La entidad, desde la llegada del Gobernador Alfaro en diciembre de 2018 tras ganar las elecciones con Movimiento Ciudadano, ha visto aumentar primero en homicidios y luego disminuir levemente en años más recientes, pero incluso cuando han bajado, el estado se ha mantenido con regularidad entre los más violentos del país.
Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).– Una balacera en las afueras de un centro comercial en Zapopan, Jalisco, en una zona exclusiva de la ciudad, volvió a poner en el centro el tema de la violencia en la entidad, un problema que, lejos de cesar bajo la administración de Enrique Alfaro, se ha intensificado en varios apartados.
El incidente del domingo estalló por el intento de secuestro de un empresario, confirmó el pasado 3 de octubre Presidente Andrés Manuel López Obrador. El enfrentamiento entre escoltas y agresores se llevó a cabo en plenas calles de la ciudad, con vehículos y armas largas enfrentándose durante largos minutos que causaron pánico y fueron ampliamente grabados y compartidos por usuarios de redes.
Pero este no el peor evento que se ha registrado en lo que va del año. Apenas a principios de agosto, una serie de arrestos ocurridos en Jalisco y Guanajuato realizados por el Ejército, desencadenaron enfrentamientos y quema de vehículos y negocios durante la noche del martes 9 de agosto en ambas entidades, de las más peligrosas del país.
El Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que el operativo tuvo lugar 50 kilómetros al norte de la capital del estado y dejó cinco detenidos y un sospechoso muerto. El Presidente Andrés Manuel López Obrador indicó durante su conferencia de prensa matutina que aparentemente había “una reunión de dos bandas” cuando llegaron elementos de la Secretaría de la Defensa y “hubo un enfrentamiento, hubo detenciones, esto es lo que provocó las protestas, las quemas de vehículos, no sólo en Jalisco sino en Guanajuato”.
El mandatario no aclaró quiénes fueron los arrestados, ni mencionó los nombres de las organizaciones a las que pertenecían sólo indicó, sin dar más detalles, que se presume que los que estaban en ese encuentro eran “jefes” de los grupos delictivos.
Las imágenes en Jalisco recordaban a la peor época de los enfrentamientos entre autoridades y grupos criminales de sexenios anteriores, con automóviles quemados en distintos puntos de la ciudad y un implícito toque de queda entre la población para evitar las calles incluso de día. En aquella ocasión no hubo fallecimientos reportados.
El Consulado de Estados Unidos en Guadalajara emitió una alerta de seguridad esa semana para que sus ciudadanos se mantuvieran resguardados y siguieran las recomendaciones de las autoridades. Según explicó Alfaro en un video divulgado en redes, los criminales “intentaron bloquear las salidas de la ciudad para evitar que los refuerzos pudieran llegar” hasta el lugar del operativo en Ixtlahuacán del Río. Y es que de Jalisco es originario el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más poderosos del continente.
LA VIOLENCIA QUE NO ACABA
La entidad, desde la llegada del Gobernador Alfaro en diciembre de 2018 tras ganar las elecciones con Movimiento Ciudadano, ha visto aumentar primero en homicidios y luego disminuir levemente en años más recientes, pero incluso cuando han bajado, el estado se ha mantenido con regularidad entre los más violentos del país.
Por ejemplo, en su primer año al frente del estado, de diciembre de 2018 a diciembre de 2019, los homicidios dolosos crecieron un 10 por ciento y el siguiente año, 2020, disminuyeron 1.8 por ciento.
Sin embargo, en 2020, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) mostró que la tasa de víctimas y de delitos no tuvo cambios significativos y, por eso mismo, se mantuvo entre los primeros lugares del país, siempre por encima de la tasa nacional.
Aquel año registró 25 mil 764 víctimas de delito por cada 100 mil habitantes, por encima de los 23 mil 520 del país, manteniéndose Jalisco como el quinto más alto y Guadalajara como la cuarta Zona Metropolitana con más víctimas aquel año; en cuestión de delitos, fue el sexto más alto.
Para 2021, la ENVIPE mostró que volvió a ubicarse por encima de la media nacional: con 25 mil 223 víctimas por cada 100 mil habitantes (24 mil 207 por cada 100 mil en el país) y 31 mil 944 delitos por cada 100 mil habitantes (para México fueron 30 786), aunque con mejor nivel, siguió por encima de la media y fue la novena más alta en cuestión de víctimas y la séptima entidad más alta por delitos.
Uno de sus puntos fuertes fueron los homicidios dolosos para 2021, ya que con respecto a 2020 cayeron un 9.45 por ciento y en 2022. Pero, incluso en ese año, fue el sexto estado más violento del país. En 2020 también ocupó ese sitio, bajando del cuarto que llegó a ocupar en 2019, el año con peores números de su historia.
A eso hay que sumarle que, en diciembre de 2020, Aristóteles Sandoval Díaz, exgobernador de Jalisco y antecesor de Alfaro, fue asesinado en Puerto Vallarta en un ataque directo. La escena del crimen fue alterada y limpiada por trabajadores del centro nocturno donde ocurrió. El caso sigue sin ser resuelto pero las hipótesis van desde venganza hasta un pleito trivial.
En julio pasado, cuando informó sobre el corte semestral de incidencia delictiva en la entidad, Alfaro señaló que su estrategia de seguridad funciona a pesar de “hechos difíciles” que han puesto a prueba al estado, pero “desafortunadamente volvimos a ver voces que buscan hacer botín político de la estrategia de seguridad”.
“Sé que en materia de seguridad las cifras nunca irán a la par de la percepción y que falta mucho por hacer”, aceptó.
A pesar de ser crítico de la estrategia de seguridad nacional, Alfaro elogió el trabajo de las Fuerzas Armadas en Jalisco, pues “han ayudado mucho y les tenemos mucho respeto”, aún cuando su partido, Movimiento Ciudadano, votó en contra en el Congreso para que los elementos del Ejército y la Marina continúen en las labores de seguridad hasta 2028.
Alfaro también presumió que su administración ha invertido “una gran cantidad de recursos” y que ha demostrado “compromiso y eficacia” en las labores de seguridad.
Para el periodo de enero a agosto de 2022, Jalisco se ubica como la quinta entidad más violenta del país, y junto a Guanajuato, Baja California, Michoacán, Estado de México y Chihuahua, acumulan el 48.7 por ciento de todos los homicidios dolosos del país.
En cuestión de secuestro, el delito en Jalisco creció un 8.7 por ciento en el primer año de Alfaro (2018-2019) y para 2020 creció un ocho por ciento más. En 2021 disminuyó un cuatro por ciento y en lo que va de 2022 ha crecido un 6.25 por ciento con respecto a los primeros ocho meses del año anterior.
FEMINICIDIOS, GRAVE PROBLEMA EN JALISCO
Un delito que se ha disparado en la administración de Alfaro es el feminicidio. En el primer año de Gobierno del emecista, los asesinatos de mujeres por razón de género crecieron 103 por ciento, ubicándose en 67 casos en 2019 por 33 del año anterior. En 2020, subió un 4.5 por ciento y en 2021 un 7.14 por ciento, para un total de 75 casos anuales. En 2022, parece haber una disminución en sus primeros nueve meses, pero han sido precisamente varios casos de este tipo que se han colocado en la conversación pública.
El primero fue el caso de Luz Raquel Padilla Gutiérrez, una mujer que fue violentada y quemada viva en un parque en la colonia Arcos, al poniente del Área Metropolitana de Guadalajara. La mujer había denunciado y documentado previamente amenazas de su vecino.
La Fiscalía del Estado (FGE) determinó que la mujer había comprado botellas de alcohol y un encendedor para autoinmolarse basándose en el testimonio de la madre del inculpado. Luego, determinó que los mensajes amenazantes escritos en la pared del edificio donde vivía Luz Raquel no coincidían con la letra de Sergio “N“.
Bajo presión de la sociedad civil, Alfaro aseguró que era imposible prevenir el crimen debido a la “descomposición social” y se dedicó a cuestionar a quienes usaban el caso para criticar a su Gobierno.
“Qué terrible que un asunto tan doloroso lo estén usando algunos vividores de la política para lucrar políticamente, dan pena y dan tristeza, en estos casos lo que hay que hacer es trabajar con seriedad insisto, llegar a la verdad, definir y deslindar responsabilidades y no lucrar políticamente”, expresó al respecto el Gobernador de Movimiento Ciudadano.
Unos días después, una mujer en situación de calle fue quemada en las calles de Guadalajara, luego de que un hombre intentara abusar sexualmente de ella. A finales de julio, una niña de 11 años fue torturada y quemada en el albergue “Casa de Vida Camino a la Fortaleza”, ubicado en la colonia Santa Isabel de Tonalá, Jalisco, apenas una semana después del caso Luz Raquel. Ambas sufrieron heridas, pero no perdieron la vida.
LAS DESAPARICIONES Y LAS FOSAS
Jalisco también atraviesa un problema de desapariciones. La Comisión Nacional de Búsqueda registra 14 mil 456 personas desaparecidas desde 1964 hasta este lunes, 3 de octubre de 2022. De acuerdo con el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición (SISOVID) de Jalisco, la mayor parte de las desapariciones comenzó a partir de este siglo, particularmente a partir de 2008, tras el inicio de la “Guerra contra el narcotráfico” pero con los índices más altos entre 2017 y 2020.
En los primeros dos años del Gobierno de Alfaro, de diciembre de 2018 cuando asumió y hasta diciembre de 2020, Jalisco se mantuvo como la principal entidad con más reportes de desaparecidos (tres mil 724 casos de los 16 mil 875 en total del país). Esto representó un 22.6 por ciento del total, es decir, una de cada cinco desapariciones a nivel nacional ocurrió en dicho estado durante ese periodo.
Jalisco también encabeza la mayor cantidad de fosas en el país. “Los municipios que concentran el mayor número de cuerpos en el periodo de diciembre de 2018–junio de 2021, se encuentran en los estados de Jalisco, Colima, Sinaloa, Guanajuato y Sonora”, revela el informe de Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas publicado en julio del año pasado.
En el mismo documento se detalla que, para ese periodo, la mayor cantidad de cuerpos en fosas clandestinas se encontró en Tlajomulco de Zúñiga y El Salto, con un total de 476 cuerpos en ambos, representando el 15.74 por ciento del total nacional. Entre las 10 fosas con más cuerpos encontrados hay cuatro sitios de la entidad jalisciense.
Apenas en marzo pasado, el Subsecretario de Gobernación para Derechos Humanos, Alejandro Encinas, precisó que “en los estados de Coahuila, Jalisco, Sonora y Tamaulipas son de los estados que concentran el mayor número de cuerpos sin identificar”, y en ello se cuenta con el apoyo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.
Encinas precisó que Baja California, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Sinaloa y Sonora concentran el 80 por ciento de los cuerpos de las personas encontradas de los 52 mil registros en total del país, lo que representaría unas 41 mil 600 personas en esos 10 estados.