En el informe se destacó “la presencia de grupos de la delincuencia organizada”, los cuales “incide sobre los efectos del programa”, ya que las Comunidades de Aprendizaje Campesino no sólo lidian con en el robo de cultivos, de herramientas, de infraestructura de los viveros e insumos, sino que en algunas regiones “han obligado a las Personas Sujetas de Derecho a desplazarse y abandonar sus unidades de producción”.
Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).- Los beneficios del programa Sembrando Vida, uno de los proyectos insignia del Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, se están viendo afectados por diversos factores, entre ellos, uno de los que más repercute negativamente es la delincuencia, así lo dio a conocer la Evaluación de Impacto Cualitativa del Programa Sembrando Vida del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En el informe se destacó “la presencia de grupos de la delincuencia organizada”, los cuales “incide(n) sobre los efectos del programa”, ya que las Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC) no sólo lidian con en el robo de cultivos, de herramientas, de infraestructura de los viveros e insumos, sino que en algunas regiones “han obligado a las Personas Sujetas de Derecho a desplazarse y abandonar sus unidades de producción”.
“En términos sociales, la delincuencia incide sobre los efectos del programa al manifestarse no solo en robo de cultivos, herramientas, infraestructura de los viveros o insumos de la Comunidades de Aprendizaje Campesino, también en situaciones en donde los altos índices de violencia en algunas regiones han obligado a las Personas Sujetas de Derecho a desplazarse y abandonar sus unidades de producción”, indica la Evaluación.
Aunque el Coneval reconoció que Sembrando Vida ha contribuido a mejorar las condiciones económicas de las personas beneficiarias, y las ha dotado de diversas herramientas que pueden utilizar en el cultivo de tierras, también subrayó que tanto fenómenos naturales como sociales, particularmente la delincuencia, han impactado de manera negativa la capacidad que pueden llegar a tener los efectos del programa.
“Fenómenos naturales, como las sequías e inundaciones, y sociales, como la delincuencia, inciden en la magnitud de los efectos del Programa, ya que inducen a las personas beneficiarias a abandonar el uso de sistemas agroforestales e incluso sus unidades de producción”, destacó la Evaluación de Impacto Cualitativa del Programa Sembrando Vida.
Además, el Coneval explicó que pese a que Sembrando Vida ha logrado crear vínculos entre personas de diversas comunidades agrícolas, lo que ha permitido la integración plural y participativa de las Comunidades de Aprendizaje Campesino, aún es complicada la colaboración con las autoridades locales, debido a “la disposición y capacidades de las instituciones y autoridades con las que se gestiona”.
A lo anterior se suma la presencia de la delincuencia organizada, conflictos comunitarios internos, la posesión de la tierra que se concentra en personas adultas mayores, entre otros factores que limitan e incluso podrían convertirse en una amenaza para la continuidad de los efectos positivos del programa Sembrando Vida.
“El Programa Sembrando Vida ha contribuido a crear vínculos entre diferentes comunidades agrícolas con distintas formas de tenencia de la tierra, tales como personas comunitarias, ejidatarias, propietarias y avecindadas con contratos de aparcería”, en donde también comparten “conocimientos y experiencias”, indica la Evaluación.
“Las Personas Sujetas de Derecho reconocen como una experiencia positiva convivir con otras personas, observar sus avances y compartir insumos para el vivero y la biofábrica”, se añade en el documento del Coneval, en el que se ejemplifica con un caso en el que personas “productoras de café unieron sus ahorros para la compra de maquinaria para tostar y moler café”.
Mientras que en otro estado, “la interacción entre Comunidades de Aprendizaje Campesino permitió invertir en una olla para captar agua e instalar un sistema de distribución a distintas Comunidades de Aprendizaje Campesino”, lo que refleja la vinculación que el programa Sembrando Vida ha favorecido entre Comunidades de Aprendizaje Campesino y actores externos.
“No obstante, la colaboración con autoridades locales presenta retos por lo que, sin importar las habilidades de liderazgo y capacidad organizativa de las Comunidades de Aprendizaje Campesino, la capacidad de gestionar con otras instituciones y autoridades se ve limitada por la disposición y capacidades de las instituciones y autoridades con las que se gestiona”, enfatiza la Evaluación.
“Al respecto, la presencia de grupos de la delincuencia organizada, los conflictos comunitarios internos, así como la concentración de la posesión de la tierra en personas adultas mayores, son factores que limitan y amenazan la generación de efectos del Programa Sembrando Vida, ya que representan una ruptura del tejido social que no puede ser atendida únicamente por las acciones del programa”, se añade.
Y es que diversos testimonios apuntaron al tema de la inseguridad, como un factor limitante para la los resultados positivos que pueda tener el programa Sembrando Vida, lo no sólo afecta directamente a los beneficiaros, por el robo de insumos y herramientas, sino que genera la percepción de un entorno inseguro y representan una amenaza constante para el personal operativo de los cultivos.
“En varias entidades visitadas se comentó la presencia del crimen organizado, el cual provoca una percepción de entorno inseguro, y en varias CAC se externó que ya habían sido víctimas de robos de material e insumos, por lo que, además de tener que reponer lo sustraído, tuvieron que implementar medidas de vigilancia, lo que implica mayores costos de transacción para los integrantes”, se explicó.
“Un testimonio refirió que en zonas particulares de la entidad hay presencia de grupos criminales, a quienes se han llegado a encontrar en los recorridos de las parcelas de al menos una de las Personas Sujetas de Derecho, los cuales representan una constante amenaza (Personal operativo)”, detalló el Coneval en la evaluación.
Por otra parte, al señalar los beneficios económicos del programa federal, la Evaluación evidenció que si bien se presentaron mejoras en las condiciones de vida de quienes están registrados Sembrando Vida, gracias a los apoyos que contribuyen a sus ingresos, esto no fue para todos, ya que las personas que se encuentran en condiciones de pobreza extrema no mejoraron significativamente su situación .
“Con relación a los efectos que el Programa Sembrando Vida ha mostrado en el bienestar económico de las Personas Sujetas de Derecho, los hallazgos de esta evaluación confirman que la transferencia económica ordinaria mejora sus ingresos”, se indicó en el documento del Coneval.
“No obstante, para Personas Sujetas de Derecho en condiciones de mayor vulnerabilidad y pobreza se identificó, que, aun recibiendo la transferencia económica ordinaria su condición no ha cambiado; algunos factores observados en estos casos fueron hogares con un mayor número de integrantes y pocas fuentes de recursos complementarios a los apoyos que les otorga el programa” se ahondó en la Evaluación.
Por ello, el Coneval consideró que, para extender los beneficios del programa Sembrando Vida, es necesario implementar una planificación estratégica y una coordinación interinstitucional, que tomen en cuenta factores sociales externos, así como los fenómenos naturales, como una realidad que va a impactar la operación de este proyecto federal.
“La planificación estratégica y la coordinación interinstitucional del Programa Sembrando Vida debe tomar en cuenta los efectos del cambio climático y de la delincuencia ya no como supuestos, sino como realidades concretas que afectan la operación del programa. Esto permitirá al programa adoptar un enfoque más proactivo y de prevención antes las condiciones climáticas”, indica la evaluación.
EL Coneval también recomendó que el programa establezca “esquemas diferenciados de atención, apoyos y sistemas agroforestales que consideren los procesos territoriales de cada región”, en las que también se tomen en cuenta “las características climáticas e incluso socioculturales, así como elementos relevantes del contexto local, de la unidad de producción y de las personas beneficiarias”.
En este sentido, los recursos materiales y humanos necesarios también deben ser los suficientes, ya que, se destaca en la Evaluación del Coneval, esto podría impactar en la calidad del trabajo de campo, lo mismo que la coordinación con las instancias encargadas de garantizar recursos como el agua, que implementen medidas para prevenir inundaciones, entre otras garantías que se deben de proveer.
Asimismo, consideró importante “definir mecanismos de salida gradual del programa”, entre los que señaló: la generación de proyectos de valor agregado, la creación de redes de personas beneficiarias, la vinculación con mercados más grandes y el acceso a financiamiento empresariales. “Esta transición debe ser flexible y acorde a las capacidades y progreso individual de las personas beneficiarias, asegurando que pasen de la dependencia del apoyo continuo a la autosuficiencia”, enfatizó.
“Con esta evaluación se puede observar que existe una mejora en las condiciones socioeconómicas de las personas beneficiarias, pero es necesario considerar que existe la probabilidad de que los avances logrados se diluyan en ausencia de los apoyos y mecanismos adicionales que permitan consolidar los sistemas agroforestales”, concluyó el Coneval sobre Sembrando Vida, un programa que opera desde el 2019.
El proyecto federal está a cargo de la Secretaría de Bienestar y tiene el objetivo de “contribuir al bienestar social de personas sembradoras a través de acciones dirigidas a conseguir la autosuficiencia alimentaria, la reconstrucción del tejido social y la recuperación del medio ambiente”, por lo que hasta el 2023, se tenía registrados a 451 mil 665 beneficiarios en 23 estados, entre ellos, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Campeche.