, facilitar el mantenimiento y recordar una de las máximas de la compañía: “Todo está por hacer”.
En esta pared pintada con el azul corporativo cuelgan siluetas de metal. No son figuras al azar: cada empleado tiene la suya y la diseña como quiere. De hecho, muchos eligen inmortalizarse practicando su actividad favorita o en compañía de otras personas.
El edificio en realidad se compone de dos mitades idénticas. Hasta hace unas semanas, los mil empleados sólo ocupaban una parte. Previendo que de aquí a un tiempo la plantilla será el doble, ya está todo preparado para albergar a la futura plantilla. Éste es el aspecto de la mitad recién inaugurada. (Un detalle: las mesas tienen varias alturas y permiten incluso trabajar en ellas de pie).
El arte urbano está muy presente en todas las sedes de la compañía. Son artistas locales los encargados de decorar las paredes de cada una de ellas.
Numerosas cocinas y zonas de descanso salpican las oficinas para que el empleado tenga a mano snacks, fruta, cafés y bebidas sin tener que desplazarse fuera del edificio ni hacer colas. Y todo gratis.
Los empleados pueden elegir todo lo que deseen de expositores como éste.
En la cafetería Barista los trabajadores pueden pedir sus cafés al gusto mientras juegan al billar o al futbolito.
Otra opción para relajarse es echar una partida de pimpón o trastear en la pantalla táctil gigante que muestra los usuarios conectados a Facebook en cada rincón del mundo.
Los trabajadores sólo tienen que introducir su tarjeta de empleado en esta máquinas expendedora de material informático —que tiene desde pilas hasta teclados de ordenador— para obtener lo que necesiten. Aunque no tienen que pagar nada, sí aparecen indicados los precios para que estén concienciados de su coste.
En esta pared de Lego se puede dar rienda suelta a la creatividad. No faltan el Grumpy Cat, Pikachu, Mario Bros o los logos de las empresas de la compañía, como los de Instagram o WhatsApp.
Quien desee dedicar un rato a la lectura puede acudir a los sillones de la pequeña biblioteca, en la que se pueden encontrar desde libros de programación, glosarios de nombres de bebés o incluso la biografía de Steve Jobs, cofundador de Apple.
En la biblioteca también hay iPads y equipos de música de libre uso.
En esta sala de gadgets, los trabajadores pueden probar las últimas novedades tecnológicas (desde móviles a gafas de realidad virtual) de distintas marcas.
Aquí el muro de Facebook es literal y está abierto a todos los visitantes que deseen estampar su firma, un mensaje o un dibujo.
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