Pedro Kumamoto Aguilar da sus primeros pasos para llegar al Senado de la República. Y, desde ya, tiene preparadas una serie de propuestas para cambiar las prácticas de privilegio y de opacidad de la Cámara Alta.
El 4 de octubre, Kumamoto presentó ante el INE la manifestación de interés para competir por una curul en el Senado. Ahora, deberá reunir con 115 mil firmas para concretar su candidatura.
¿Pero por qué intentar hacer cambios desde ahí y no desde otro cargo? Kumamoto ve en el Senado una posibilidad de posicionar una agenda nacional necesaria para el país basada en la rendición de cuentas y los derechos humanos.
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Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).- Pedro Kumamoto cree que la forma en la que se hace política en el Senado de la República tiene que cambiar, desde ahí pretende impulsar una agenda ciudadana para que deje ser un “lugar donde se vive en el privilegio total”.
Kumamoto ya manifestó formalmente ante el INE su interés de participar como candidato independiente el pasado miércoles.
“Yo identifico al Senado de la República como un lugar donde se vive en el privilegio total, en donde los fondos de las distintas fracciones que tiene cada comisión, los viajes y los lujos son el día a día. Y por eso es tan importante que revindiquemos ese lugar. Tiene que convertirse en el lugar donde se da la lucha para que los estados de la República cambien al país”, asegura el joven político en entrevista con SinEmbargo.
En su paso como Diputado independiente en el Congreso de Jalisco, Kumamoto Aguilar ya dejó un rastro de iniciativas que buscan contrapesos a los excesos de los partidos políticos no solo a nivel local sino nacional.
Una de ellas podría ser la llamada #SinVotoNoHayDinero, que cambió el monto que se le entrega a los partidos a partir de las personas que acuden a las urnas y no por el total de las inscritas en en el padrón electoral. No fue fácil, la iniciativa avalada en el Congreso de Jalisco fue impugnada, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la dejó en pie el pasado 28 de agosto. En varios estados del país ya fue presentada también.
Kumamoto comparte con este medio la manera con la que incursionará en sus próximas batallas.
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—¿Por qué esta decisión de ir por un puesto en el Senado de la República y no en otro cargo popular?
—Es una decisión que básicamente lo que busca es reivindicar varias cosas. De entrada, y quiero ser muy honesto, las encuestas sobre mis posibilidades a otros puestos eran altas, como para la Alcaldía de Zapopan, o para un espacio de Diputación federal por el mismo distrito. Sin embargo, para mí es muy importante decir que este esfuerzo que hemos hecho, nunca lo hemos hecho por los cálculos políticos que generamos, sino por la posibilidad de construir nuevas ideas, nuevos debates, y posicionar una agenda que creemos que es necesaria para el país.
—¿Qué problemas deben ser revisados desde la Cámara Alta?
— Para mí era muy importante el poder decir clara y abiertamente que estamos en una emergencia nacional. El país ha concentrado mucha de su atención en las ciudades grandes, pero ha dejado de un lado todas las problemáticas que suceden en el campo, o en las ciudades medias. Hoy se desplazan poblaciones indígenas enteras por proyectos mineros; ciudades de más de cien mil personas viven en silencio y tristeza por el crimen organizado y los narcogobiernos que los solapan; se está destruyendo a las hábitats naturales. Las personas en general del país estamos viviendo la desigualdad y la pobreza más grande de la que tenemos registro, y en ese sentido lo vemos reflejado en la inseguridad que vivimos.
—¿Qué relación tienen estos problemas con sus aspiraciones políticas?
—El ir a un nivel estatal para poder hablar de lo que pasa no sólo en las ciudades, sino en el estado de Jalisco y los diferentes estados. Y al nivel federal y parlamentario porque creo que tenemos que construir una agenda que reconozca los derechos como la prioridad.
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—En términos de transparencia, ¿cómo observa al Senado?
—En primer lugar, yo identifico al Senado de la República como un lugar donde se vive en el privilegio total, en donde los fondos de las distintas fracciones que tiene cada comisión, los viajes y los lujos son el día día. Y por eso es tan importante que reivindiquemos ese lugar. Tiene que convertirse en el lugar donde se da la lucha para que los estados de la República cambien al país.
— ¿Cuáles serían sus propuestas para cambiar la opacidad del Senado?
— Creo que se tienen que hacer no sólo reformas, sino mejoras en prácticas, es decir, que el Congreso Abierto no sea sólo una serie de frases que suenan bonitas enfrente de una convención internacional; sino que signifique que podamos saber qué votan, cómo lo votan, y por qué lo votan lo senadores, cuáles son sus equipos de trabajo, cuáles son sus habilidades y por qué están ahí, cuánto gana cada Senador, cuánto reciben de recursos. Que se constituya una verdadera agenda de transparencia y rendición de cuentas.
— ¿Lo aplica para usted mismo?
— La gente puede saber cuánto gano, cuánto dono de recursos, cuál es mi agenda, qué he votado, cómo he votado, y por qué lo he votado, pueden saber cuál es mi equipo de trabajo, en fin […]. Yo lo que te puedo decir es que es una agenda en la que estamos completamente comprometidos y creemos en que los privilegios del Senado y de los senadores tienen que acabar.
— Hemos seguido la iniciativa como #SinVotoNoHayDinero, ¿hay posibilidad de llevarla al ámbito nacional?
— Sin duda. En este momento #SinVotoNoHayDinero está congelada en la Cámara de Diputados, en la comisión de Puntos Constitucionales. Hoy por hoy, esta iniciativa puede convertirse en una forma de evaluar a los partidos políticos. Y finalmente, algo muy importante es que la sociedad ya la conoce, y por eso me parece que va a ser fundamental que sigamos con un debate público abierto, al respecto de cómo queremos transformar a los partidos, para que sean representativos y, verdaderamente, estén pugnando a los intereses de la sociedad, y no por los intereses de socios y amigos.
— ¿Está satisfecho con las actuales leyes del Sistema Nacional Anticorrupción?
— Yo lo que te podría decir es que es un primer paso, que si se le ve de esa manera es fundamental, pero no se le puede pensar jamás como un sistema terminado o como un sistema que ya no puede recibir mejoras. Es un sistema en el que en la medida que la sociedad luchemos por él, va a tener sentido.
—¿Cuál es su estrategia para reunir las firmas que necesita para oficializar su candidatura?
—Cómo el proceso no empieza formalmente, la Ley es muy restrictiva de lo que podemos hablar, pero lo que yo te podría decir es que vamos a seguir en la misma lógica que la campaña pasada. Todo mundo a voluntariar, a ayudar a construir una oportunidad que puede ser un parteaguas. A partir del 11 de octubre vamos a empezar a hablar de esquemas y de cómo nos pueden ayudar.
—Su posición como independiente no es similar a la percepción que tiene la ciudadanía sobre otros aspirantes que usan la misma figura. ¿Cuál es su lectura de esta situación?
— Las candidaturas independientes lo único que tienen como forma similar es que llegan a la boleta gracias a las firmas, es decir, pueden haber candidaturas autoritarias, candidaturas que vienen del narcotráfico, que vienen de los poderes fácticos, de los mismos poderes estatales o federal para dividir la oposición. Ser candidato independiente no es sinónimo por sí sólo de ser un buen candidato. Mi lectura es que desde luego que existe interés de parte de quien quiere seguir manteniendo el poder para impulsar candidaturas independientes. También hay ciudadanos honestos, probos, personas que valen la pena, cómo también lo habrán en partidos políticos porque, dicho sea de paso, el militante promedio del partido político son personas honestas que quieren cambiar el país, pero en general sus dirigencias están secuestradas por grupos de interés.
—¿Cómo va a representar a la ciudadanía en sus iniciativas?
—Desde el primer proceso en el que participamos lo que hemos hecho son diagnósticos abiertos, tanto encuestas, como mesas de trabajo para poder generar propuestas para que la sociedad nos diga esto es relevante para mí. Dos, estamos constantemente haciendo entrega de resultados en tianguis, escuelas y espacios de análisis ciudadano, y de esa manera nos certificamos de que le hace sentido a esto que estamos representando.
—¿Qué control tiene la ciudadanía sobre sus labores?
—Creo que el control más chido que tengo es que si alguien cree que he hecho mal mi trabajo no me entregará su firma, y por lo tanto podría o no lograr participar en otros espacios. Esos son controles directos que los partidos no tienen, porque a pesar de que haya un candidato totalmente impopular, si la dirigencia del partido lo define, pues va a tener que ser candidato.