La industria automotriz en México, una de las más exitosas a nivel nacional y mundial, vende algunos autos muy baratos porque, al no exigírsele ningún estándar de seguridad, sus costos de producción se reducen. Es el caso del Nissan Tsuru o el General Motors Aveo, los dos modelos más vendidos en México entre 2012 y 2015, de acuerdo con Latin NCAP.
Ciudad de México, 8 de abril (SinEmbargo).– El 80 por ciento de los autos que México fabrica con los mejores estándares de seguridad vehicular los exporta a América del Norte y Europa, y el 20 por ciento que se queda en territorio nacional cuenta con niveles de seguridad inferiores e incluso con tecnología obsoleta porque el marco normativo no se lo exige, de acuerdo con el Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe (Latin NCAP).
Latin NCAP brinda a los consumidores información independiente y transparente acerca de los niveles de seguridad que ofrecen los diferentes modelos de vehículos del mercado, de acuerdo con su propia página web. Es una organización civil ligada a otras de defensa del consumidor. Basa sus pruebas en métodos internacionalmente reconocidos y califica entre 0 y 5 estrellas la protección que brindan los vehículos para ocupante adulto y para ocupantes niños.
El Poder del Consumidor explica por su parte que si la industria automotriz desea introducir sus productos a un mercado que no le exige regulaciones en cuanto a seguridad vehicular, como México, la industria sabe que en esa nación puede ahorrarse tecnologías que se le exigirían a su producto en la Unión Europea, Canadá o Estados Unidos, y comercializarlo sin ningún problema.
La industria automotriz en México, una de las más exitosas a nivel nacional y mundial, busca obtener el máximo de ganancias con el menor de los costos posibles.
De acuerdo con especialistas consultados por la organización, los fabricantes en otros países pagan por una bolsa de aire 875 pesos; por un sistema de frenos antibloqueo entre mil 440 a 6 mil 200 pesos, y por control electrónico de estabilidad entre 540 y mil 080 pesos.
Pero en México la fórmula es simple: vender algunos autos muy baratos porque, al no cumplir con ningún estándar de seguridad, sus costos de producción se reducen. Es el caso del Nissan Tsuru o el General Motors Aveo, los dos modelos más vendidos en México entre 2012 y 2015, de acuerdo con Latin NCAP. En el primer trimestre de 2016, reportó la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Nissan encabezó las ventas de vehículos ligeros con un 25.9 por ciento, seguido de General Motors con un 16.8 por ciento.
La venta y exportación del Tsuru a Estados Unidos está prohibida por no cumplir con los requerimientos de seguridad. Ahí, documenta el Instituto de Seguros para la Seguridad en Carreteras de EU (IIHS), nueve vehículos de diferentes marcas modelo 2011 registran cero muertes.
En México y América Latina el Tsuru, por su precio accesible, es el favorito entre taxistas y familias de bajos ingresos. Entre 2007 y 2012, hubieron 2 mil 011 choques con este modelo en el país que resultó en 4 mil 102 muertes, alertó esta semana Latin NCAP.
Entre las marcas con los mayores índices de muertes de los conductores, dice el estudio de Latin NCAP, el Tsuru se encuentra entre las tres principales con el mayor índice de siniestros fatales y cuenta con el peor índice de mortalidad.
"La industria automotriz de este país bloquea, retrasa y modifica a su conveniencia las normas de seguridad propuestas por el gobierno que tienen como objetivo mejorar la seguridad de los vehículos de todos los mexicanos. Latin NCAP cree que el Nissan Tsuru debe ser retirado del mercado de América Latina", pidió el Secretario General de LatinNCAP, Alejandro Furas.
Las empresas de la industria automotriz con presencia en México, además de Nissan y General Motors, son Volkswagen, Fiat y Chrysler, Toyota, Honda, Ford, Mazda, Kia y Hyundai.
Nissan ha dominado el mercado mexicano con más del 24 por ciento de la producción automotriz total entre 2008 y 2015.
Al cierre de 2015 México registró niveles récord. Vendió 1 millón 351 mil 648 de unidades y exportó 2 millones 758 mil 896 carros, según la AMIA.
MARCO NORMATIVO INSUFICIENTE
El marco normativo actual de seguridad vehicular del país no contempla cuatro de las siete especificaciones de seguridad para vehículos recomendadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las cuales son una obligación en el resto de América del Norte y Europa.
Entre otras, las regulaciones técnicas contemplan los siguientes aspectos: prueba de impacto frontal, prueba de impacto lateral, frenos ABS, control de estabilidad (ESC o ESP), sistema de retención infantil Isofix y protección de impacto a peatones. En México no.
Una misma compañía, acusa El Poder del Consumidor, ofrece un modelo con dos o más versiones: la básica -la más insegura- y la equipada –que puede contar con algunas especificaciones de seguridad-.
De esta manera, con la versión básica se ahorra dinero y con la versión equipada le puede extraer más ganancias a cada aditamento de seguridad o de otro tipo de componentes como radio, rines o vestiduras.
Ante ello, Stephan Brodziak, coordinador de Calidad del Aire y Seguridad Vehicular de la organización, exigió a la Secretaría de Economía que incluya en la norma –aún sin publicar– las recomendaciones de seguridad vehicular de la ONU y acorte el tiempo para ponerlas en marcha, una vez que se dé luz verde.
Las regulaciones encargadas de la seguridad en México son dos, pero están obsoletas:
–NMX-D-148-1979 Data del año 1979 y define cómo calcular la distancia de frenado de un auto. Por su fecha de elaboración ignora los grandes avances que se han logrado en la tecnología de frenado.
–NOM-119-SCFI-2000 Hecha en 2000, da las especificaciones de los cinturones de seguridad con que debe de contar un automóvil. De acuerdo a esta norma se pueden colocar cinturones de dos puntos (pélvicos), que por los daños que han causado en impacto frontal se han dejado de usar desde hace ya varios en años en Estados Unidos y Europa.
La campaña “Qué tan seguro es tu auto” tiene como objetivo informar a los consumidores sobre los sistemas de seguridad de los autos y exigir normas de seguridad para los autos que se venden en el país.