La tensión se apoderó de nuevo de Nochixtlán, Oaxaca, con la visita de Roberto Campa Cifrían, el Subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, que fue recibido a gritos y despedido con amenazas. Ayer, el funcionario se reunió durante casi seis horas con los líderes de la CNTE, pobladores y heridos durante el enfrentamiento con policías ocurrido el pasado 19 de junio. Campa les dejó promesas en la mesa. Les dijo que regresaría, pero en cuanto pudo, subió a su vehículo con su comitiva y se fue.
Nochixtlán, Oaxaca, 8 de julio (SinEmbargo/enviada).-Los niños colgaban de los barrotes de la reja de la escuela primaria Abraham Castellanos y sus padres y madres gritaban consignas en contra del hombre que subió apresurado a un vehículo blanco: “¡Quemen al perro! ¡Quemen al perro!”, gritó uno de ellos. “¡Tiren la reja! ¡Tiren la reja!”, le siguió otro. “¡Cuidado con los niños! ¡Hay niños!”, dijo uno más en medio del griterío.
“¡No te vas a ir hasta que nos digas los acuerdos de la Comisión! ¡Y si no nos gustan, no te vas! ¡Aquí te quedas!”, le advirtieron en coro.
Así concluyó este día la visita del Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa Cifrían, a Nochixtlán, Oaxaca, en donde se reunió con líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y familiares de los muertos y heridos durante el enfrentamiento entre pobladores y policías federales y estatales ocurrido el pasado domingo 19 de junio.
Campa Cifrían llegó una hora y media tarde, a las 11:30. Se encontró con la cancha de la escuela llena de hombres y mujeres del pueblo, varios de ellos en muletas y heridos. Una mesa alargada y decorada con pólvora, casquillos y envases de gas lacrimógeno. En ese lugar habló con los pobladores durante casi seis horas.
Pero no fue suficiente. Al salir, cientos de habitantes que durante todo el día, desde la mañana, rodearon el perímetro de la escuela en una valla humana, no se quedaron conformes cuando Roberto Campa ofreció una entrevista a los medios de comunicación para dar a conocer los acuerdos a los que se llegaron en la mesa de negociación.
“Es una primera visita”, repetía Campa. “Hay avances en las investigaciones”, decía con una voz apenas perceptible para algunos medios que se encontraban a una menor distancia de él. Entonces concluyó, dio la media vuelta e ingresó de nuevo al plantel para abordar su vehículo y salir de Nochixtlán.
Fue inútil. La población enardecida se volcó hacia la salida de los vehículos de la escuela y se apostó tras la puerta cerrada.
Llovieron las consignas, las amenazas. Un niña de unos nueve años escaló hacia la pequeña barda del barandal y otros niños la siguieron. En unos segundos un costado de la escuela quedó cubierto por cientos de pobladores que subieron al barandal para gritar y exigir que Campa no se fuera del lugar sin darles una explicación.
“¡Se ve, se nota, en Nochixtlán no hay derrota!”, gritaron los pobladores que soportaron durante todo el día los rayos del sol. Ahí, afuera de la escuela, improvisaron pequeños espacios de sombra con lonas de plástico. Acordonaron el perímetro que quería libre de reporteros, fotógrafos y camarógrafos y lanzaron cohetes durante toda la mañana.
Hubo vendimia: mujeres vendieron sus tamales, otros raspados, helados, paletas, papas, refrescos, semillas, frituras y hasta paraguas para cubrirse del sol.
Pero el ambiente de tensión que recibió a Campa con la consigna de: “¡Asesino!¡Asesino!”, se agudizó cuando intentó irse sin hablar con aquellos que esperaron pacientes la conclusión de la reunión.
LOS ACUERDOS
Luego del encuentro que Roberto Campa sostuvo con miembros de la CNTE y pobladores de Nochixtlán, le fue impedida la salida de la escuela Abraham Castellanos debido a que la población exigía conocer los acuerdos a los que llegaron durante la reunión. Entonces el funcionario federal salió de su vehículo y se regresó a la cancha de la escuela para dar un mensaje a medios y pobladores. Ahí aseguró que uno de los principales convenios es que el Gobierno federal se comprometió a que “nadie que requiera atención médica va a ser criminalizado”.
Antes del mensaje, las puertas de la escuela se abrieron para que el resto de los pobladores que esperaron afuera, ingresaran para escuchar al funcionario.
En cuestión de minutos, la cancha del plantel y los pasillos se llenaron de personas. Campa Cifrían tomó el micrófono y se dirigió a la población que minutos antes prometió no dejarlo ir, si no quedaba satisfecha con su explicación y sus propuestas.
“Yo lo que puedo decirles es que estaremos aquí el tiempo que sea necesario. Agradecemos que nos hayan abierto las puertas, estamos comprometidos a ganarnos la confianza”, dijo el funcionario en medio de gritos que le exigían saber sobre los acuerdos.
El funcionario aseguró que estarán en el municipio durante los próximos días para atender a las víctimas, “no nos vamos ir, no tenemos ningún interés más que en este asunto”.
Campa detalló que para el Gobierno federal será prioridad la atención de los heridos, debido a que los pobladores denunciaron que éstos no han podido ser atendidos adecuadamente ante el temor de acudir a un hospital.
“Nadie que requiera atención médica va a ser criminalizado”, dijo el funcionario y precisó que al municipio arribaron con equipo médico para la atención de los heridos.
El Subsecretario informó que la investigación del caso la tiene ya la Procuraduría General de la República (PGR), mientras los pobladores exigieron una investigación transparente. Durante la reunión fueron expuestas algunas necesidades de la comunidad, como infraestructura y la construcción de un hospital.
En la mesa se también discutió la Reforma Educativa y Campa aseguró que ya se reunió con los dirigente de la CNTE presos.
Isabel García, integrante de la Comisión Política de la CNTE, dijo antes del arribo de Campa, que la exigencia para el Gobierno Federal sería la derogación de la Reforma Educativa, una visita in loco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la falta de confianza que tiene en las autoridades mexicanas, así como justicia, atención a los heridos y una disculpa pública.
En ese sentido, el funcionario aseguró que, a más tardar la próxima semana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca se integrarán a los trabajos de investigación.
NOCHIXTLÁN DESPUÉS DE CAMPA
Previo al arribo del funcionario, mujeres, hombres y niños también lanzaron consignas en contra del Gobierno y de la prensa.
“¡Se ve, se nota, en Nochixtlán no hay derrota!” , “¡urgente, urgente evaluar al Presidente!”, “¡burro Peña Nieto!”, “¡prensa vendida de cómo es la mordida!”, “¡Nuño asesino, asesinas campesinos!”, gritan al unísono.
Los maestros y pobladores pidieron a los reporteros y fotógrafos que abandonaran la escuela, en donde se realizó la reunión con Campa Cifrián.
El diálogo se dio en la cancha del plantón, ante la mirada de los pobladores que se asomaban a través de las rejas.
Al concluir la reunión hubo una conferencia de prensa. Los maestros exigieron las credenciales de prensa a la vista, pues hablaban de “evitar a los infiltrados”.
Roberto Campa abandonó Nochixtlán en cuanto se abrió la puerta de la escuela primaria y los pobladores no opusieron resistencia a eso de las 17: 45 horas.
En la cancha de la primaria se quedaron algunos dirigentes y maestros de la CNTE, así como algunos familiares de los heridos y muertos, pero la mayoría de la población se dispersó rápidamente.
A las 18:00 horas, las campanas de la iglesia empezaron a repicar y minutos después, una mujer rezaba el rosario a través de un altavoz.
La voz de la rezandera llegaba más allá de la iglesia, de la plaza y se escuchaba hasta los hoteles aledaños, los comercios y las viviendas aledañas.
Había cánticos: “Dios te salve María”, “Padre Nuestro” y al final la letanía. El viento empezó a soplar fuerte en cuanto cayó la tarde. Un viento que abonó para que los rezos y los cantos se extendieran por todo el centro de Nochixtlán.