El problema del espacio de almacenamiento tuvo un papel significativo en los contratos futuros del mes pasado en el WTI, cuando durante el último día de vigencia de los contratos para mayo el barril texano cotizó en negativo por primera vez en su historia.
Nueva York, Londres, 8 de mayo (EFE).- La recuperación de la demanda debido a la relajación de las medidas para la contención de la pandemia de la enfermedad COVID-19 y al efecto de los recortes en el mercado para paliar el excedente de crudo estimularon un rebote en los precios del petróleo en la última sesión de la semana.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este viernes con una subida del 5 por ciento, hasta 24.74 dólares el barril. El crudo Brent para entrega en julio subió este viernes un 4.95 por ciento y el barril cerró en el mercado de futuros de Londres a 30.92 dólares
Al final de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) los contratos de futuros del WTI para entrega en junio sumaron 1.19 dólares respecto a la sesión previa del jueves, cuando el Texas cedió un 1.83 por ciento. Según la información de mercado recabada por Efe, el petróleo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con una subida de 1.46 dólares respecto a la última sesión, cuando terminó en 29.46 dólares.
Con la subida de hoy, el Brent, el petróleo de referencia en Europa, retoma la tendencia alcista que registró en los días previos y que rompió en la jornada de ayer, cuando retrocedió un 0.67 por ciento.
El barril de referencia en Estados Unidos subió esta semana un 19 por ciento, aupado por el cierre de pozos y plataformas de productores estadounidenses para reequilibrar los mercados y por un ligero repunte en la demanda que, según los expertos, es síntoma de que “lo peor” de la crisis sanitaria ya ha pasado y el mercado está listo para dejar atrás el exceso de oferta que ha acusado en los últimos meses.
De acuerdo a las estimaciones de los analistas, las principales empresas petroleras de Estados Unidos están operando a niveles similares a los de la pasada década, antes de que se produjese la llamada revolución del esquisto que llegó a situar al país como el principal productor del mundo, aumentando su extracción en menos de diez años cerca de un 60 por ciento.
Pero el contexto de baja demanda y sobreproducción ha obligado a reducir el bombeo a compañías como Chevron, ExxonMobil y ConocoPhillips, un recorte que coincide en el tiempo con el histórico ajuste acordado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios, en vigor desde el 1 de mayo, y que puso fin a la guerra de precios protagonizada por Arabia Saudí y Rusia durante el mes de marzo.
Asimismo, la Administración de Energía de Estados Unidos reveló en su último informe semanal que los inventarios de crudo estadounidense habían aumentado durante 15 semanas consecutivas, aunque cada vez a un ritmo menor y ya lejos del récord de abril, cuando se llegaron a almacenar 19 millones de barriles.
En este sentido, aunque el repunte de la demanda ha ralentizado el problema de acopio, la capacidad de almacenaje continúa preocupando al mercado, especialmente porque el principal punto de entrega en Estados Unidos, situado en Cushing (Oklahoma), continúa soportando una presión sin precedentes.
La falta de espacio para el acopio de los barriles fue uno de los principales motivos que llevó al WTI por primera vez en su historia a cotizar en negativo en el último día de los contratos del pasado mes.
Por otra parte, los contratos de futuros de gasolina con vencimiento en junio sumaron dos centavos, hasta los 0.95 dólares el galón, y los de gas natural, que expiran el mismo mes, restaron siete centavos, hasta los 1.82 dólares por cada mil pies cúbicos.