Usuarios de redes sociales compartieron videos donde se ve a la mujer gritando e insultando en repetidas ocasiones al personal y al guardia de seguridad.
Ciudad de México, 8 de junio (SinEmbargo).- Una mujer destrozó el inmobiliario y agredió a empleados de una sucursal de la pizzería Little Ceasars, luego de que se negaran a venderle una pizza por no usar cubrebocas.
Usuarios de redes sociales compartieron videos donde se ve a la mujer gritando e insultando en repetidas ocasiones al personal y al guardia de seguridad.
De acuerdo con los primeros reportes, los hechos se suscitaron en la tienda ubicada en avenida de los Alcanfores, en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
Los reclamos de la mujer surgieron luego de que los empleados le pidieran que usara cubrebocas para que pudieran venderle una pizza.
Va a «rafaguear» pero también va a parar una patrulla, en fin la hipotenusa. pic.twitter.com/yRrtHCG98c
— Dani Evans (@bubblwings) June 8, 2020
Personas que grabaron el momento y compartieron el video explicaron que el personal solicitó a la mujer que portara el tapabocas como una medida sanitaria requerida, sin embargo, la joven se negó y comenzó a gritar y reclamar al personal.
“Bueno, ¿qué pedo? ¿Por qué no me quieres vender la pizza, culero? Me das mi pizza ¿o qué pedo?”, gritó la mujer al mismo tiempo que destrozó el aparador.
Después se dirigió a la salida y gritó que iba a demandar al empleado que la atendió.
En un segundo video, la señora discutió con el guardia de seguridad a la entrada del establecimiento, ya que éste le pidió nuevamente que usara un cubrebocas para estar en el lugar.
“¿Los vas a respaldar? Cámara”, dijo al mismo tiempo que entraba nuevamente al local y preguntaba a gritos quien iba a atenderla.
“¿Me vas a vender mi pizza o no? Chinga tu madre, puto”, expresó la mujer mientras arrancaba los acrílicos de propagando sobre la línea de cajas.
Cuando el guardia le dijo que se calmara y pidió que se retirara, la mujer lo insultó y lo empujó. En más de una ocasión lo retó y lo intimidó para que obligara a los empleados a venderle la pizza.
Al final, la mujer salió del lugar bajo la amenaza de parar una patrulla para que la apoyaran policías de la zona.