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La muerte del Sol

¿Qué pensaban los mayas y mexicas de los eclipses? ¿Cómo vivimos el último, en 1991?

08/04/2024 - 8:14 am

En lugar de consolas de videojuegos en las casas había “maquinitas” en las tiendas. En el futbol, aquel fue el año de Pumas: salió campeón tras ganarle al América, su gran rival, con un gol de Ricardo “Tuca” Ferretti. En Televisa, Jacobo Zabludovsky y Talina Fernández transmitían el minuto a minuto y anunciaban el siguiente fenómeno para… 2024.

Ciudad de México, 8 de abril (SinEmbargo).– “El eclipse de Sol“, reza la página número 20, “es el que se produce cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra. Cuando la Luna cubre todo el Sol, el eclipse es total. Si la Luna no tapa completamente al Sol, el eclipse es parcial. Durante un eclipse total de Sol se oscurece una parte de la Tierra y se pueden ver las estrellas durante el día.  El 8 de abril del año 2024 ocurrirá un eclipse total de Sol que podrá observarse en la República Mexicana“, agrega el libro de Geografía de cuarto grado de Primaria de la SEP de 1993.

El día parecía lejano pero ha llegado. Este lunes 8 de abril, alrededor de mediodía, tiempo del centro de México, los cielos del país, y de una gran parte de América del Norte, volverán a oscurecerse en pleno día.

Hace 33 años, el 11 de julio de 1991, había sido la última vez que los mexicanos habíamos observado un eclipse total de sol en nuestro territorio. La próxima vez, ésta dedicada a los archivos que recordarán el de 2024, se podrá apreciar en nuestra región del mundo en 2052. “Es una oportunidad única para nuestra generación”, narró en las pantallas de Televisa el conductor Jacobo Zabludovsky. En la era previa al Internet y las redes sociales, el minuto a minuto de la televisión se volvía imprescindible para seguir el evento a lo largo de aquel jueves.

El eclipse total se pudo ver pasadas las 13:00 horas en el entonces Distrito Federal, que hoy recibe el nombre oficial de Ciudad de México. La “breve noche” duró seis minutos. En el país había 83 millones de personas. El Presidente era el priista Carlos Salinas de Gortari y en la capital había un regente, nombrado por el Ejecutivo: Manuel Camacho Solís. En la capital circulaban los populares taxis de color amarillo y verde, usualmente “vochos”.

En lugar de consolas de videojuegos en las casas había “maquinitas” en las tiendas. En el futbol, aquel fue el año de Pumas: salió campeón tras ganarle al América, su gran rival, con un gol de Ricardo “Tuca” Ferretti. El partido fue transmitido por Imevisión, canal del Estado, y narrado por un joven José Ramón Fernández.

“Hasta el 8 de abril de 2024”, dijo Zabludovsky, “será la próxima vez que la República Mexicana tendrá oportunidad de ver un nuevo eclipse solar”. Llegó la hora.

UN PASADO LLENO DE ECLIPSES

En los últimos años, varios fenómenos astronómicos de este tipo se han podido apreciar en el país, pero muy pocos como el que veremos el lunes. El 7 de marzo de 1970 vivimos un eclipse total de sol: cruzó el istmo de Tehuantepec (México), el golfo de México, la península de Florida, la costa este de los Estados Unidos y finalizó en el Atlántico Norte. Tuvo una duración máxima (en Miahuatlán, Oaxaca) de 3 minutos y 28 segundos.

Luego, un eclipse solar anular –ocurre cuando la Luna pasa entre el Sol y la Tierra, pero en el momento en que esta se encuentra en su punto más alejado de la Tierra o cerca de este punto, y no cubre por completo al astro rey– ocurrió el 30 de mayo de 1984. La sombra recorrió Hawái, el centro de México, el Golfo de México, la parte este de los Estados Unidos, el Océano Atlántico y el norte de África.

El 25 de diciembre del año 2000 tuvo lugar un eclipse solar parcial, fue el último del Siglo XX y el segundo milenio y el último de una serie de 4 eclipses en el mismo año. El eclipse pudo verse en América del Norte (incluyendo México) y el Caribe.

El 23 de octubre de 2014 se produjo un eclipse solar parcial que pudo observarse al ponerse el Sol en las provincias canadienses de Ontario y Quebec, y en la parte oriental de los Estados Unidos, así como en la Península de Yucatán en México.

Y por último el 14 de octubre de 2023 se llevó a cabo un eclipse solar anular. La sombra recorrió la mayor parte de América: Estados Unidos, la Península de Yucatán en México, la mayor parte de América Central, Colombia y Brasil.

DE LOS MAYAS A LA CIENCIA MODERNA

Los mayas, como ya inmortalizara Augusto Monterroso en su famoso cuento “El Eclipse”, mantuvieron meticulosos registros de los fenómenos astronómicos, documentados en jeroglíficos tallados en piedra, pintados en cerámica y murales, y escritos en libros hechos de corteza doblados en acordeón llamados códices. El registro astronómico maya contiene documentación de estos fenómenos astronómicoso.

En su libro Astronomy in the Maya Codices (Astronomía en los códices mayas), Harvey y Victoria Bricker demostraron que los mayas predijeron el eclipse solar de julio de 1991, de acuerdo con la NASA. El conocimiento de la astronomía aplicada a la agricultura tradicional, la conservación de los calendarios mayas y las prácticas ceremoniales continúan mediante la tradición oral en muchas comunidades mayas de Mesoamérica hoy en día.

En el cañón del Chaco en Nuevo México, un petroglifo tallado en la pared de la roca por los primeros indígenas de la nación Pueblo podría ser la representación de un eclipse observado en ese lugar el 11 de julio de 1097. El petroglifo tiene un remolino de bucles que sale disparado hacia un lado, tal vez representando una eyección de masa coronal del Sol, añadió la agencia estadounidense.

Astrónomos y turistas en espera del eclipse del planeta Venus con el sol en Mayapan, una de las ultimas ciudades de los Mayas postclásicos. Foto: Cuartoscuro

Actualmente, la NASA estudia las eyecciones de masa coronal utilizando naves espaciales que imitan la vista desde la Tierra durante los eclipses. Existen muchos petroglifos en el cañón del Chaco, los cuales proporcionan pistas importantes sobre cómo estudiaban el Sol los antepasados de los indígenas pueblo.

Por su parte, los mexicas, de acuerdo con la UNAM, ofrecían sacrificios de personas albinas en honor a los dioses durante estos eventos. Las mujeres embarazadas, por su parte, se colgaban un pedernal para prevenir el nacimiento de bebés con labios leporinos.

En lengua nahua se le describía como Tonatiuh qualo, “el Sol es comido”, y en maya, Pa’al K’in, “Sol roto”, señala  Ismael Arturo Montero García, el director del Centro de Investigación y Divulgación de la Ciencia de la Universidad del Tepeyac. “Los mayas, grandes observadores, profundizaron en la mecánica celeste y tuvieron una alta certidumbre para predecir los eclipses, de hasta 55 por ciento, pero no siempre podían comprobarlo, en virtud de que los lugares donde se observan están determinados por la rotación de la Tierra”, sostiene.

EL ECLIPSE DE 2024

Ya en marzo de 1970 se había transmitido el primero de estos fenómenos a color. Los primeros eclipses registrados por nuestra civilización datan del año 3340 antes de nuestra era. Y en China se registró uno en el año 1200 antes de nuestra era.

El eclipse total de Sol del lunes 8 de abril iniciará a lo largo de la costa del Pacífico mexicano, y pasará por Texas y otros 14 estados de Estados Unidos, antes de concluir su paso por el continente encima de Canadá.

Será de casi el doble de duración y tendrá una audiencia mucho más amplia que el eclipse total de Sol que atravesó a Estados Unidos de costa a costa en 2017.

La Luna cubrirá al Sol hasta por cuatro minutos y 28 segundos, un espectáculo que por lo general se desarrolla en rincones remotos del planeta, pero que en esta ocasión pasará por grandes ciudades como Mazatlán, en México, Dallas, Indianápolis y Cleveland. Aproximadamente 44 millones de personas viven a lo largo de la ruta en que el eclipse será total, y otras 200 millones en una franja adyacente de 320 kilómetros (200 millas) de ancho, lo que garantiza que será el eclipse del continente más visto en la historia.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
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