La migración se ha convertido en el foco de atención de la Cumbre de las Américas, destacándose como un asunto primordial de política exterior.
Por Elliot Spagat
LOS ÁNGELES, 8 de junio (AP) — La Casa Blanca rechazó el miércoles que la ausencia de varios líderes en la Cumbre de las Américas implique un retroceso para la democracia, destacando en cambio los esfuerzos en seguridad alimentaria, clima y otras áreas que se discutirán en el foro hemisférico.
Los principales asesores del Presidente Joe Biden argumentaron que ésta no era una causa perdida solo porque el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y otros líderes decidieron no acudir. López Obrador y otros aseguraron que no irán porque Estados Unidos no invitó a Cuba, Venezuela y Nicaragua debido al rechazo a sus líderes autoritarios. De esos tres países sale un gran número de migrantes hacia Estados Unidos y países vecinos.
Un claro recordatorio de las inasistencias se produjo cuando el Presidente y la Primera dama Jill Biden se pararon en la alfombra roja en Los Ángeles para saludar a los líderes extranjeros que asistieron y pocos eran jefes de Estado. En lugar del Presidente de Guatemala, Biden estrechó la mano del Canciller. Después saludó al Ministro de Asuntos Públicos de El Salvador, al Canciller de Honduras, y al Secretario de Relaciones Exteriores de México.
Entre los nuevos programas que se espera que Biden presente próximamente destaca una iniciativa de financiamiento de seguridad alimentaria de 300 millones de dólares, una nueva asociación climática del Caribe que ayudará a los países de esa zona a acceder a fuentes de energía bajas en carbono y un programa para capacitar a 500 mil trabajadores de la salud en las Américas durante los próximos cinco años.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que la Casa Blanca “invertirá dólares específicos para producir resultados tangibles”.
“Cuando sumas todo eso y observas el impacto práctico para la esfera pública que tendrán las medidas en la cumbre de parte de Estados Unidos, verás que son significativamente más impactantes en las vidas y medios de subsistencia de la gente de esta región que los tipos de proyectos extractivos en los que China ha invertido”, dijo Sullivan a los periodistas el miércoles a bordo del Air Force One.
La migración se ha convertido en el foco de atención de la Cumbre de las Américas, destacándose como un asunto primordial de política exterior.
El Secretario de Estado, Antony Blinken calificó el miércoles las diferencias en las perspectivas políticas como una “fortaleza” de la región. “Tenemos gobiernos democráticos de izquierda, de derecha y de centro. Pero a pesar de las diferencias políticas que existen, si los fundamentos están ahí, podremos trabajar juntos de manera muy, muy efectiva”, dijo Blinken.
Se espera que la “Declaración de Los Ángeles” que se anunciará mientras Biden se reúne con sus homólogos y funcionarios de América del Norte, del Centro y del Sur, sea un llamado a la acción que pueda guiar a países a la hora de recibir a gente que huye de la violencia y busca más estabilidad económica.
“Consideramos esto como un conjunto de declaraciones y acciones sin precedentes por parte de la región para enfrentar una crisis hemisférica”, dijo Sullivan en referencia a la declaración.
Desde 2017, Estados Unidos ha sido el destino más popular de las personas que buscan asilo, todo un desafío que han enfrentado Biden y sus antecesores, Donald Trump y Barack Obama.
Sin embargo, Estados Unidos no es el único. Colombia y otros países de América del Sur albergan a millones de refugiados que han huido de Venezuela. En México se completaron más de 130 mil solicitudes de asilo en 2021, muchas de ellas de haitianos, el triple desde 2020. Numerosos nicaragüenses escapan a Costa Rica, mientras los desplazados venezolanos representan un sexto de la población de la pequeña Aruba.
“Los países ya están teniendo que hacer esto, entonces en lugar de que cada país trate de resolver esto por sí mismo, lo que estamos haciendo es decir: ‘unámonos de manera coherente y construyamos un marco de referencia para que todos podamos trabajar juntos y hacer que esta situación sea más humana y más manejable’”, expresó Brian Nichols, Subsecretario de Estado del Gobierno estadounidense para asuntos del Hemisferio Occidental.
Biden llegó a la Cumbre el miércoles, enfrentando cuestionamientos sobre cuánto progreso puede lograr en materia de migración y otros temas cuando algunos de sus homólogos de la región se quedaron en casa. La controversia ha socavado el inicio de la cumbre, que está organizada por Estados Unidos por primera vez desde el evento inaugural en 1994. Este es un momento, además, en que China ha estado tratando de incursionar en la región.
Aunque Biden estuvo muy involucrado en América Latina mientras fue Vicepresidente, se ha enfocado en otra parte del mundo desde que asumió el cargo de Presidente el año pasado. Ha estado tratando de reorientar la política exterior de Estados Unidos hacia Asia y al mismo tiempo reunir aliados para castigar a Rusia por su invasión a Ucrania.
Es posible que se anuncien algunas medidas concretas en la cumbre, tal vez financiamiento para bancos de desarrollo. Nichols dijo en una entrevista el lunes que discutir cualquier iniciativa específica sería prematuro, pero los varios expertos han dicho que el acuerdo será en gran parte aspiracional.
Al menos existe un acuerdo generalizado de que la ayuda debe tener como objetivo el crecimiento y la estabilidad de comunidades enteras en las que viven los migrantes. “Si sólo se ayuda a los migrantes y no a las comunidades, es contraproducente”, expresó Nichols. El acuerdo podría pedir más vías para legalizarlos, mecanismos para reunir a las familias, que los controles fronterizos sean más humanos y eficientes y una mejora en la forma en que se comparte la información, de acuerdo con expertos que han visto los borradores.
Biden planeaba anunciar una nueva alianza para ayudar a reconstruir las economías de América Latina y el Caribe, que resultaron fuertemente golpeadas durante la pandemia de coronavirus. La administración quiere atraer más inversiones privadas a esos países. La Casa Blanca detalló algunas metas de desarrollo para la región en un documento que incluye aspectos de energía sustentable, cadenas de suministros más fuertes y más controles anticorrupción y temas de impuestos.
Asimismo, el Gobierno de Biden planea anunciar nuevos esfuerzos para fortalecer los sistemas de salud de Latinoamérica. En un trabajo conjunto con la Organización Panamericana de la Salud, Washington prevé ofrecer entrenamiento para más de 500 mil trabajadores del sector en los próximos cinco años, de acuerdo con un funcionario que pidió no ser identificado antes de que el anuncio se haga público en miércoles.
La declaración sobre migración, llamada “Declaración de Los Ángeles”, empezó a tomar forma en negociaciones entre diplomáticos en Colombia durante el mes de octubre y en Panamá en abril. De hecho, la estrategia se parece a un plan estadounidense que la Vicepresidenta Kamala Harris anunció en julio y que pide una “gestión segura y humana de las fronteras” y más vías hacia el estatus legal.
Hasta ahora, sin embargo, la administración de Biden ha hecho poco para lograr eso.
El Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo que un acuerdo migratorio sería un reconocimiento importante de la situación que los gobiernos están enfrentando. “(Cuando) se habla de los problemas y forma parte de una declaración, de una cumbre tan importante como ésta, pues obviamente el problema existe, el problema entre en conciencia de quienes deben de ser parte de la solución”, expresó Lasso frente a un grupo de activistas civiles en Los Ángeles.
Las autoridades estadounidenses están deteniendo a los migrantes que cruzan la frontera con México con más frecuencia que en cualquier otro momento en aproximadamente dos décadas. Bajo una norma de la era de la pandemia destinada a prevenir la propagación de la COVID-19, muchos migrantes son expulsados rápidamente sin la posibilidad de solicitar asilo. Sin embargo, la normativa, conocida como Título 42, se aplica de forma desigual según la nacionalidad del migrante que es detenido.
En Eagle Pass, Texas, uno de los lugares más concurridos de cruces ilegales, los cubanos caminan libremente por el Río Bravo y son dejados en libertad en Estados Unidos tras concedérseles un permiso humanitario. Los ayuda el hecho de que Cuba se niega a aceptarlos de regreso.
México, en cambio, accedió a recibir a los migrantes expulsados de Estados Unidos que son originarios de Honduras, El Salvador y Guatemala.