Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo/The Huffington Post).– El mundo se está quedando sin reservas de uno de los antídotos más efectivos contra las mordeduras de serpientes, poniendo en riesgo la vida de miles de personas. Así lo ha advertido la organización Médicos sin Fronteras, que alerta de que se está agotando el medicamento Fav-Afrique, que neutraliza hasta 10 picaduras diferentes de serpientes en África.
El antídoto, que desarrollaba la farmacéutica francesa Sanofi, dejó de producirse en 2014 y el último lote disponible caducará en junio de 2016. La farmacéutica comenzó a comercializar en su lugar un tratamiento para la rabia. Se cree que Sanofi está en negociaciones para que otra empresa produzca el antídoto, pero según MSF, estas conversaciones podrían prolongarse durante 2016 y eso retrasaría la llegada del producto de reemplazo hasta dentro de dos años.
Aunque se desconoce el número exacto de mordeduras de serpiente que se producen al año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que afectan a unos 5 millones de personas, la mitad de las cuales se envenenan; de ellas, al menos, 100 mil mueren, y aproximadamente el triple de casos terminan con una amputación y discapacidad permanente.
“Nos enfrentamos a una auténtica crisis. ¿Cómo es posible que los gobiernos, las empresas farmacéuticas y los organismos sanitarios internacionales se escabullan cuando más los necesitamos?”, se pregunta el doctor Gabriel Alcoba, asesor médico en materia de mordeduras de serpiente de MSF, con motivo del simposio sobre este tema que tiene lugar en Basilea (Suiza).
EMERGENCIA SANITARIA
Las mordeduras de serpiente representan una importante causa de muerte en muchos países y siguen siendo una de las emergencias de salud pública más desatendidas del mundo ya que, “por desgracia, los actores globales en el ámbito sanitario muestran escaso interés por este problema”, advierte la organización médica internacional, que pide el desarrollo de un “enfoque claro” sobre el tratamiento y el diagnóstico, así como mayor implicación a la comunidad sanitaria internacional para adopte medidas que garanticen la disponibilidad del tratamiento.
A su juicio, la OMS debería desempeñar un papel de liderazgo para afrontar las mordeduras de serpiente como un problema de salud pública, pero todavía las considera como “una enfermedad olvidada que carece de programa formal”, a pesar de las elevadas tasas de mortalidad.
Las mordeduras de serpientes venenosas pueden constituir emergencias médicas por parálisis grave de los músculos respiratorios, trastornos hemorrágicos potencialmente mortales, insuficiencia renal irreversible o grave destrucción local de los tejidos que requiera amputación o cause otras discapacidades permanentes. Los efectos suelen ser más graves en los niños que en los adultos, debido a que tienen menos masa corporal.
Afectan, fundamentalmente, a las personas que viven en las zonas rurales. Al carecer de un centro de salud en las proximidades y no poder pagarse un tratamiento que resulta muy caro, muchos recurren a los curanderos tradicionales o no buscan atención en absoluto.
Si está disponible, el tratamiento puede costar entre 250 y 500 dólares (223 y 447 euros) por paciente, “lo que equivale a cuatro años de salario en los países afectados”. Subvencionar los costes del antídoto para que las víctimas de las mordeduras no paguen o lo hagan un porcentaje muy pequeño resulta crucial para mejorar el acceso a este tratamiento capaz de salvar vidas.