Mujer mutante con cabello que se encoge en vez de crecer, uñas que crecen hacia dentro y piel extremadamente gruesa que se quiebra con un suspiro, busca hombre mutante. Debe tener al menos tres pares de ojos con párpados incansables o, en su defecto, inexistentes, y estar dispuesto a observar, anonadado, una danza de siete velos o de más.
Mujer mutante que amanece con la luna y bosteza con el primer guiño del sol, con dedos que cambian de forma para entrelazarse y con pies pequeños que buscan dejar de caminar, busca hombre mutante con tímpano del tamaño de un cráneo, voluntad de la extensión de una cordillera y boca llena de dientes escandalosos que se alineen y rían a la primera provocación, para juntos inyectarse cafeína en las venas, desenredarse las ideas y hacerse trenzas con los mechones frente a la ventana mientras afuera llueve.
Mujer de siete pasados y once futuros, con amplia experiencia en vuelos exhilarantes y aterrizajes forzosos y con corazón reconstruible, busca hombre de manos sapientes que sepan fingir timidez y de espaldas fuertes, cubiertas de cicatrices danzarinas, que sepan acarrear pesadas rocas y convertirlas en costales de trigo, y que posea amplia experiencia en acariciamiento de vanidades y almacenamiento de memorias.
Mujer mutante, inmune a las llamas y constructora de fantasías, busca hombre mutante para habitar dentro de castillo de naipes y consumirse alegremente sin pensar en la inmortalidad.
Escépticos abstenerse.