En medio de un debate político sobre las medidas a tomar tras las últimas masacres a tiros en Estados Unidos -una en una tienda de Walmart en El Paso, Texas, y otra en un distrito de centros nocturnos en Dayton, Ohio-, los familiares y amigos de las más de 30 personas asesinadas sufren las consecuencias.
Por Jamie Stengle y Christopher Sherman
En medio de un debate político sobre las medidas a tomar tras las últimas masacres a tiros en Estados Unidos -una en una tienda de Walmart en El Paso, Texas, y otra en un distrito de centros nocturnos en Dayton, Ohio-, los familiares y amigos de las más de 30 personas asesinadas sufren las consecuencias.
Estas son las historias de algunas de las víctimas de El Paso.
ELSA MENDOZA: “LA MÁS MARAVILLOSA DE LAS MUJERES”
Elsa Mendoza, de 57 años, quien era una maestra de primaria en Juárez, México, perdió la vida mientras compraba en el Walmart.
Su esposo, el maestro Antonio de la Mora, publicó en Facebook una foto de los dos sonrientes y dijo que su esposa fallecida era “la más maravillosa de las mujeres”.
Su cuerpo cruzó la frontera el miércoles a su ciudad, y exalumnos de ella, maestros y compañeros visitaron a su familia.
José Hernández Polo fue alumno de español de Mendoza en una secundaria de El Paso durante un periodo de su carrera como docente que la llevó al otro lado de la frontera. Era muy paciente y siempre intentaba ayudar a sus alumnos, dijo.
“Era muy buena maestra”, agregó. “Sabía un español muy cultural, literario”.
GLORIA IRMA MÁRQUEZ: PAREJA LA BUSCÓ DURANTE HORAS
Minutos antes de que el agresor entrara a una tienda Walmart en El Paso, Gloria Irma Márquez se dirigió al cajero automático mientras su pareja la esperaba en un McDonald’s.
Durante cinco horas pasado el tiroteo, John Ogaz, pareja de Márquez de los últimos 11 años, llamó a su celular desde el estacionamiento. Márquez, de 61 años, fue una de las víctimas.
Ambos vivían en El Paso rodeados de hijos y nietos. “Los niños eran todo para ella”, dijo Ogaz al periódico The Washington Post.
Márquez, quien nació en el estado mexicano de Sinaloa, se mudó a Estados Unidos hacía más de dos décadas. Sus dos primeros hijos nacieron en México, sus últimos dos en Estados Unidos. Trabajaba como asistente en atención médica para pacientes mayores.
Ogaz dijo que él y Márquez se consideraban un matrimonio, aunque nunca se casaron formalmente.
LUIS ALFONSO JÚAREZ: “VIVÍA EL SUEÑO AMERICANO”
A los 90 años, Luis Alfonso Juárez fue la persona de mayor edad en morir en el tiroteo de El Paso.
En un comunicado dirigido al periódico The New York Times, la familia de Juárez dijo que “vivía el sueño americano”.
La familia de Juárez emigró de México y, con el tiempo, se naturalizó estadounidense. Juárez, quien tuvo una larga carrera como herrero, compró una casa, y él y su esposa criaron a siete hijos.
“Cuando la gente lo trataba mal, siempre comprendía y sentía que todos pasaban por algo, así que teníamos que ser buenos entre nosotros”, dijeron los familiares en un comunicado. “Le fascinaba aprender sobre otras culturas y, antes de enfurecerse, siempre se mostraba curioso”.
Dijeron que Juárez, quien gozaba de buena salud, todavía conducía y disfrutaba de muchas cosas y pasatiempos. Recientemente había pintado los alerones de la casa.
“No podemos comenzar a expresar el dolor que todos sentimos ahora y estamos desconsolados de que le hayan arrancado tan violentamente a nuestra abuela los últimos años con su esposo”, decía el comunicado.
JUAN VELÁZQUEZ: NACIDO EN MÉXICO, LUCHÓ PARA SOBRESALIR EN EU
Juan y Nicholasa Velázquez acababan de estacionar su auto en la tienda Walmart cuando se les acercó el agresor.
Su nieta, Daisy Fuentes, dijo que su abuela llamó a su madre después de ser baleada, reportó la televisora KTSM-TV.
“Sólo lloraban y nos decían que les dolía donde les dispararon”, dijo Fuentes.
Ambos fueron hospitalizados, pero Juan Velázquez, quien recibió un disparo en el abdomen, murió el lunes. Nicholasa Velázquez fue baleada en el rostro y estómago, pero su familia dice que el pronóstico es positivo.
Cruz Velázquez le dijo al periódico The New York Times que su padre, quien nació en el estado mexicano de Zacatecas, primero se mudó a Ciudad Juárez, ubicado del otro lado de la frontera de El Paso, y luego a Denver, en donde vivió durante 30 años. Con el tiempo se mudó a El Paso porque era un lugar pacífico.
“Luchó para sobresalir en Estados Unidos”, dijo Cruz Velázquez, quien dijo que su padre obtuvo la ciudadanía estadounidense.
LEO Y MARIBEL CAMPOS: PARIENTES LOS RASTREARON AL LUGAR DEL TIROTEO
Cuando surgió la noticia de que hubo un tiroteo en Walmart, familiares llamaron a Leonardo Cepeda Campos y a Maribel Loya Campos para asegurarse de que estuvieran bien. Al principio, no se preocuparon al no recibir noticias.
“Simplemente pensamos que nos llamarían después”, dijo el martes a The Associated Press David Cepeda, hermano de Leo.
Pero luego, agregó, uno de los parientes rastreó sus teléfonos con GPS al interior de la tienda. Las autoridades después les informaron que Leo, de 41 años, y Maribel, de 56 años, murieron en la tienda.
David dijo que su hermano recientemente había regresado a la universidad para terminar sus estudios. Dijo que la pareja llevaba junta unas dos décadas y eran “realmente hospitalarios y amigables”.
“Todos decían que en cuanto los conocías, era como si los conocieras de toda la vida”, dijo.
Leo fue a la secundaria en el área del Valle del Río Grande en el sur de Texas. Un comunicado del distrito escolar independiente Pharr-San Antonio-Alamo dice que se había graduado de la escuela en 1996.
El presidente del consejo escolar Jesse Zambrano dijo que Leo era “un gran atleta y amigo de muchos” cuando estaba en la secundaria. Era un “modelo a seguir para muchos atletas que lo admiraban, entre ellos yo”, agregó.
DAVID JOHNSON: HOMBRE QUE PROTEGIÓ A SU ESPOSA Y NIETA
El reporte de un autosacrificio surgió el lunes involucrando a un abuelo que murió en el tiroteo de El Paso, mientras que su esposa y nieta sobrevivieron.
Stephanie Melendez dijo que su padre, David Johnson, de 63 años, fue baleado y murió cerca de la zona de cajas en Walmart. Dice que Johnson salvó la vida de su hija de 9 años, y la de su propia esposa, al lanzarlas bajo la caja y lejos de la trayectoria de las balas antes de morir.
“Las salvó”, dijo Meléndez. “Las empujó abajo”. La esposa de Johnson fue incapaz de describir los eventos de primera mano.
Raul Melendez cree que su hija se salvó gracias a las acciones de Johnson, pero todavía se preocupa de lo que ella pudo haber visto.
“Espero que no haya visto nada y que más adelante no sea afectada”, dijo.
Colegas de Johnson, un vendedor, llevaron flores y alimentos cuando los familiares se reunieron para recordarlo la tarde del lunes en su casa.
MARGIE RECKARD: “UN ÁNGEL” PARA SU ESPOSO
Margie Reckard, de 63 años, era “un ángel” para Antonio Basco, su esposo durante más de dos décadas.
Basco dijo que él y Reckard estuvieron juntos durante 22 años, y su amabilidad y desinterés eran incomparables, reportó la televisora KFOX.
“Ni siquiera tenías que hablar con ella. Simplemente podías ver cómo era, cómo actuaba, cómo se presentaba ante ti. Era una gran mujer”, dijo. “Margie era, más o menos, el cerebro de la familia”.
Basco dijo que él y Reckard sabían que había algo entre ellos en cuanto se conocieron, y que su vida juntos fue como un cuento de hadas. Reckard era la fuerte, dijo, y “se le extrañará mucho”.
“Viviríamos juntos y moriríamos juntos”, dijo. “Ese era el plan”.
RAÚL Y MARÍA FLORES: JUNTOS EN VIDA Y MUERTE
Raúl y María Flores murieron como vivieron: juntos.
Casados durante 60 años, Raúl de 83 años y María de 77 años, rara vez se separaban. Con Raúl a punto de someterse a cirugía de corazón el lunes, habían ido a Walmart a comprar colchones inflables para los parientes que irían a El Paso para la operación cuando fueron baleados a muerte en la tienda.
Su hijo mayor, Raúl Flores Jr., le dijo al periódico The Washington Post que se consolaba sabiendo que estaban juntos cuando murieron, aunque no merecían irse de esa forma.
“Me digo que quizás es la forma del Señor de hacerlo”, dijo Flores. “Quizás Él sabía que mi padre no sobreviviría la cirugía y quizás Él sabía que si algo le pasaba a mi padre, mi madre quedaría destrozada. Quizás por eso Él decidió llevárselos juntos”.
Nacidos en México, la pareja se asentó en el este de Los Ángeles para criar a su familia y se retiró a El Paso hace aproximadamente dos décadas.
JAVIER AMIR RODRÍGUEZ: ESTUDIANTE DE SEGUNDO AÑO DE SECUNDARIA
Javier Amir Rodríguez, de 15 años, iniciaba su segundo año en la escuela secundaria cuando fue asesinado a tiros dentro de la tienda.
El lunes se organizó una vigilia en el estadio de futbol americano de la secundaria Horizon en El Paso. El ávido jugador de fútbol soccer es recordado como un alegre adolescente y un buen compañero.
Rodríguez estaba en Walmart con su tío, Octavio Ramiro Lizarde. Desde un hospital en El Paso, Ramiro Lizarde dijo el martes que estaba parado en la línea para abrir una cuenta de banco cuando escuchó los disparos. Ramiro Lizarde dijo que intentó esconderse con su sobrino en un cuarto de gerencia en la parte trasera de la tienda.
“El agresor llegó, supongo que nos escuchó. Le disparó”, dijo Ramiro Lizarde, quien fue baleado en el pie.
ARTURO BENAVIDES: EXTROVERTIDO VETERANO DEL EJÉRCITO
Arturo Benavides, un veterano del Ejército que hace algunos años se jubiló como conductor de un autobús, estaba pagando sus compras en Walmart cuando el agresor atacó.
Su sobrina, Jacklin Luna, dijo al periódico Los Angeles Times que Benavides, de 60 años, fue uno de los asesinados. Su esposa, Patricia, estaba sentada en una banca cercana y alguien la empujó hacia uno de los baños para ponerla a salvo, comentó Luna.
Benavides, quien nació y creció en El Paso, había trabajado como conductor de autobús para el sistema de transporte metropolitano Sun Metro de la ciudad.
“Pasé mi infancia despertando en su casa, sentada en su terraza a su lado los domingos por la mañana y escuchando canciones antiguas en la radio”, dijo Luna, quien describió a su tío como amable y generoso.
Su sobrino, Rubén Rojas, dijo que Benavides era un hombre “extrovertido” que disfrutaba de ver deportes y era un buen católico que asistía a misa.
IVÁN MANZANO: UN HOMBRE PRÁCTICO Y AMIGABLE
Iván Manzano, quien tenía una hija de 5 años y un hijo de 9, era originario de Ciudad Juárez, México, y tenía un negocio de distribución de implantes ortopédicos.
Su esposa, Adriana Manzano, se enteró de parte del FBI que su marido había sido asesinado en la masacre del Walmart. Ella viajó el lunes al consulado mexicano en El Paso para repatriar el cuerpo de su esposo, y dijo que todos lo conocían como un hombre amigable y tranquilo.
Adriana Manzano señaló que les dijo a sus hijos que su padre murió en un “accidente”, porque cree que darles una explicación detallada podría generar resentimientos.
Un familiar en Ciudad Juárez que pidió no ser identificado porque la familia extendida no estaba hablando con la prensa, describió a Manzano como un hijo y padre cariñoso. El familiar dijo que la madre de Manzano sufrió un ataque cardíaco en abril y necesitaba cirugía, prácticamente se mudó con ella para monitorear su avance.
El sábado, Manzano y un amigo cruzaron la frontera para hacer compras en El Paso, agregó.
JORDAN ANCHONDO: “DIO SU VIDA” POR SU BEBÉ
Jordan Anchondo fue una de las personas asesinadas en El Paso, contó su hermana, y aparentemente murió mientras protegía a su bebé de 2 meses de edad de la lluvia de balas.
Leta Jamrowski, de El Paso, habló con The Associated Press mientras recorría incesantemente la sala de espera del University Medical Center de El Paso, en donde su sobrino de 2 meses de edad fue hospitalizado por las fracturas que sufrió cuando su madre cayó.
“Con base en las lesiones del bebé, dijeron que lo más probable es que mi hermana estaba tratando de protegerlo”, relató. “Cuando fue baleada, lo estaba cargando y cayó sobre él, por eso tiene huesos rotos. Así que básicamente él está vivo porque ella sacrificó su vida”.
Jordan, madre de tres, y André Anchondo, acababan de dejar a su hija de 5 años en su entrenamiento para animadoras antes de ir a comprar útiles escolares al Walmart. Nunca regresaron.
ANDRÉ ANCHONDO: HABÍA RENACIDO
André Anchondo — el esposo de Jordan — recientemente había transformado su vida después de superar sus adicciones a las drogas y algunos roces con la policía, recordó un amigo.
La noche del domingo, John Jamrowski, abuelo de Jordan Anchondo, dijo en un mensaje de texto que su familia recibió la noticia del deceso de André.
Su amigo Koteiba Azzam, lo recuerda con cariño.
“Lo adoro”, dijo en una entrevista telefónica desde San Marcos, Texas. “Tenía la personalidad y el carisma”.
Azzam dijo que André había iniciado un negocio en El Paso, construyendo cosas con piedra y granito, y logró tener éxito gracias a su empeño. También estaba a punto de completar la construcción de su casa.
“Casi te hace cuestionar tu fe”, dijo Azzam, quien es musulmán. “Pero Dios no tuvo nada que ver. Las manos del hombre alteraron la vida de mi amigo de forma drástica”.
ANGIE ENGLISBEE: DEDICADA A SU FAMILIA Y A DIOS
A Angie Englishbee, de 86 años, le encantaba ver deportes y el programa “Hospital General” en la televisión, pero un familiar dijo que sus hijos y fe eran su máxima devoción.
Jacob Hallberg escribió un tributo en su página de Facebook diciendo que la mujer, asesinada en Walmart, quedó viuda a una edad joven y crio a siete hijos sola.
“Trabajaba en varios empleos al mismo tiempo para alimentar a su familia, la vida era difícil. Gracias a su duro trabajo sus hijos salieron fuertes, pero extremadamente cariñosos y compasivos, y miembros productivos de nuestra sociedad”, escribió.
Hallberg dijo que su abuela oraba a diario, iba regularmente a misa a su iglesia católica y siempre estaba lista para recibir compañía.
“Hacía los mejores guisantes rojos, arroz y pozole rojo. Siempre tenía una olla de café recién hecho y una comida rápida para sus visitas”, escribió.