Utilizando la secuenciación del exoma completo (WES) 1 para estudiar los primeros datos de 130 pacientes de COVID de Siena y otras instituciones toscanas, pudieron descubrir una serie de genes de susceptibilidad comunes que estaban vinculados a un resultado favorable o desfavorable de la infección.
Madrid, 8 de junio (Europa Press).- Investigadores italianos han podido identificar la base genética de la susceptibilidad a la infección por COVID-19, y también la posibilidad de contraer una forma más grave de la enfermedad, lo cual tiene implicaciones importantes para el tratamiento y el desarrollo de fármacos.
La presentación clínica de la COVID-19 varía de un paciente a otro y, por lo tanto, comprender la susceptibilidad genética individual a la enfermedad es vital para el pronóstico, la prevención y el desarrollo de nuevos tratamientos.
Ahora, por primera vez, los científicos italianos han podido identificar las bases genéticas y moleculares de esta susceptibilidad a la infección, así como la posibilidad de contraer una forma más grave de la enfermedad. La investigación se presenta este sábado en la 53ª conferencia anual de la Sociedad Europea de Genética Humana, que se llevará a cabo completamente en línea debido a la pandemia de COVID-19.
La profesora Alessandra Renieri, directora de la Unidad de Genética Médica del Hospital Universitario de Siena (Italia), describirá el proyecto GEN-COVID de su equipo para recoger muestras genómicas de pacientes de COVID en toda Italia para tratar de identificar las bases genéticas de alto nivel de variabilidad clínica que mostraron.
Utilizando la secuenciación del exoma completo (WES) 1 para estudiar los primeros datos de 130 pacientes de COVID de Siena y otras instituciones toscanas, pudieron descubrir una serie de genes de susceptibilidad comunes que estaban vinculados a un resultado favorable o desfavorable de la infección. “Creemos que las variaciones en estos genes pueden determinar la progresión de la enfermedad –señala–. Hasta donde sabemos, este es el primer informe sobre los resultados de WES en COVID-19”.
La búsqueda de genes comunes en pacientes afectados contra un grupo de control no dio resultados estadísticamente significativos con la excepción de algunos genes. Entonces, los investigadores decidieron tratar a cada paciente como un caso independiente, siguiendo el ejemplo del trastorno del espectro autista.
“De esta manera pudimos identificar para cada paciente un promedio de tres mutaciones patógenas (que causan enfermedades) involucradas en la susceptibilidad a la infección por COVID –resalta la profesora Renieri–. Este resultado no fue inesperado, ya que por estudios de gemelos ya sabíamos que la COVID-19 tiene una sólida base genética”.
Aunque la presentación de la COVID es diferente en cada individuo, esto no descarta la posibilidad de que el mismo tratamiento sea efectivo en muchos casos.
“El modelo que proponemos incluye genes comunes y nuestros resultados apuntan a algunos de ellos. Por ejemplo, ACE2 sigue siendo uno de los objetivos principales. Todos nuestros pacientes de COVID tienen una proteína ACE2 intacta, y la vía biológica que involucra a este gen sigue siendo un foco principal para el desarrollo de fármacos”, añade. ACE2 es una enzima unida a la superficie externa de varios órganos, incluidos los pulmones, que disminuye la presión arterial. Sirve como punto de entrada para algunos coronavirus, incluido COVID-19.
Estos resultados tendrán implicaciones significativas para la política sanitaria. Comprender el perfil genético de los pacientes puede permitir la reutilización de medicamentos existentes para enfoques terapéuticos específicos contra la COVID-19, así como acelerar el desarrollo de nuevos medicamentos antivirales.
Ser capaz de identificar pacientes susceptibles a la neumonía severa y su capacidad de respuesta a medicamentos específicos permitirá intervenciones rápidas de tratamiento de salud pública. Y la investigación futura también será ayudada por el desarrollo de un Biobanco COVID accesible para socios académicos y de la industria.
Los investigadores analizarán ahora otras 2 mil muestras de otras regiones italianas, específicamente de 35 hospitales italianos que pertenecen al proyecto GEN-COVID.
“Nuestros datos, aunque preliminares, son prometedores y ahora planeamos validarlos en una población más amplia –asegura Renieri–. Más allá de nuestros resultados específicos, el resultado de nuestro estudio subraya la necesidad de un nuevo método para evaluar plenamente la base de uno de los rasgos genéticos más complejos, con una causalidad ambiental (el virus), pero con una alta tasa de heredabilidad”.
“Necesitamos desarrollar nuevos modelos matemáticos que utilicen la inteligencia artificial para poder comprender la complejidad de este rasgo, que se deriva de una combinación de factores genéticos comunes y raros”, añade.
“Hemos desarrollado este enfoque en colaboración con el Laboratorio de Inteligencia Artificial de Siena, y ahora tenemos la intención de compararlo con los estudios clásicos de asociación de todo el genoma en el contexto de la Iniciativa de Genética del Host COVID-19, que reúne a la comunidad genética humana para generar, compartir y analizar datos para conocer los determinantes genéticos de la susceptibilidad, la gravedad y los resultados de COVID-19 –prosigue–. Como comunidad de investigación, debemos hacer todo lo posible para ayudar a las intervenciones de salud pública a avanzar en este momento”.