Silvina Romano, Coordinadora del Observatorio Lawfare, criticó en entrevista con “Los Periodistas” que no se cuestionen las implicaciones de que medios sean financiados desde el Gobierno de Estados Unidos sobre todo espacios de periodismo que se llaman a sí mismo independientes. “Esos sectores luego están muy vinculados a la espectacularización de causas judiciales, a la criminalización de determinados sectores de la política, a esta bajada de línea permanente que plantea que el Estado es ineficiente, que los políticos son todos corruptos, entonces me parece que meternos un poquito más ahí es importante”.
Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).– Una red de organizaciones, agencias e industrias estadounidenses financian medios en México y América Latina como parte de la guerra judicial, mejor conocida como lawfare, emprendida por la derecha para difundir a la opinión pública causas judiciales manufacturadas para atacar a gobiernos progresistas, expuso en entrevista Silvina Romano, Coordinadora del Observatorio Lawfare, una organización que da seguimiento a la guerra judicial en América Latina.
“Estamos hablando de una red que tiene que ver con el lawfer, es decir, cómo se manufacturan causas judiciales, mediáticas o con repercusión mediática espectacular y que lleva a la criminalización de ciertos sectores de la política. A mí me llamó la atención cuando encontré esto que había un consorcio de periodistas, un grupo de investigación conformado por periodistas que se dan a la tarea de investigar, a profundizar (en estas causas)”, comentó Romano en entrevista con “Los Periodistas”.
El Observatorio Lawfare que coordina Silvina Romano reconoce que América Latina hoy más que nunca es un espacio en disputa y de tensiones políticas que buscan ser dirimidas en el campo de lo jurídico, para ello el lawfare, o la guerra judicial, ”se ha empleado hasta alcanzar procesos electorales y aparatos financieros, incluyendo por momentos el libreto de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Se trata de un proceso de largo aliento que supera la instrumentalización del aparato judicial con fines políticos”.
Silvina Romano expuso que se trata de un arquitectura integrada por varias instituciones que están en otros países y que están vinculadas de alguna manera con el gobierno o con el sector privado estadounidense. “Cuando hablo del sector privado generalmente hablo de empresas que brindan dinero y financiamiento al tercer sector que son las ONG, la fundaciones o en el caso del periodismo, directamente medios de comunicación que tienen sus periodistas y representantes en diferentes países de América Latina”.
“Cuando uno rastrea esta red institucional llama mucho la atención porque si vemos, por ejemplo, el tema del lawfer que estamos hablando hace un tiempito esta guerra por la vía judicial y mediática, nota que muchos de los espacios de periodismo llamado independientes en realidad obtienen financiamiento proveniente de agencias del gobierno de Estados Unidos, esto no es algo ilegal o apócrifo, en el marco de acuerdos bilaterales de asistencia para el desarrollo”, ahondó Romano.
Silvina Romano criticó el que no se cuestione las implicaciones de que estos medios sean financiados desde el Gobierno de Estados Unidos sobre todo espacios de periodismo que se llaman a sí mismo independientes. “Esos sectores luego están muy vinculados a la espectacularización de causas judiciales, a la criminalización de determinados sectores de la política, a esta bajada de línea permanente que plantea que el Estado es ineficiente, que los políticos son todos corruptos, entonces me parece que meternos un poquito más ahí es importante”.
—¿Cuáles son las agencias del gobierno de Estados Unidos más activas en América Latina, en términos de la influencia sobre medios de comunicación? —se le preguntó.
—La USAID es una de las agencias más importantes. La USAID se genera como un organismo de asistencia para el desarrollo a nivel internacional y tiene como contracara, sobre todo en América Latina, la asistencia para las fuerzas armadas de América Latina en la contrainsurgencia, las dos cosas fluyen siempre a la vez, no hay que tener confusión en esto.
Romano indicó que al leer los documentos fundacionales de lo que es la asistencia para el desarrollo, se percata que es una herramienta de poder blando para lograr que los gobiernos, los sectores políticos, operen de modo tal que favorezca al sector privado estadounidense.
“La USAID tiene llegada a casi todas las instituciones de formación incluso política en América Latina. ¿Qué pasaría si el gobierno de Claudia Sheinbaum dice ‘vamos a abrir una del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, en varios espacios, en varios estados de Estados Unidos donde están nuestros colegas, nuestros compañeros mexicanos o gente que de segunda generación, tercera generación’, sería visto como que como una amenaza o una injerencia del gobierno mexicano en territorio estadounidense, al revés nadie dice absolutamente nada”.
La Coordinadora del Observatorio Lawfare habló también sobre el papel de la National Endowment for Democracy, una agencia bipartidista que se creó a principios de los años 80 para contrarrestar todo el movimiento de liberación en Centroamérica y para legitimar dentro de Estados Unidos, frente a la opinión pública, la necesidad de que Estados Unidos interviniera en Centroamérica con lo que eso ha dejado.
“Estamos viviendo hoy el coletazo de eso con estas olas migratorias, porque dejaron a las economías destrozadas, a los territorios tierra arrasada. Entonces tenemos estas dos agencias que tienen vínculo con cientos de organismos no gubernamentales y fundaciones, que son lo que se llama el tercer sector, y muchos de esos organismo, están vinculados a periodismo independiente, portales de páginas web”, refirió.
Silvina Romano habló sobre la gravedad de cómo se va manufacturando un consenso para generar un relato en contra de determinados sectores de la política. “Los gobiernos no pueden, no deben incidir en la libertad de prensa, pero la Embajada estadounidense sí, pero las grandes corporaciones que están vinculadas a medios de comunicación como CNN, como Bloomberg sí pueden interferir nada más y nada menos que en la política interna de nuestros países a través de causas judiciales espectacularizadas y donde estos periodistas han emitido sentencia de culpable contra determinados políticos y sectores de la política mucho antes del debido proceso judicial”.