En el Estado de México están vigentes actualmente dos Alertas de Violencia de Género: la primera, por feminicidio para 11 municipios en el 2015, y la segunda con modalidad por desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en siete de estas localidades en el 2019. Ecatepec es uno de dichos municipios.
Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo).— María de los Ángeles salió a marchar este Día de la Mujer en Ecatepec, Estado de México, porque hace unas semanas intentaron quitarle la vida. El padre de sus hijas la atacó con una silla, le abrió el labio y quedó libre porque su madre sobornó a los policías municipales que llegaron a su casa a auxiliarla, acusa.
Cuando ella acudió al Centro de Justicia para las Mujeres para presentar su denuncia, no tuvo atención médica integral ni se certificaron sus lesiones para que pudiera completar su carpeta de investigación.
“Nadie se ha acercado a mí para asesorarme; no tengo una certificación y esa es mi lucha el día de hoy, que me certifiquen para yo poder demostrar cómo llegué ese día [del ataque] y poder meter mis fotografías a mi carpeta y que sirvan de evidencias, porque habla más un papel”, indica María.
En un papel se nombra a ella misma sobreviviente de feminicidio, y marcha al lado de otras 150 mujeres que exigen a las autoridades mexiquenses justicia para víctimas de feminicidio, violación, abuso sexual y por las desaparecidas; además piden que su municipio —uno de los más peligrosos para mujeres a nivel nacional— sea más seguro.
En el Estado de México están vigentes actualmente dos Alertas de Violencia de Género: la primera, por feminicidio para 11 municipios en el 2015, y la segunda con modalidad por desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en siete de estas localidades en el 2019.
Ecatepec es uno de dichos municipios.
Durante el mes de enero de 2023 —el registro más actual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública— se reportaron en este estado siete feminicidios, 34 homicidios dolosos de mujeres y 19 homicidios culposos. En el año anterior, a nivel nacional se abrieron carpetas de investigación por 948 feminicidios, de los cuales 138 —el 14 por ciento— ocurrieron en el Estado de México.
Las protestantes portaban pancartas, bocinas, paliacates morados y verdes —estos últimos símbolo de la lucha por legalización del aborto—.
Ellas gritaron fuerte y claro:
“Con falda o pantalón, ¡respétame cabrón!” y “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”.
Esta tarde, alrededor del mediodía, empezaron a manifestarse 50 mujeres de todas las edades en Puente de Fierro, pero mientras comenzaban a caminar sobre Vía Morelos con rumbo a la Fiscalía, se fueron sumando decenas.
Janete Revueltas acudió porque ella sabe lo peligroso que es Ecatepec para las mujeres, pues recientemente tuvo que intervenir cuando su prima fue agredida por su pareja.
“Hay que cambiar el sistema, porque el Gobierno y la Fiscalía no hacen nada. Aunque llegó la policía a la casa de mi prima, ellos no quisieron intervenir entonces nosotros tuvimos que hacerlo”, narra.
Janete fue una de las mujeres que gritó al unísono: “Justicia, justicia, ¡justicia!”.
En la misma movilización, en uno de los carteles de las manifestantes de la marcha se leía: “Gritamos por cada desaparecida”.
La desaparición es una de las violencia que afecta de manera desmedida a las mujeres mexiquenses de entre 10 y 24 años de edad, quienes son el 51.86 por ciento de quienes permanecen sin ser localizadas.
En los últimos 20 años, en el Estado de México se han reportado como desaparecidas a 12 mil 948 mujeres, de las cuales cinco mil 557 permanecen desaparecidas y 187 fueron localizadas sin vida; mientras que de las demás que han sido localizadas no hay registro de si hubo una comisión de delito durante su ausencia.
“Yo soy mía y de nadie más”. Decía un cartel que sostenía con una mano Alejandra Abigail. Con la otra empujaba la carriola donde dormía su hija, el motivo por el que salió a marchar este 8 de marzo.
Como ella, decenas de mujeres caminaron con niñas y niños agarrados de la mano. Para algunas, la protesta de hoy es para que no haya madres víctimas de feminicidio. Para otras, como Alejandra, se trata de exigir un mejor presente y futuro para su descendencia.
“Marcho para que mi hija crezca en un municipio pleno, sin violencia, que no sufra de ningún tipo de violencia que vivimos las mujeres”, compartió Alejandra Abigail. “Que no sufra acoso, que no sufra de ningún tipo de violencia que vivimos actualmente las mujeres actualmente por el simple hecho de ser mujer”.
“Yo quiero que mi hija no sufra de eso, quiero que sea una niña plena que brille y que no sea una niña que la paguen con algún tipo de violencia que cualquier persona le puede hacer”.
Aunque horas después de esta movilización salieron contingentes de miles de mujeres en el Centro de la Ciudad de México, ellas decidieron manifestarse en Ecatepec como una postura contra la centralización de estas manifestaciones.
Gabriela aseguró que para ella, protestar en el municipio donde vive es una manera de luchar desde su propia trinchera.
“Vivir en el Estado de México, más allá de las violencias que nos acompañan a las mujeres día a día, también es parte de mi identidad”, reflexionó. “Hoy marcho en Ecatepec porque considero que también es una lucha que debemos descentralizar. Como zona periférica, muchas veces las mujeres se van a la marcha de la Ciudad de México y está bien, pero creo que también es necesario acuerpar en nuestros propios municipios, en nuestras propias trincheras”.
Las ecatepenses llegaron después de dos horas iniciada la protesta al Centro de Justicia para las Mujeres de Ecatepec, donde la madre de Monserrat, víctima de feminicidio, se paró frente a las instalaciones para demandar un seguimiento al caso de su hija.
En febrero de 2021, Monserrat fue agredida presuntamente por su esposo, Saúl “N”. A dos años de su feminicidio, su madre levanta una lona con su imagen y la palabra “Justicia”.
“No tengo miedo”, reclamó frente a los funcionarios que se quedan en la entrada. “Yo creí que los funcionarios me iban a ayudar, pero me vieron la cara”.
Tras los testimonios de víctimas de feminicidio, como María de los Ángeles, y abusos sexuales, algunas de las manifestantes conformaron una comitiva para exigir a las autoridades del centro un seguimiento a sus casos.
Las restantes siguieron su camino hacia el Palacio Municipal, donde el Gobierno de Fernando Vilchis organizó una jornada especial por el Día de la Mujer, incluyendo asesorías jurídicas y psicológicas.
Pero afuera, las protestantes brincaban, junto a un monumento blindado, porque la deuda del municipio con ellas es grande: es una lucha contra la impunidad, la violencia feminicida y por la seguridad de vivir libres.