La escritora Jazmina Barrera platicó con SinEmbargo sobre su más reciente libro, en el cual recorre los pasos de Elena Garro. Se trata de un viaje íntimo que emprendió a lo largo de dos años, seis meses y dos días y que devino en una colección de pasajes biográficos y apuntes críticos sobre la gran escritora del siglo XX.
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).– Elena Garro (1916-1998) “fue muchas, vivió muchas vidas. Fue una para las personas de su tiempo, una para sí misma, otra en sus libros, y otra para quienes la observamos desde el día de hoy”, planteó la escritora Jazmina Barrera, autora de La reina de espadas (Lumen), un texto en el que recorre la vida de la novelista, dramaturga, guionista, periodista y escritora mexicana a través de “la mirada de una retratista”.
“A mí me interesaba este artefacto más literario, en donde se plantea una relación, la mirada de una retratista y el retrato de una mujer, o varios retratos de Elena Garro”, compartió Barrera en entrevista con SinEmbargo. “Quería establecer ese diálogo intergeneracional, ese redescubrimiento de su vida, quizás no tanto a partir de los grandes eventos de su vida, aunque están ahí, sino de pequeñas cosas, desde distintas perspectivas”.
Jazmina Barrera ahondó cómo a través de las pequeñas cosas que descubrió en los archivos de Garro, en las notas, en sus libretas, en sus garabatos, listas, tickets de compra pudo conocer más de su vida cotidiana, de su personalidad fuera de la farándula.
“Ahí se puede construir un retrato íntimo, hasta cierto punto, porque hay muchos misterios todavía, hay muchas lagunas, pero hasta cierto punto podemos acceder a su personalidad, a sus luces y sus oscuridades, sus virtudes y sus defectos. Para mí era importante no idealizarla y tampoco presentarla como se hizo tanto tiempo como una loca, una villana, sino como un ser humano”.
Barrera platicó el impacto que le causó entender de dónde venía el talento de Elena Garro porque, expuso, es extraordinaria la cantidad de libros que escribió en todos los géneros, con muy distintos estilos. ”Era una escritora muy, muy, versátil que se reinventaba continuamente y cuando conoce su vida, te das cuenta de que desde muy chica estuvo expuesta a los cuentos de hadas y a un mundo de mitos, de leyendas, de una mirada distinta, de entender el tiempo, la memoria, y desde chica estuvo muy cerca del arte, del teatro, del cine y de la literatura, yo creo que hubo mucha fluidez entre esos medios”.
“Y la escritura, pues ella llegó a ella casi por obra de arte porque se casó con Octavio Paz; Octavio Paz le pidió abandonar el teatro, el baile, el cine y entonces se dedicó primero al periodismo y después a la escritura de novela, de teatro, de cuento, pero yo creo que en cualquiera de esos medios ella habría expresado todo eso que tenía que expresar, una mente tan inquieta, tan tan fértil, pues en cualquier medio iba a hacer cosas fabulosas”.
Jazmina ahondó cómo Elena Garro fue hasta cierto punto “muy rebelde y muy libre”, a pesar de que, ahondó, “como muchas de las mujeres de su época estaba atrapada entre estos dos mundos, del mundo de las convenciones conservadoras ,de los roles de género, de los estereotipos”.
“La suya es una vida en donde por un lado era la esposa del diplomático (Octavio Paz), la madre, y la anfitriona, y por otro lado era amante, viajera, escritora y rebelde. Siempre fue una mujer que dijo lo que pensaba, que fue congruente con sus valores, a veces equivocados, que fue muy valiente en su acercamiento a la política y a los conflictos sociales en una época en la que a las mujeres eso no se les estaba permitido”.
Barrera consideró que la recepción de su obra se ha transformado mucho en los últimos años: “durante mucho tiempo, muchos sus libros eran inconseguibles y ha habido un esfuerzo muy importante de un tiempo para acá de volver a publicar su obra con prólogos de autoras jóvenes para que actualice el contexto, para que la pongan a dialogar con lo que está sucediendo hoy en día, pero todavía quedan varios libros suyos que no se consiguen, y todavía hay muchos que están inéditos”.
“Creo que se ha dicho mucho que Elena Garro fue una de las escritoras excluidas del boom. Yo creo que ya no necesita estar en esa categoría, pero que sí es interesante comparar su obra con la de Juan Rulfo, por ejemplo, yo creo que hay mucho que decir de una lectura paralela entre El llano en llamas y La semana de colores, o ponerla a dialogar, por ejemplo, con García Márquez si queremos pensar en Cien años de soledad y Los recuerdos del porvenir; establecer, por ejemplo, una genealogía de los escritores humoristas en México, ver cómo dialoga un libro como Memorias de España, que es tan divertido con la literatura, por ejemplo, de Ibargüengoitia; es decir, hay muchísimas posibilidades para incluir sus libros en todas estas tradiciones y yo creo que serían lecturas muy fructíferas”.