Por otra parte, la segunda caravana de migrantes centroamericanos, que ingresó al país diez días después de la primera, llegó al Municipio de Matías Romero, en el estado de Oaxaca.
Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).– Miembros de la caravana de migrantes centroamericanos exigieron hoy ante la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos que se les proporcionen autobuses para llegar de forma segura a la frontera con Estados Unidos.
Un grupo de los 5 mil migrantes que se concentran en un centro deportivo en el este de Ciudad de México realizaron un recorrido de unos 13 kilómetros hasta llegar a las instalaciones de la ONU-DH, en la acomodada colonia Polanco.
Encabezados por el periodista hondureño Milton Benítez, pidieron 150 autobuses para poder continuar por el territorio mexicano el camino que iniciaron el 13 de octubre en San Pedro Sula.
Estos vehículos “pueden evitar muertes”, señaló Benítez, quien apuntó que no deben repetirse tragedias como la ocurrida en 2011 en San Fernando, en el nororiental estado de Tamaulipas, cuando 72 migrantes fueron asesinados presuntamente a manos del grupo criminal Los Zetas.
El periodista agregó que quieren que “los derechos humanos, por una vez, no sequen lágrimas, sino que las eviten”.
A propuesta del personal de la ONU-DH, una delegación del grupo de migrantes realizó una reunión a puerta cerrada con integrantes de este organismo, de ACNUR y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Por parte de los migrantes accedió Benítez y una delegación conformada por representantes de cada uno de los departamentos hondureños y de Guatemala.
En autobuses es “más seguro, porque nos da miedo, de tantas cosas que han sucedido a nuestros compañeros, hombres y mujeres”, señaló a Efe Karen, una de las migrantes.
Durante el recorrido, en ocasiones puntuales les han ofrecido autobuses, pero sólo para mujeres y niños, comentó Karen.
“Los hombres también son seres humanos y tienen el mismo derecho”, clamó esta hondureña, quien salió de su país con su hermano, menor de edad, y sus hijos.
Otro de los participantes de la caravana, Jorge Alberto Alemán, reconoció a Efe que quieren salir “ya” de la capital, “porque mucha gente se está desesperando y se está yendo para Honduras”.
Cuando abordan vehículos con el objetivo de desplazarse, argumenta, los migrantes tienen “miedo a ser secuestrados”, situación que se agravaría en las siguientes etapas del camino, “porque de aquí para arriba es mucho más peligroso”.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se han recibido 19 quejas por presuntas violaciones a derechos humanos, y además se investiga la probable desaparición de migrantes en los estados de Veracruz y Puebla.
En este sentido, la ONU-DH aseveró en un comunicado haber recibido información sobre “un grupo de personas migrantes que habrían abordado dos buses aparentemente no identificados en el estado de Puebla y cuyo paradero sería desconocido”.
Dichos hechos ya han sido denunciados ante la Fiscalía General de Puebla, en el centro del país.
Por otra parte, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México presentó un censo en el que registraron a 4 mil 814 personas en las instalaciones del centro deportivo, pese a que la organización Pueblo Sin Fronteras, que acompaña al movimiento migratorio, había cifrado la presencia en más de 5 mil.
Entre las personas censadas hay mil 726 menores de edad (310 de ellos tienen entre cero y cinco años) y 24 mujeres embarazadas.
La Comisión indicó que 85 por ciento de los migrantes son de origen hondureño, mientras que el resto son de Guatemala, El Salvador y otras nacionalidades.
La titular del organismo, Nashieli Ramirez, comentó que la noche de ayer fueron deportados 36 adultos y un menor que habían solicitado su regreso al país.
Por otra parte, la segunda caravana de migrantes centroamericanos, que ingresó al país diez días después de la primera, llegó al Municipio de Matías Romero, en el estado de Oaxaca.