La vacuna de Pfizer requiere alrededor de 280 componentes de 89 suministradores que se ubican en 19 países, por lo que la escasez de esos materiales podría provocar un “cuello de botella” en la producción, y no la infraestructura.
Nueva York, 8 de mayo (EFE).- El consejero delegado de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla, opinó este viernes que la posible suspensión de las patentes de la vacuna contra la COVID-19, apoyada por EU, creará problemas de suministro y “desincentivará” a otras empresas a tomar riesgos.
En una carta publicada en su cuenta de LinkedIn, Bourla reflexionó sobre esta iniciativa a la que han mostrado su oposición las principales fabricantes del sector y afirmó “categóricamente” que, de salir adelante, va a “crear más problemas” en lugar de mejorar la situación de la cadena de suministro.
“La exención propuesta para las vacunas de COVID-19 amenaza con interrumpir el flujo de materias primas. Desatará una batalla por los insumos clave que necesitamos para crear una vacuna segura y efectiva”, anticipó el ejecutivo.
La vacuna de Pfizer, desarrollada con el laboratorio alemán BioNTech, requiere 280 componentes de 89 suministradores diferentes ubicados en 19 países, sobre lo que Bourla desgranó que “la escasez” de esos materiales es lo que provoca un “cuello de botella” en la producción, y no la infraestructura.
Candor makes us stronger. Today I sent this letter to @Pfizer colleagues to discuss transparently truths and facts about our #COVID19 vaccine access and availability. https://t.co/VzwTx1wZav
— AlbertBourla (@AlbertBourla) May 7, 2021
“Entidades con poca o nula experiencia en producir vacunas probablemente perseguirán las mismas materias primas que necesitamos para escalar nuestra producción”, explicó, alertando de que eso podría suponer un “riesgo para la seguridad” pública.
Bourla también expresó preocupación por la posibilidad de que, sin la “protección de las patentes”, las empresas pierdan el incentivo para tomar “grandes riesgos”, pero aseguró que no será su caso y que la “reciente retórica” no “desalentará” a la farmacéutica que dirige a invertir en ciencia.
“No estoy seguro de que vaya a ocurrir lo mismo con las miles de pequeñas innovadoras biotecnológicas que dependen totalmente de acceder al capital de los inversores que sólo invierten bajo la premisa de que su propiedad intelectual sea protegida”, apostilló.
-19, cuando Estados Unidos ya lleva administradas 250 millones de dosis.
Desde entonces, el grupo de Investigadores y Manufactureros Farmacéuticos de EU (PhRMA), asociación que engloba fabricantes como AstraZeneca, Pfizer y Johnson & Johnson, ha advertido que la propuesta “debilitará aún más las cadenas de suministro y alimentará la proliferación de vacunas falsificadas”.