Las Vegas ya no es el destino obligado para los mexicanos que buscan en los juegos de apuestas dinero fácil o que simplemente quieren vivir un estallido de adrenalina pura, aunque en el intento pierdan hasta la razón ante la indiferencia de las máximas autoridades. Ahora, en las principales ciudades de la República Mexicana hay, al menos, 100 mil terminales de juego (máquinas) instaladas en 434 casinos, de un total de 798 autorizados a la fecha por la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación (Segob). Es decir, apenas poco más de la mitad de los que implícitamente deberán abrirse porque ya están autorizados, independientemente de las instalaciones “clandestinas” o de las que operan amparadas.
Contra lo que pudiera pensarse, el negocio de los casinos está en pleno auge, a pesar de la crisis económica de los últimos años, y como resultado del impulso que les dio el ahora precandidato presidencial por el PAN, Santiago Creel Miranda, al expedir en 2005 –en su momento como secretario de Gobernación–el Reglamento de la obsoleta Ley Federal de Juegos y Sorteos, y al autorizar en ese año un jugoso paquete de permisos a diversos interesados y a la empresa Televisa, que con su oferta Play City Casino ya disputa el liderazgo a las otras dos marcas que aparecieron años antes: Caliente y Yak.
El paraíso jurídico, que es el mercado mexicano de los casino, tiene a los inversionistas nacionales y extranjeros disputándose el territorio nacional y a muchos de los adictos rematando sus bienes para seguir jugando. Pero a los principales apostadores de esta “industria” y a las autoridades de Gobernación, Salud, Educación, Hacienda y Seguridad Pública, así como a los Poderes Legislativo y Judicial, esto los tiene sin cuidado, mientras los tiburones del juego a nivel global encuentran los resquicios legales para entrar al país y quieren quedarse con todas las fichas. Por lo pronto la firma española Codere, con fuerte presencia en América Latina, se anticipó y ha ido ganando terreno como accionista millonaria de las más importantes empresas mexicanas, al punto de poner nerviosos a varios de los mayores y antiguos promotores nacionales.
A decir de los empresarios autorizados, beneficiarios principales de esta “industria”, como la llaman los permisionarios, y con testimonios recabados para esta investigación, en todo México van a proliferar casas de apuestas “legales”, porque ya están autorizadas a diversos inversionistas que se codean con los financieros de más alto nivel en los mercados de valores nacional e internacional y, según diversos análisis que manejan, las apuestas en México son una inversión muy redituable.
En los modernos templos del juego con apuestas, cada hora y cada día cientos o miles de millones de pesos cambian de manos, porque los millones de afectados por la publicidad engañosa, ricos y pobres, por diversas motivaciones, acuden religiosamente y hacen fila en horarios extendidos hasta 16 o más horas cotidianamente, en días hábiles y feriados, y durante todo el año.
Bajo acusaciones que ponen en duda la legalidad y la transparencia de las apuestas realizadas por las mencionadas marcas y por todas las casas autorizadas por Segob, sobresale el silencio de la autoridad federal y del Poder Legislativo; y amparados por ciertos jueces, los zares del juego legal y los funcionarios responsables en Gobernación permanecen indiferentes ante las críticas, mientras se concentran en sus lucrativas jugadas, abandonando a su suerte a miles de aficionados que, cuando se dan cuenta, ya están atrapados en esta peligrosa y costosa adicción que les reporta altos dividendos a la mayoría de promotores de este tipo de “entretenimiento”.
La pelea por el liderazgo
Las marcas mencionadas mantienen un fuerte ritmo de expansión en todo el territorio nacional en medio de movimientos financieros que han desatado el apetito de los promotores internacionales. Caliente, del conocido y viejo zar de las apuestas en México, Jorge Hank Rhon, acaba de vender 67.3% del grupo a la española Codere y son ocho las empresas registradas por Segob en las que participa el grupo tijuanense. Ni de un lado ni del otro precisaron los alcances de la operación, autorizada por la Comisión Federal de Competencia apenas en marzo pasado, y esto desató dudas sobre la titularidad y el destino empresarial de Caliente.
Grupo Caliente, asegura en su portal de internet, “es el líder absoluto en México con más de 10 mil terminales electrónicas en 75 establecimientos a lo largo de 20 estados de la República, así como en más de una decena de países de Centroamérica, Sudamérica y Europa”, con salas para juegos electrónicos, apuestas deportivas remotas y carreras de galgos y caballos, y tiene “más de 92 años de experiencia en la industria del entretenimiento bajo el concepto de diversión”.
La firma señala que genera más de 7 mil empleos directos y que es la organización líder y con mayor experiencia en entretenimiento de México, y está consolidando su presencia a nivel mundial.
En referencia a su reciente operación con Codere plantea: “A partir de 1998 Caliente dio inicio a la diversificación del juego en sus instalaciones mediante una alianza estratégica con el grupo español Codere. En una primera etapa se introdujo el conocido bingo tradicional y pocos años después se dio paso a una nueva generación en la industria del entretenimiento al adicionar terminales electrónicas de juego”.
Al respecto, Rafael Catalá Polo, secretario general y del Consejo de Administración de Codere. informó que “en cumplimiento de la Ley del Mercado de Valores de España, en relación con la operación comunicada al mercado como hecho relevante de fecha 19 de julio de 2010 (número de Registro 128.079) relativa a la adquisición del 67.3% de determinadas sociedades del Grupo Caliente, la Comisión Federal de Competencia mexicana ha notificado con fecha 7 de marzo de 2011 la autorización para efectuar la concentración empresarial que dicha operación conlleva”.
En Tijuana, Caliente tiene el establecimiento con más terminales electrónicas de juego en México, “un parque de más de 900 máquinas instaladas, haciendo de este establecimiento el mejor y más moderno centro integral de entretenimiento de todo el país”.
Caliente ha invertido más de 500 millones de dólares “capitalizados en más de cien establecimientos ubicados en el territorio nacional. Millones de clientes viven la seguridad de entretenerse en estas modernas instalaciones”. También afirma que tiene gran solidez financiera “lo cual se refleja en su tasa de crecimiento anual que en los últimos años ha sido de 20%”.
Del viejo hipódromo a la apuesta electrónica
El más fuerte competidor de Caliente, la marca Yak, pertenece a la Corporación Interamericana de Entretenimiento, el grupo CIE, y desde 2007 suma mil 860 terminales electrónicas. Al primer trimestre de 2011, la empresa reportó a sus accionistas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que la división de apuestas ya genera 47% de los ingresos del grupo.
CIE participa, además del negocio de las apuestas, en el manejo de artistas, conciertos y negocios relativos, con fuerte presencia en América Latina. Tiene como enclave principal al Hipódromo de las Américas, en el Distrito Federal, donde al tradicional negocio de carreras de caballos, añadió un establecimiento con más de 700 terminales electrónicas, y área para apuestas deportivas remotas, (el Royal Yak Casino), un parque temático para niños (Granja Las Américas) y un gran centro de exposiciones Banamex, que la empresa considera “el más importante de América Latina y de clase mundial.”
El infranqueable búnker de CIE, ubicado sobre la avenida Industria Militar y a un costado del Hipódromo de Las Américas en la Ciudad de México, desdeñó responder el cuestionario remitido por este reportero, a través de la Gerencia de Mercadotecnia. Sin embargo se conocen algunos datos estratégicos sobre sus operaciones en sus reportes obligatorios a sus accionistas de la BMV. Al primer trimestre de 2011, los ingresos de CIE Las Américas representaron 47% de los ingresos consolidados del grupo, lo que significó un alza de 14% respecto al mismo periodo del año anterior, al sumar mil 103 millones de pesos. “El incremento es consecuencia de la combinación de mayor asistencia a las salas de Books & Yaks y al crecimiento en el gasto promedio de los visitantes a dichas salas”, explicó la propia compañía.
Desde 2007, Alejandro Soberón Kuri, presidente del Consejo de Administración y director general de CIE, anticipó mejores tiempos para el grupo, como resultado de su alianza con la mencionada firma española. “2007 fue un año muy favorable… Vendimos una participación de 49% en CIE Las Américas a Codere, empresa española con más de 25 años de experiencia en la industria del juego y uno de los operadores líderes en Europa y América. Si bien Codere ya era socio de CIE en Sports Books y Yaks, ahora podrá participar en los demás negocios de esta división”. Tal operación, precisó, “sentó las bases para continuar con nuestro liderazgo en el desarrollo de la dinámica industria del juego en México”.
También subrayó que el negocio de las apuestas fue la división que más ingresos aportó al grupo: “CIE Las Américas es la división que registró el mayor crecimiento y la que contribuyó en mayor medida a los ingresos del año”.
Para Soberón Kuri su apuesta con la española en México parecía muy redituable: “La industria del juego es relativamente nueva, pero aun cuando se ha expandido significativamente en años recientes, consideramos que su potencial de crecimiento es enorme. Durante el año instalamos más de 2 mil 500 terminales de Yak electrónico, con lo cual actualmente contamos con 7 mil 860. Asimismo, nos hemos enfocado en aumentar al máximo la capacidad de ingresos por terminal lo cual implicó ampliar o reubicar algunas instalaciones”.
En esta apuesta que los principales promotores del sector mantienen por el liderazgo, CIE se ganó un “super premio” de la Segob, sin explicar las condiciones del caso. En 2007 recibió una modificación al permiso otorgado a Administradora Mexicana de Hipódromo, para instalar, operar y explotar 20 centros de apuestas remotas y sorteos de números adicionales a los 45 ya existentes, llegando a un total de 65. “Esperamos que las actuales 43 salas en operación, sumadas a las próximas expansiones, reubicaciones e inauguraciones nos permitan operar a plena capacidad para 2011”, dijo el directivo.
Soberón Kuri perfiló la estrategia de CIE para afianzarse en este creciente mercado de las ilusiones. “Con el propósito de conservar nuestro liderazgo nos hemos enfocado en atraer nuevas audiencias y asegurar la lealtad de los clientes actuales con un servicio de excelencia, instalaciones de punta y una amplia gama de acciones de juego”.
Televisa, beneficiaria de Creel
Estas fábricas de dinero fácil que son los casinos no podían pasar desapercibidas para el poderoso Grupo Televisa y en 2005 lanzó su propia marca: Play City, mediante la firma Apuestas Internacionales SA (AISA), y a la fecha suma al menos 25 establecimientos en las principales ciudades del país, que son también de los más grandes y completos en este mercado de las ilusiones.
Todo esto luego de que el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, en una operación muy cuestionada, le otorgara –junto a otros beneficiarios de tal generosidad del ayer y hoy aspirante presidencial– un cuantioso paquete de 65 permisos para instalar igual número de casinos en el país, sin especificar las dimensiones de los mismos ni la inversión total o por establecimiento, y este es un detalle nada menor.
Mediante un bombardeo de publicidad constante en sus propios medios (electrónicos e impresos, abiertos y de paga), Televisa logró posicionar sus marcas Play City Casino y Sorteos del Trébol, y entró a disputar el liderazgo del sector; presionó fuertemente al mercado en las principales ciudades del país y mantiene un ritmo de crecimiento que es la envidia de los demás apostadores, quienes se vieron en la necesidad de buscar alianzas para no quedarse atrás.
La empresa también ignoró el cuestionario remitido por SinEmbargo.mx, pero en sus reportes bursátiles Grupo Televisa filtra algunos datos sobre su ritmo de expansión. No revela cuántas terminales electrónicas suman sus 25 establecimientos Play City Casino en la República Mexicana, pero sí informa que da
empleo directo a mil 300 personas, incluyendo a asistentes de apostadores, cajeros, meseros, cocineros, administrativos y otros, en dos turnos que a ciertas horas son insuficientes para atender las filas de clientes.
Asimismo, para los efectos de esta indagatoria, la información útil reportada a la BMV está escondida bajo el rubro “otros negocios”, por lo que se dificulta desglosar los datos referentes al negocio de las apuestas. Pero algo deja ver. Según sus reportes, las ventas del primer trimestre de 2011 se “incrementaron 18.1% a 949.5 millones de pesos en comparación con los 803.8 millones del primer trimestre de 2010. Los negocios de fútbol y el de juegos y sorteos presentaron un buen desempeño. Los resultados del negocio de juegos y sorteos se debieron, entre otras razones, al éxito ininterrumpido del juego de lotería relacionado con el fútbol”.
Además, con la marca Sorteos del Trébol, Televisa comercializa sorteos de números y sorteos instantáneos. Actualmente tiene más de 5 mil 300 puntos de venta en toda la República Mexicana. La variedad de su portafolio comprende desde los sorteos más tradicionales, como Superlotto, hasta las quinielas deportivas, como Gana Gol. La innovación de sus productos le ha valido hacerse de un nombre en la categoría de forma rápida y ha podido colarse entre los competidores más importantes del mercado”.
“Con sólo venir ganas!”, afirma la publicidad de Play City Casino, que sólo en al Valle de México registra cinco grandes establecimientos en las zonas de alto y medio poder adquisitivo (Polanco, Del Valle, Acoxpa, Lomas Verdes y Metepec) y el resto en las principales ciudades del país; en total son apenas 25 de los 65 establecimientos que tiene autorizados en el permiso original.
Impacto económico y social
En conjunto, estos tres líderes y el resto de los apostadores “legales”, 15 en total (considerando la participación de Caliente en ocho de 25 empresas registradas en Segob- DGA JS), sumaron a principios de este año 90 mil terminales de juego instaladas, una cifra cambiante debido a las constantes aperturas de nuevos establecimientos y a la opacidad con que ordinariamente se manejan los promotores en México, de suerte que para conocer detalles del mercado nacional de las apuestas haya que recurrir a fuentes internacionales donde la legislación es más rigurosa y los empresarios del juego son más transparentes que sus socios mexicanos, además de manejar las cifras por ser inversionistas potenciales.
“El mercado del juego mexicano se ha convertido en uno de los mayores del mundo y se encuentra en continuo crecimiento”, plantea un análisis de mayo de 2011 del medio especializado eldiariodeljuego.com. “El gobierno de ese país ha autorizado 798 salas de las que 434 se encuentran ya operativas”.
Además precisa los casinos en México generan al menos “120 mil puestos de trabajo, directos e indirectos, y se calcula que en 2014 los ingresos que generarán los casinos a sus dueños ascenderán a 2 mil 385 millones de dólares… además, en 2010 el sector abonó impuestos de 450 millones de dólares”.
Opacidad y violaciones legales en México
La expansión nacional de esta “industria” se da en un paraíso jurídico, con leyes y reglamentos obsoletos (le ley de la materia se promulgó en 1947 y en 2005 el nuevo reglamento fue fuertemente impugnado por diversos opositores). Además, las autoridades son omisas, cuando no señaladas de corrupción –apenas en junio pasado se aplicó una auditoría precisamente en la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos de Segob– y, algo sin duda grave, ignoran las acusaciones de quienes señalan que los casinos operan terminales electrónicas sin certificación y normalización que garanticen la transparencia y legalidad de las apuestas, y aleatoriedad de los sorteos.
Salvador Sánchez Abarca, ejecutivo de la empresa especializada Normalización y Certificación Electrónica (NYCE), afirma también se utilizan “máquinas chatarra”.
“Por lo menos la tercera parte de las 100 mil máquinas instaladas en casinos mexicanos no cuentan con certificación de las autoridades mexicanas, además de que algunos centros de apuestas operan con equipos considerados chatarra electrónica”, publicó también La Jornada; el diario destacó que en 2000 comenzaron a entrar al país muchas máquinas de juegos electrónicos de segunda mano –la nota no menciona si adquiridas o rentadas, y este es un detalle muy importante en cuestión del reparto de las ganancias de los permisionarios y operadores–.
La Ley Federal de Juegos y Sorteos no ha sido modificada, por lo que el país no cuenta con una legislación que haga obligatoria la certificación.
En un comunicado que revela la situación imperante en el país, con fecha del 30 de enero de 2010, NYCE informa y se congratula de haber entregado el primer certificado de la norma mexicana correspondiente, a la mesa electrónica de ruleta de la marca eslovena Alfastreet, promovida por el Grupo Amusgo y ubicada en los casinos de Caliente.
La entrega del certificado se realizó ante la presencia de directivos de la industria, dice el comunicado: “Se contó con la presencia del presidente de la Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos, Alfonso Pérez Lizaur; del gerente de Operaciones de Servicios para TI de NYCE, Salvador Sánchez; de Mariano Hernández como representante de Grupo Caliente, firma propietaria de la sala de juegos donde se llevó a cabo la certificación; de los representantes de Grupo Amusgo, Yeshua Martínez y Alfredo Lazcano, así como de Carlos Sanz, representante de Codere, empresa que funge como operadora de la sala de juegos”.
El mismo comunicado destaca que tal certificado “es el primero en su tipo y se convierte en un parteaguas de la industria, toda vez que a más de dos años de trabajos de normalización en materia de equipos para juegos y sorteos, de la creación de una infraestructura de evaluación de la conformidad acorde con un esquema voluntario y de librar competencias desleales de algunos permisionarios y operadores, al fin una empresa comprometida con el cumplimiento del marco regulatorio vigente estuvo dispuesta a ser evaluada con base en la norma mexicana NMX-I-209-NYCE Dispositivos de juego en establecimientos y obtener la certificación para sus máquinas”.
Durante la ceremonia, Carlos Pérez, en representación de NYCE, sostuvo que “este es un comienzo muy prometedor para una industria que está en proceso de expansión y consolidación en México”.
Salvador Sánchez, gerente de Operaciones de la compañía certificadora, precisó que “se requiere del esfuerzo de empresas, que le han apostado al cumplimiento de las normas mexicanas para ganarse la confianza del usuario y darle la certeza de que utiliza para su diversión dispositivos de juego que aseguran la aleatoriedad del sorteo”.
Carlos Sanz, representante de Codere, también dijo que ”haciendo un poco de historia, tuve mi primer acercamiento con las homologaciones y certificaciones hace ya más de 30 años en España, y una vez que vine a México esperando esto me tardé 22 años en que llegara, pero finalmente sucedió gracias a que empujamos la creación de las normas mexicanas de esta industria -a pesar de la clara oposición que hubo en el inicio- y a que buscamos la relación de NYCE con los líderes de la evaluación de estos dispositivos en el mundo”.
De ahora en adelante, expresó, los usuarios conocedores exigirán ver en las máquinas de juego el sello “Certificado NYCE-Juegos y Sorteos”, o bien la publicidad relacionada con dicha certificación al lado de cada máquina certificada, mientras que los fabricantes de equipos y las salas de juego que cada día enfrentan una mayor competencia verán en la certificación un elemento de competitividad –tanto a nivel nacional como internacional–, lo que les permitirá atraer mayores clientes hacia el uso de equipos certificados y hacia las salas de juego donde dichos equipos se encuentran operando”.
El representante de Codere concluyó: “Aunque existan actualizaciones de software propias del dinamismo de la industria, al verificar los dispositivos periódicamente NYCE podrá asegurar que siguen cumpliendo con las especificaciones de seguridad, aleatoriedad en el sorteo y un pago justo de los premios de acuerdo con las reglas del juego”.
Con testimonios y visitas a varios casinos en el Valle de México se pudo constatar que, al menos todavía, tal certificación no está generalizada ni es visible a los ojos de los clientes.
Relacionado con el bombardeo publicitario que utilizan algunas de las empresas para aumentar su clientela, existe una franca violación a las leyes aplicables. La Ley Federal de Protección al Consumidor prohíbe emplear publicidad engañosa. Un caso flagrante es el de Play City Casino, cuya promoción de la marca, desde su eslogan es, por decir lo menos, cuestionable: “Con sólo venir ganas… “, invita a “ganar increíbles premios”, “ofrece un sano esparcimiento, protegiendo la integridad de la persona, de su familia y de su bolsillo”, “la única en donde ganar es muy fácil”.
Pero el procurador de la materia al parecer ni cuenta se ha dado. La ley citada precisa, en su Capítulo III, De la información y la publicidad, Artículo 32: “La información o publicidad relativa a bienes o servicios que se difundan por cualquier medio o forma deberá ser veraz, comprobable y exenta de textos, diálogos, sonidos, imágenes y otras descripciones que induzcan o puedan inducir a error o confusión por su inexactitud”.
En general, los promocionales de las empresas mencionadas, las que más se anuncian a nivel nacional, incurren en franca violación a lo estipulado por la ley: en publicidad abierta o en sus portales abunda la autopromoción carente de información útil y veraz, difícil de comprobar, y confusa, saturada de verborrea.
El Congreso tiene otras prioridades
La negativa de los zares de las apuestas a transparentarse y rendir cuentas de un negocio de alto impacto económico y social, de algún modo está respaldada por un Congreso renuente a reformar la ley y exigir su aplicación rigurosa.
El propio suspirante presidencial, Santiago Creel –todavía en su calidad de senador– dejó sin respuesta la petición de este reportero para explicar su posición frente a este problema.
En otros países donde la legislación es más rigurosa, la apertura de las empresas se refleja incluso en sus portales, que al primer click muestran datos financieros duros, cifras de inversión y operaciones importantes. Es el caso de la española Codere, que también cotiza en la Bolsa de Valores de Madrid, la cual de inmediato aporta información útil para el análisis, en español e inglés.
A través de la apostadora española se puede alumbrar algo el mundo oculto de la ludopatía en México. “En la actualidad, Codere tiene operativos alrededor de 19.299 terminales de juego en México, es el mayor operador de locales de juego, gestiona 96 salas de bingo y 97 puntos de terminales, un hipódromo. Con todo esto sumó ingresos por 219.3 millones de euros y 63.6 millones de euros de utilidad (EBITDA).
A nivel internacional, la firma planteó que en el año fiscal 2010, en el rubro de ingresos registró mil 127 millones de euros; su magnitud operativa llegó a 53, 572 máquinas (terminales); 129 salas de bingo;13 casinos, tres hipódromos, 597 puntos de apuestas, y una plantilla laboral de 17 mil 592 empleados.
La española admite que la evolución de los principales parámetros económicos de Codere durante los últimos años muestra un crecimiento de su volumen de negocio y de su rentabilidad. Referente a México precisa: “Todos los analistas destacan la importancia del mercado mexicano con un fuerte crecimiento potencial del sector del juego. Codere opera en México asociada con dos grupos que son líderes en el mercado nacional, el Grupo Caliente y la Compañía (sic) Interamericana de Entretenimiento (CIE)”.
Las salas de juego gestionadas por Codere se distribuyen por todo el territorio mexicano y se ubican en las principales ciudades del país, como México D.F., Monterrey, Veracruz, Guadalajara, Puebla, Cuernavaca, León, Cancún, Mérida y Tijuana, entre muchas otras: “La ubicación de estas salas en los mejores emplazamientos urbanos facilita no sólo una gran afluencia de visitantes sino que genera también una elevada productividad”.
Críticas morales
La iglesia católica en México no ha variado su oposición a los casinos y siempre se pronunció en contra de la aprobación de una Ley que los promoviera. En sus consideraciones, la Conferencia de Episcopado Mexicano preveía que la operación de casinos acentúa la inequidad, dado que “la casa siempre gana, es decir los más ricos –que son los dueños de estos negocios– concentran el beneficio de las ganancias a costa de los jugadores que ante el espejismo de ganar, en un golpe de suerte, exponen sus ingresos y ahorros”.
Aunque admite el impacto económico positivo reflejado en la creación de empleos, puntualiza que “es necesario aprobar leyes que conduzcan hacia un modelo de desarrollo que propicie la justicia social y la equidad de condiciones para todos los mexicanos. No es promoviendo los casinos como se va a lograr, porque estos empeoran la distribución de la riqueza”.
Ante la expedición del Reglamento de la Ley Federal de Juegos con apuestas y Sorteos, por el secretario Santiago Creel, el 6 de julio de 2005, en el “comunicado con motivo de la instauración de casinos” la CEM precisó: “Nos preocupa que, viendo tantos efectos laterales negativos, se siga dando apoyo y permiso para que funcionen estas empresas que perjudican gravemente la salud de nuestro país.”
Más de 15 años después, desde que se pronunció contra la autorización de casinos, las advertencias hechas por la jerarquía católica, se han cumplido. La realidad es inocultable: a juzgar por los resultados financieros de los inversionistas, una población crecientemente adicta, empobrecimiento de muchos para el enriquecimiento de muy pocos afortunados. Y un reto enorme, presente y futuro, para el gobierno mexicano: restablecer la salud mental y física de los estragos que están ocasionando los casinos en México a millones de ilusos que cayeron presas de la tramposa publicidad: “Con sólo venir ganas”.
Violaciones flagrantes al marco legal
En lo relacionado con violaciones a la Ley Federal de Juegos y Sorteos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1947, un ejemplo flagrante lo comete el establecimiento Play City, ubicado en la plaza Antara Polanco, en el Distrito Federal, el cual se ubica casi frente a dos importantes escuelas: el Tecnológico Franco Mexicano y la Alianza Francesa de México, cuando la ley precisa: “Artículo 9º.- Ningún lugar en que se practiquen juegos con apuestas o se efectúen sorteos, podrá establecerse cerca de escuelas o centros de trabajo”.
Un ejemplo de la obsolescencia de la Ley es el relacionado con el monto de las multas, según el Artículo 13º:“Se aplicará prisión de un mes a dos años y multa de cien a cinco mil pesos: I.- A los que alquilen a sabiendas un local para juegos prohibidos, o con apuestas, o para efectuar sorteos sin el permiso de la Secretaría de Gobernación; II.- A los jugadores y espectadores que asistan a un local en donde se juegue en forma ilícita”.
El Reglamento especifica: “Artículo 9.- No serán objeto de autorización las máquinas tragamonedas en cualquiera de sus modalidades. Se entiende por máquina tragamonedas el artefacto, dispositivo electrónico o electromecánico, digital, interactivo o de cualquier tecnología similar, que mediante la inserción de un billete, moneda, tarjeta, banda magnética, ficha, dispositivo electrónico de pago u objeto similar, o por el pago de alguna contraprestación, está disponible para operarse y que, como resultado de dicha operación, permite al usuario del mismo obtener mediante el azar o una combinación de azar y destreza, la entrega inmediata o posterior de premios en efectivo o en especie”.
Pero el mismo artículo hace una confusa excepción: “Para efectos de este Reglamento no se consideran como máquinas tragamonedas las siguientes: III. Las terminales de apuestas o las máquinas que permiten jugar y apostar a las competencias hípicas, deportivas o al sorteo de números electrónicamente ni, en general, las que se utilicen para desarrollar los juegos y apuestas autorizados. Estas terminales deberán estar claramente identificadas como tales en los establecimientos autorizados”.
Para efectos de este reportaje, en lo relacionado con sanciones por incumplimiento del reglamento, precisa el Artículo 151: “Se consideran infracciones graves del permisionario y serán sancionadas con revocación del permiso y, en su caso, clausura del establecimiento, los casos siguientes: IV. Cuando el permisionario, o bien, alguno de sus accionistas o beneficiarios sean condenados por delitos dolosos de índole patrimonial, fiscal o relacionados con la delincuencia organizada o de operaciones con recursos de procedencia ilícita; V. Cuando el permisionario, o bien, alguno de sus accionistas o beneficiarios sean declarados en concurso; VI. Cuando ceda, pignore o transfiera, en cualquier forma, el permiso o los derechos en él conferidos; VII. Cuando no ejerza la autorización contenida en el permiso dentro del plazo que éste señale; VIII. Cuando interrumpa por segunda ocasión en un período de doce meses la operación o prestación de servicios al público, total o parcialmente, sin causa justificada; IX. Cuando modifique o altere sustancialmente la naturaleza o las condiciones de los juegos con apuestas o sorteos autorizados, y X. Cuando no entere oportunamente las participaciones respectivas”.
En el capítulo de Transitorios, el reglamento especifica: “TERCERO.- Los permisos vigentes otorgados con anterioridad a la entrada en vigor de este Reglamento se respetarán en los términos y condiciones en que hayan sido expedidos. Los permisionarios a que se refiere este artículo podrán solicitar a la Dirección la sustitución de sus autorizaciones por nuevos permisos que se expedirán conforme a las disposiciones del presente Reglamento, los cuales respetarán el plazo y términos del permiso otorgado originalmente”.