Después de una larga disputa jurídica, el presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, Thompson Flores determinó que Lula Da Silva siga en prisión.
El juez en turno ordenó que se pusiera en libertad al expresidente sin embargo otro juez negó esta orden por lo que la Policía Federal no actuó por la contradicción.
Sao Paulo/ Ciudad de México, 8 de julio (EFE).- El presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), Thompson Flores, zanjó hoy la batalla judicial entre dos magistrados de dicha corte por la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva y determinó que el expresidente de Brasil continúe en prisión.
Flores respondió así a un pedido interpuesto por el Ministerio Público Federal (MPF) para suspender la decisión del juez de guardia Rogerio Favreto, quien hoy ordenó la libertad del líder del Partido de los Trabajadores (PT), encarcelado desde el pasado 7 de abril por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El “habeas corpus” concedido este domingo por Favreto generó una gran polémica y contó con la oposición de un segundo juez, João Gebran Neto, instructor del caso Lava Jato en segunda instancia, lo que abrió un pulso jurídico entre ambos magistrados.
Gebran Neto es uno de los tres jueces que integran la octava sala del TRF-4 de Porto Alegre, corte que condenó este año a Lula en segunda instancia a 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero.
A pesar de la decisión de Gebran Neto, Favreto insistió y ordenó en su último auto que Lula fuera puesto en libertad inmediatamente, pero la Policía Federal no actuó debido a la contradicción entre los autos de ambos jueces.
El presidente del TRF, no obstante, señaló que la decisión sobre la libertad de Lula es competencia del instructor de la Lava Jato y no del juez de guardia.
De esa forma, Thompson Flores puso fin, al menos de forma temporal, a un conflicto jurídico sobre la libertad del expresidente brasileño, quien deberá permanecer en la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde está arrestado desde hace tres meses.
Favreto, juez que estaba de turno en el TRF-4, sorprendió hoy al conceder a Lula un habeas corpus y citó la precandidatura del expresidente a las elecciones presidenciales de octubre como un hecho “nuevo” que debe ser tomado en consideración para su libertad.
El PT ha mantenido la candidatura de Lula a pesar de su arresto, pero según la ley electoral, se encuentra virtualmente inhabilitado después de la condena en segunda instancia.
Ante la expectativa de que fuera liberado, decenas de simpatizantes se reunieron hoy a las puertas de la Policía Federal de Curitiba para transmitir su apoyo al líder más popular de la izquierda brasileña.
DISCUSIÓN ENTRE JUECES
Un juez brasileño ordenó por segunda vez el domingo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sea puesto en libertad, lo que añade un nuevo capítulo al dramático toma y daca de decretos judiciales.
El juez Rogerio Favreto, del Cuarto Tribunal Federal Regional, dijo que Lula debe ser excarcelado en el transcurso de la siguiente hora.
No está claro si la policía cumplirá con esa orden. Otro juez del cuarto tribunal que está a cargo del caso de Lula anuló la primera orden de Favreto de liberar al exmandatario, y dos analistas dijeron que esa orden sobresee la de Favreto.
Para complicar aún más las cosas, el juez que en primera instancia declaró culpable a Lula, Sergio Moro, sería el que tendría que remitir la orden de excarcelación a la policía, y ese juez le dijo a la policía que no cumpliera con la primera orden de Favreto.
Lula comenzó a cumplir en abril una sentencia de 12 años de prisión por corrupción en los cuarteles de la policía federal de la ciudad de Curitiba. El exmandatario ha negado haber cometido delito alguno, y su condena y encarcelamiento han dividido a los brasileños.
En las horas posteriores a que se anunció la primera decisión, cientos de partidarios de Lula llegaron a los cuarteles de Curitiba con banderas y gritaban “Lula libre”. La atmósfera era festiva y seguía así incluso después que se revirtió la excarcelación.
Los abogados de Lula han argumentado que no debió ser encarcelado hasta que se agotaran todas sus apelaciones, y han presentado varias peticiones para su liberación que han sido denegadas hasta el momento.
Pero el domingo por la mañana, Favreto, el juez en turno en el Cuarto Tribunal Federal Regional, ordenó su excarcelación.
Favreto dijo que el encarcelamiento le había negado a Lula dos derechos fundamentales: su libertad como civil mientras espera una decisión final de la corte de apelaciones, y su derecho a competir en las elecciones presidenciales de octubre. Lula ha dicho reiteradamente que sigue siendo candidato, y es puntero en las encuestas de intención de voto.
Pero entonces el juez Moro ordenó a la policía que no cumpliera la orden de excarcelación.
Favreto respondió ordenando a la policía que cumpliera su orden.
“Ordeno que se cumpla inmediatamente la medida judicial de liberar al acusado, so pena de sanción por no acatar una orden judicial”, escribió Favreto.
Fue entonces que intervino el juez Joao Pedro Gebran Neto, quien está a cargo de manejar el caso de Lula en la corte federal regional, y ordenó que Lula siguiera tras las rejas.
Maristela Basso, profesora de ley internacional y comparativa de la Universidad de Sao Paulo, dijo que la decisión de Favreto parecía “más política que judicial”, pero podría incrementar la presión sobre el Supremo Tribunal Federal para que libere a Lula.
Aún hay una petición para liberar a Lula pendiente en el máximo tribunal del país, el cual se encuentra en receso.
El año pasado, Moro declaró culpable a Lula de hacer favores a una compañía constructora a cambio de la promesa de un apartamento en la playa. Ese fallo fue ratificado por una corte de apelaciones en enero. El expresidente también enfrenta otros cargos de corrupción.