La desmesura de requisitos para los ciudadanos comunes que están hartos de los partidos políticos y buscan candidaturas independientes se refleja en otros terrenos como los gastos de campaña.
Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).- Quien hace las reglas controla el juego. Eso lo saben los diputados, tanto federales como locales, de la misma manera que entienden que la mayoría de los partidos políticos despiertan muy poca confianza al estar muy desprestigiados, por lo que se han esmerado en hacer más tortuoso, imponiendo metas y requisitos, el camino que de quienes buscan ser candidatos independientes a algún cargo de elección popular.
Ejemplo de ello son los aspirantes a la candidatura presidencial, quienes deben reunir el 1 por ciento de firmas del total de ciudadanos que integran la Lista Nominal de Electores (LNE) del país, con corte al pasado 31 de agosto del 2023.
Para esas fechas, el 1 por ciento de la LNE representa 961 mil 405 firmas de apoyo, un número absurdo que supera por mucho la membresía total que varios partidos aseguran tener en toda la República, que los aspirantes a candidatos independientes tienen que reunir en 120 días, plazo que se vence el 6 de enero del 2024.
No obstante, la desmesura de estos requisitos para los ciudadanos comunes que están hartos de los partidos políticos se refleja en otros terrenos como los gastos de campaña.
En este sentido, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que para el próximo año los siete partidos políticos con registro nacional dispondrán de más de 3 mil millones de pesos; mientras que los candidatos independientes que logren registrarse a diferentes cargos de elección popular tendrían que repartirse, entre todos, apenas 66 millones de pesos.
Se podría presumir que en los próximos comicios no habrá candidato independiente a la Presidencia de la República.
En términos económicos, quienes logren registrarse para una candidatura independiente estarán en una enorme desventaja frente a los candidatos de los siete partidos oficiales.
En cuanto a los aspirantes a candidatos independientes al Senado de la República, estos deben reunir firmas para buscar el respaldo suficiente que les permita registrarse en un plazo de 90 días, el cual vencerá el 21 de diciembre del 2023.
En el Estado de México, por ejemplo, quien aspire a una candidatura independiente al Senado tendría que reunir 253 mil firmas de apoyo; en Ciudad de México se necesitarían 156 mil firmas y en Veracruz, 119 mil firmas.
La enorme cuota de apoyos se les exige a los aspirantes independientes al Senado, pese a que algunos partidos como el PAN apenas tienen registrados 18 mil afiliados en Ciudad de México, 28 mil afiliados en Estado de México y una membresía de 23 mil simpatizantes en Veracruz.
Los absurdos también pueden observarse en el requisito de firmas de apoyo para quienes aspiren a ser candidatos independientes a una diputación federal.
Por ejemplo, para competir en el Distrito 8 de Tampico, Tamaulipas, un aspirante independiente tendría que reunir 8 mil 400 firmas de apoyo; y quien pretendiera competir por el Distrito 11 de la Alcaldía Venustiano Carranza, en Ciudad de México, necesitaría reunir 8 mil firmas de respaldo.
Estos requisitos se les imponen a los aspirantes independientes pese a que hay partidos como el PRD que sólo tiene mil 581 militantes afiliados en Campeche; 2,527 en San Luis Potosí y apenas 3,096 en Sonora. Y hay casos más absurdos, como el del PAN, que en Tabasco sólo tiene registrados, en todo el estado, 603 afiliados reconocidos oficialmente por el Instituto Nacional Electoral.
El Congreso de la Unión que se renovará el domingo 2 de junio del 2024, integrado por las cámaras de diputados y senadores, debería legislar para hacer más accesibles los requisitos para que los ciudadanos independientes puedan inscribirse y competir por cargos de elección popular.
Ahora que los candidatos de todos los partidos estén en campaña, habría que exigirles que modifiquen las leyes electorales para el camino hacia el poder sea menos tortuoso para los ciudadanos sin partido.