Diana Delgado fue una estudiante indocumentada en Estados Unidos y gracias al Dream Act pudo asistir a Loyola Marymount, junto a Tiffany Trump, hija del magnate republicano. En una misiva publicada este día por el diario Los Angeles Times, que ha conmovido a Estados Unidos, la joven indocumentada peruana le reclamó al magnate republicano por usar a la comunidad de migrantes “como un “partido de futbol político”.
“Usaré lo que me dieron ese día [su título] para protegerme a mí, y a mi familia. Y si es electo, voy a usarlo para darte, a usted, el infierno…”
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Ciudad de México, 8 de noviembre.– Diana Delgado Cornejo reclamó a Donald Trump los comentarios y amagos de deportación a los migrantes indocumentados hechos durante su campaña, le recordó que ella fue una estudiante de excelencia y que él fue testigo de los hechos, pues recibió un reconocimiento junto a su hija, Tiffany Tump, cuando se graduaron de la secundaria.
Diana Delgado fue una estudiante indocumentada en Estados Unidos y gracias al Dream Act pudo graduarse Loyola Marymount, generación 2006. Además ha participado en las manifestaciones universitarias en contra de los planes migratorios anunciados por el empresario convertido en político.
En una misiva publicada este día por el diario Los Angeles Times, la joven peruana le reclamó al magnate republicano usar como un “partido de futbol político” a la comunidad de migrantes para justificar los problemas de Estados Unidos.
De acuerdo con el diario, actualmente Delgado es una académica de la Real Escuela de Música de la Iglesia en América y escritora independiente. Tiffany es la hija menor de Trump, del matrimonio que mantuvo el magnate con Marla Maples.
Hemos sentido la amenaza inminente de la deportación por más de una década. Aparece en las sonrisas de los agentes de policía repartiendo multas de tráfico, en la mirada sospechosa de un empleador despidiendo a mi padre por no tener un número válido de Seguro Social. Mi familia conoce el miedo tan íntimamente como usted conoce su canción favorita. Tomamos con temor el jugo de naranja y los huevos cada mañana. Cada momento vivo de mis padres es una apuesta por mi mejor futuro. Cada nuevo día viene con la amenaza de perderlo todo.
Y continúa: ¿Entiende lo que es vivir de esa manera? Ustedes han utilizado a familias como la mía como un fútbol político, una población convenientemente indefensa y lejana, para culpar a los problemas de esta nación. Pero, como usted puede estar pensando ahora, no estamos tan distantes”.
“Estimado Donald”, empieza la carta de Diana. “Estoy seguro de que no me recuerda. Usted se sentó en la tercera fila de mi graduación de la secundaria; llevaba una corbata rosa salmón, ruidosa. Su hija Tiffany y yo habíamos pasado seis años juntas en Viewpoint School, un pequeño bastión de privilegios ubicado junto a Mulholland Highway. Mientras usted veía la ceremonia, probablemente usted no pensó que era posible que una estudiante indocumentada estaría recibiendo el mismo prestigioso diploma que su hija”.
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“Usted, incluso, me pudo haber aplaudido cuando caminé a través del escenario. O tal vez no lo hizo. Mis padres, ‘inmigrantes ilegales’, se sentaron dos filas detrás de usted. Aplaudieron a su hija. Aplaudieron a todos”, recuerda.
“En octavo grado, Tiffany y yo estábamos en una misma obra: ‘Las Crónicas de Narnia’. Ella era la Bruja Blanca y yo era uno de los guerreros de Aslan. Nos enfrentamos a muerte en el escenario, pero tras bambalinas, comimos entremeses turcos de la mesa de apoyo junto al resto del elenco. Mis padres llegaron a las tres actuaciones. A usted no lo vi allí”, dice.
La migrante, quien escribe regularmente en algunos medios y sigue siendo indocumentada, agrega:
“No tengo papeles, no tengo dinero, pero recibí la misma educación de 220 mil dólares que tu hija. Sé que Lewis y Clark se aventuraron a territorio extranjero sin permiso y fueron llamados ‘pioneros’. Mi familia y yo somos llamados ‘ilegales’. Tal vez mi educación me ayude a cambiar esa designación a pionera. Mi educación se enriqueció con el dinero que usted donó a la escuela. Estoy luchando por un futuro con armas con las que nunca supo usted que me armó. A pesar de su determinación de aplastar a la gente como yo, me gradué de Viewpoint y luego de la universidad, con honores, tengo otra beca de tiempo completo. Nunca he pagado un centavo de mi bolsillo por mi educación, soy su pesadilla nativista. Ahora sé que usted me ayudó”.
Diana dice que “Tiffany fue amable, pero no puede redimirlo a usted. Es personal entre usted y yo, Donald. En la graduación, usted se sentó dos hileras delante de mi familia. Usaré lo que me dieron ese día [su título] para protegerme a mí, y a mi familia. Y si es electo, voy a usarlo para darte, a usted, el infierno”.