La entrega 65 del Premio Ariel, de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, se llevará a cabo por primera vez fuera de la Ciudad de México, en el Teatro Degollado, de Guadalajara, Jalisco, el próximo 9 de septiembre.
Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).- Natalia Solián es la protagonista de Huesera, la película de Michelle Garza Cervera que lidera con 17 nominaciones de las 24 categorías del Premio Ariel, que reconoce lo mejor del cine mexicano y que entrega la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).
La ópera prima de Michelle Garza Cervera viaja entre el drama y el terror para hablar sobre la maternidad y fue inspirada en el duelo de la muerte de su madre y una leyenda para contar la historia de Valeria, una mujer que tras recibir la noticia de su embarazo empieza a experimentar un miedo que comienza apoderarse de ella y que se manifiesta en una entidad siniestra que pondrá en peligro su vida y la de su bebé.
“Fue una emoción muy grande. Huesera es un película que se gestionó con más voluntad que otra cosa, y creo que eso nos dio mucho orgullo, que a sabiendas de que no estábamos dentro de un sistema con posibilidades en sí, la película hiciera lo suyo, porque era un tema que nos importaba mucho a Michelle y a mí explorar”, comparte Natalia Solián en entrevista con SinEmbargo.
La actriz destaca el reconocimiento de la Academia de Cinematografía pues asegura que tener el filme dentro del “radar o el sistema” de la industria era un sueño para ellas.
“Con este reconocimiento, la Academia hace que la comunidad volteé a ver algo y de pronto se convierta en tema de conversación y que cobre peso, y dimensiona el objeto artístico en cuestión”, destaca.
Mejor Película, Dirección para Michelle Garza Cervera, Mejor Coactuación Femenina para Martha Claudia Moreno y Mayra Batalla, Mejor Ópera Prima y Mejor Actriz para Natalia Solián, son algunas de las nominaciones más importantes que disputarán este 9 de septiembre desde Guadalajara, Jalisco, donde se celebrará la ceremonia.
Solián se disputa la terna con la fallecida actriz Marta Aura por el drama Coraje; Julieta Egurrola por Ruido; Arcelia Ramírez por La Civil; y Karla Souza por su trabajo en La Caída.
“Me alegra mucho tener esa nominación en ese rango, con esas actrices en el cuadro, porque siempre he querido ser como ellas. Son carreras que a mí me hacen mucho sentido y que me cuentan un poco las posibilidades dentro de una gama de actrices que van y vienen entre el teatro y el cine. Creo que es lo que deseo tanto y me sentí tomada en cuenta dentro de ese prospecto y eso me abrazó mucho”.
La actriz nacida en Culiacán, Sinaloa, creció junto al teatro. Fue alumna de la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y tan pronto egresó, comenzaron los castings para unirse a proyectos.
Huesera se ha convertido hasta ahora en su cinta más importante y Valeria, su personaje, en su mayor reto.
“Valeria es un personaje de bastante vísceralidad, creo que sí hay mucha fortuna en mi en haber tenido el tiempo y el espacio para poder entrarle así a un juego. Creo que es el hambre más grande que tenemos los actores, encontrar el proyecto en el cual te sientas tan identificado y tan conectado para que las cosas fluyan, y puedas llegar hasta allá que es el fondo de una misma”.
Natalia Solián recuerda la esfuerzo que implicó meterse a este personaje que conllevó mucha fuerza física, pero también mucho trabajo mental en el que pudo reflexionar sobre la maternidad y el feminismo.
“Tenía muchas ganas de explorar el rango de una mujer en esa situación porque tengo una hija de 5 años, en ese momento mi hija tenía tres, y estaba viviendo de las etapas más complejas donde en ese momento la mamá es todo: alimento, atención… Se vuelve un proceso bien absorbente los primeros años y sí puede ser bastante violento para el cuerpo femenino. Se habla muy poco de eso”.
“Creo que el tema de la maternidad se ha romantizado mucho en nuestra cultura, hemos tenido las oportunidad de viajar con esta película y darnos cuenta de que no es sólo México, porque al principio creíamos que tenía que ver con nuestra educación religiosa, nuestra cultura, centrarnos en la forma en cómo hacemos las cosas los mexicanos y la verdad es que no, tiene que ver con un rol global que casi está casado con la biología, y que implica a las mujeres del mundo y esto al mismo tiempo alimenta esta culpa de la que hablamos en donde no hay espacio sano de desfogar ese nivel de información y de sensaciones que el cuerpo también vive y que se expresan. Creo que el arte siempre es el mejor aliado y de pronto da miedo porque se pierde siempre el fondo y las figuras cobran un mismo significado, pero que deslindarlo a veces está muy bien y es sano, y creo que abre la puerta a la libertad y eso siempre trae salud”, agrega.
La entrega 65 del Premio Ariel destaca por las mujeres que han conquistado las categorías, y es que entre los títulos seleccionados a competir se encuentra el trabajo de: 84 productoras, 16 directoras de largometrajes, 24 directoras de cortometrajes, 16 cinematógrafas y 36 guionistas.
“Me parece que hemos estado luchando mucho, generaciones enteras están buscando un lenguaje que sí nos corresponde a nosotras. La cultura es tramposa y nos hace perdernos entre qué es propio y qué ya corresponde a como hemos aprendido a funcionar, creo que en principio deslindar esto ha sido una tarea que es ardua y que mujeres grandes como Julieta, Arcelia, Dolores Heredia, creadoras que siguen aquí y que siguen formando parte de la industria, han defendido un montón como la idiosincrasia con la que hacemos cine. No es así, lo masculino no nos corresponde realmente a nosotras, y este punto creo que ya comienza a hacer una conquista ganada. Eso es brutal, hay que aplaudirse y ese 9 de septiembre, más allá de la entrega de los premios, y más allá de que habrá quien se lleve la estatuilla y tenga esa mención para su película, habremos ganado por fin un inicio para un lenguaje que corresponde sólo a nosotras, y eso es brutal”.
A la par por la espera de esta entrega, Natalia Solián ve aproximarse a nuevos proyectos en los que participa:
“Hay proyectos que este año se estrenan y que me tienen muy contenta porque creo que siguen esta línea de congruencia que por lo menos me he venido proponiendo hasta ahora, no sé cuanto tiempo más va a aguantar, pero se ha sostenido”.
Los filmes son la nueva película de Fernando Frías (Ya no estoy aquí, 2019) llamada No voy a pedirle a nadie que me crea, y Familia, del director Rodrigo García, ambas para Netflix.