Aunque en 2022 hubo una ligera disminución en los homicidios, la cifra total de asesinatos en México superó los 30 mil por quinto año consecutivo.
Por Peter Appleby, Chris Dalby, Scott Mistler-Ferguson y Henry Shuldiner
Argentina, 8 de febrero (InsightCrime).– Los países de América Latina y el Caribe continuaron registrando altas tasas de homicidios en 2022, a medida que la producción de cocaína alcanzó nuevos máximos, los grupos criminales continuaron fragmentándose y el flujo de armas en toda la región siguió creciendo.
En Ecuador, la situación fue verdaderamente catastrófica. Los niveles históricos de cocaína que ingresaron al país intensificaron la violencia, y los asesinatos se dispararon, en tanto que los ataques contra funcionarios judiciales y los asesinatos de policías por parte de las bandas criminales alcanzaron niveles récord.
La cocaína que ingresó al país durante el año provenía sobre todo de Colombia, donde el nuevo Presidente, Gustavo Petro, ha prometido distanciarse de la guerra del país contra las drogas con el fin de apostarle a la “Paz Total” con los grupos guerrilleros y criminales del país. Sin embargo, hasta ahora los niveles de violencia permanecen estables.
En El Salvador, la ofensiva directa del gobierno contra las pandillas causó una drástica reducción en las tasas de homicidios, aunque presuntamente a costa de violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Y en Haití, una falta casi absoluta de capacidad política llevó a un aumento de la violencia, en tanto las pandillas paralizaron la capital del país, Puerto Príncipe.
El Caribe se convirtió en una zona crítica en cuanto a los asesinatos. La tasa de homicidios de Jamaica aumentó una vez más, dado que el tráfico de armas hacia la isla permitió que las pandillas se abastecieran de armas para cometer sus crímenes; por su parte, las Islas Turcas y Caicos se convirtieron en el país más violento per cápita de la región, dado que los asesinatos registraron un aumento de más del doble.
Este año, InSight Crime ha extendido el balance de homicidios, con el fin de incluir varios países y territorio del Caribe, muchos de los cuales experimentaron un fuerte aumento en los asesinatos en 2022. Si bien somos conscientes de que tanto sus poblaciones como sus cifras de homicidios son comparativamente más pequeños, los incluimos en este balance con el fin de mostrar que los patrones de violencia están afectando a toda la región.
México: 25.2 por 100 mil (pobl. 126.705.138)
Aunque en 2022 hubo una ligera disminución en los homicidios, la cifra total de asesinatos en México superó los 30 mil por quinto año consecutivo.
El año pasado, las autoridades mexicanas registraron al menos 30.968 homicidios, u 85 por día, según datos del gobierno.
En conjunto, la cifra total de asesinatos de México en 31.915, lo que ubica al país con una tasa de homicidios de 25.2 por 100 mil habitantes, una ligera disminución con respecto a la tasa de 2021.
Casi el 50 por ciento de estos asesinatos se concentraron en los mismos seis estados que en 2021: Guanajuato, que registró la mayor cantidad de asesinatos que cualquier otro estado, con 3.260, Baja California, Chihuahua, Jalisco, Michoacán y el Estado de México.
Los estados fronterizos de Baja California y Chihuahua han sido por mucho tiempo áreas de violencia en México, pues allí los grupos del crimen organizado se enfrentan constantemente por el control de las rutas de tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Por su parte, Jalisco se encuentra al norte de Michoacán y Colima, cuyos puertos, Lázaro Cárdenas y Manzanillo, son puntos de llegada de precursores químicos de Asia, necesarios para la producción de drogas sintéticas.
Islas Turcas y Caicos: 77,6 por 100.000 (pobl. 45.114)
Una ola de violencia azotó a las pequeñas Islas Turcas y Caicos (TCI) en 2022. Si bien 35 asesinatos pueden parecer poco motivo de preocupación, representan un aumento del 150 por ciento con respecto a los 14 asesinatos que se presentaron en 2021 en el país, cuya población total es de un poco más de 45.000 habitantes.
Muchos de los homicidios se concentraron en el último tercio del año: 21 ocurrieron entre el 3 de septiembre y el 8 de noviembre, incluyendo un triple asesinato el 1 de noviembre. Muchos asesinatos a bala se presentaron en las áreas de Five Cays y Dock Yard de Providenciales, la isla más poblada del país.
Si bien no está claro cuáles han sido los motivos del aumento de la violencia, el jefe de Estado designado por el Reino Unido, el Gobernador Nigel Dakin, dijo en una publicación de Instagram que las pandillas jamaiquinas están “tratando de eliminar a sus rivales criminales en el territorio”, utilizando “niveles sin precedentes de violencia selectiva”.
El Gobernador culpa de la situación a la proximidad de TCI a vecinos inestables, “inundados de armas y drogas […] donde los delincuentes al parecer pueden moverse fácilmente por toda la región”.
Jamaica: 52,9 por 100.000 (pobl. 2.827.695)
Por primera vez en tres años, la isla caribeña no encabezó las listas regionales por su tasa de homicidios. Desafortunadamente, esto no tiene tanto que ver con el éxito en la erradicación de la propia violencia en el país, sino más bien con las altísimas tasas que se presentaron en otras regiones del Caribe.
La Fuerza de Policía de Jamaica (Jamaican Constabulary Force, JCF) registró 1.498 asesinatos en 2022, es decir, 24 más que el año anterior. Esto sitúa la tasa de homicidios de Jamaica en casi 53 por cada 100.000 habitantes, un máximo que no se presentaba desde 2017.
Varios factores influyen en la implacable violencia de Jamaica y en la aparente incapacidad del gobierno para detenerla.
En primer lugar, el tráfico de armas abunda en el país, cuyo mercado es inundado por armas pequeñas provenientes de Estados Unidos. En febrero del año pasado, el primer ministro Andrew Holness volvió a utilizar una estrategia ya conocida, que consiste en tomar fuertes medidas contra la posesión ilegal de armas; sin embargo, hacia finales del año las acciones del gobierno no habían logrado disminuir los asesinatos en Jamaica.
Además de aumentar los castigos para los propietarios de armas ilegales, el gobierno utilizó otra política que ha demostrado ser fallida: la continua promulgación de estados de emergencia en gran parte de la isla. Como al parecer ya no tenía más opciones, Jamaica recurrió públicamente a las Naciones Unidas para obtener asistencia externa en su lucha contra el flagelo del tráfico de armas. Por desgracia, los niveles récord de incautación de armas y municiones al parecer no lograron cambiar la situación.
Santa Lucía: 42,3 por 100.000 (pobl. 179.615)
Los 76 asesinatos registrados por Loop News pueden parecer poco, pero, para un país del tamaño de Santa Lucía, con una población de poco menos de 180.000 habitantes, esta cifra la ubica casi a la cabeza de los listados regionales.
En 2021, Santa Lucía registró 74 asesinatos, cifra que fue un récord en ese momento. El aumento a 76 asesinatos significa que el país ha traspasado su récord de homicidios por segundo año consecutivo. Esto llevó a que la oposición política, el Partido Unido de los Trabajadores, pidiera la renuncia del Primer Ministro, Philip J. Pierre, como ministro de Seguridad Nacional, pues consideran que su desempeño ha sido incompetente.
Las pandillas callejeras del país están cada vez más enfrentadas entre sí, dado que la isla se ha convertido en un centro de tránsito de la cocaína suramericana en su trayecto hacia Estados Unidos y Europa.
Esto se ha visto agravado por una afluencia de armas estadounidenses; en efecto, un hombre de Pensilvania fue encarcelado en marzo pasado por traficar casi 40 armas a Santa Lucía.
Los funcionarios electos rechazaron la “anarquía en nuestro país” y prometieron “penas draconianas”, pero no han dado detalles específicos al respecto.
Venezuela: 40,4 por 100.000 (pobl. 28.199.867)
Las muertes violentas en Venezuela se mantuvieron relativamente estables en 2022, después de varios años de haber estado a la baja, cayendo solo un 0.5 por ciento, según datos recopilados por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). La cifra del OVV incluye homicidios verificados, asesinatos policiales, muertes que aún están bajo investigación y desapariciones. Si las desapariciones no se incluyen en este cálculo, la tasa general se reduce a 35,3 por cada 100 mil habitantes.
Según el OVV, en 2022 hubo un total de 9.367 muertes violentas, es decir, un promedio de 26 por día. Cinco de los siete estados con las tasas más altas se ubican en la zona centro-norte del país, donde se encuentran algunas de las regiones más afectadas por la violencia de pandillas de Venezuela. Entre dichos estados se encuentran algunos como Aragua, lugar de origen de la pandilla más conocida de Venezuela, el Tren de Aragua; Miranda, donde existen pandillas ultraviolentas dedicadas a secuestros y extorsiones, que se han apoderado de franjas de territorio, y Caracas.
Gran parte de la violencia no está siendo causada por los grupos más grandes del crimen organizado, sino por depredadoras pandillas callejeras de menor tamaño, como informó el OVV. La dolarización de facto del país ha creado enormes oportunidades para las pandillas, ya que tanto individuos como empresas utilizan dólares estadounidenses para transacciones en efectivo, pero no pueden depositarlos en cuentas bancarias nacionales, por lo que quedan en posesión de grandes cantidades de efectivo y expuestos a ser atracados.
De las más de 10.000 muertes violentas registradas el año pasado, aproximadamente el 13 por ciento, fueron el resultado de intervenciones policiales. Esta alta tasa quizá esté relacionada con la violencia indiscriminada desplegada durante las operaciones de seguridad en Venezuela, donde la policía ya es señalada por cometer ejecuciones extrajudiciales, como han documentado las agencias internacionales de derechos humanos. En tres de los cinco estados con las tasas más altas de muertes como resultado de intervenciones policiales, Aragua, Miranda y Guárico, hubo grandes operaciones de seguridad en 2022, que estuvieron acompañadas de denuncias generalizadas de violaciones a los derechos humanos, lo que incluye ejecuciones extrajudiciales.
Además, en 2022 hubo 1.370 denuncias de desapariciones. Ciertas áreas de Venezuela han llamado la atención por las desapariciones vinculadas a actividades criminales, sobre todo la región minera de Bolívar, donde bandas fuertemente armadas, conocidas como sindicatos, se disputan el control del comercio de oro. Se ha sabido que estos grupos desaparecen a sus víctimas, como lo demuestra el descubrimiento de varias fosas comunes a fines de 2022.
San Vicente y las Granadinas: 40.3 por 100.000 (pobl. 104.332)
Las razones de las altas tasas de homicidios de San Vicente y las Granadinas en 2022 son similares a las de las zonas que tradicionalmente han sido más violentas en la región: “En gran parte está relacionado con el comercio de cocaína, y en parte también con represalias”, señaló el primer ministro Ralph Gonsalves durante una entrevista radial en diciembre pasado.
En noviembre, las fuerzas de seguridad destruyeron 135 kilogramos de cocaína y 18 toneladas de cannabis incautadas en los últimos tres años. Los traficantes de Trinidad y Tobago, país que también tiene un grave problema de violencia relacionada con drogas, han sido responsables de algunas de las importaciones de cocaína.
Las muertes relacionadas con armas de fuego son el tipo más común de homicidio, y Gonsalves está convocando a aliados de la región para detener la llegada de armas de Estados Unidos. “Estados Unidos tiene que hacer algo con respecto […] al fácil acceso a las armas y la fácil exportación de armas. Tienen los recursos para ayudarnos con eso”, dijo antes de una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Otros países del Caribe lo han seguido en este empeño.
Un estudio reciente demostró que rara vez se confía en la policía para manejar las investigaciones sobre delitos violentos, y al menos la mitad de los delitos no se denuncian.
Trinidad y Tobago: 39.4 por 100.000 (pobl. 1.525.663)
La tasa de homicidios de Trinidad y Tobago superó el 22 por ciento en 2022 contra 2021, luego de un año de derramamiento de sangre indiscriminado en el que la mafia del país ganó notoriedad global.
Los datos del Servicio de Policía de Trinidad y Tobago muestran que entre enero y octubre se cometieron 502 homicidios en el país, aunque algunoos agentes de policía le dijeron a InSight Crime que se cometieron 47 homicidios más en noviembre y otros 52 en diciembre, lo que deja 2022 con un total de 601. Este es el mayor número de homicidios en la historia del país, muy por encima del récord anterior de 550 en 2008.
Las razones del repunte de la violencia son múltiples. Como lo informó InSight Crime, el asesinato de Anthony Boney, presunto líder de la pandilla Muslims, desestabilizó el ecosistema criminal del país y ayudó a desatar una caótica división de las grandes pandillas en facciones más pequeñas y mucho más violentas. Esas facciones se están disputando el control de las múltiples economías criminales del país, incluido el tráfico de personas, la cuatrería y el robo organizado.
Los cálculos de inteligencia señalan que en el país circulan unas 12.000 armas.
La policía ha admitido la desconfianza que históricamente han tenido muchos habitantes de las zonas más desfavorecidas de Trinidad y Tobago hacia este organismo, pero las iniciativas policiales con respaldo internacional no han logrado hasta el momento reducir la espiral de violencia en el país.
Honduras: 35.8 por 100.000 (pobl. 10.278.345)
En 2022, Honduras continuó ubicándose como el país más violento de Centroamérica, con una tasa de homicidios de 35.8 por 100 mil habitantes, según cifras del gobierno.
Sin embargo, el país redujo los homicidios en un 12,7 por ciento, en comparación con 2021. El gobierno no ha registrado un número tan bajo de muertes desde 2006, según un comunicado del Ministerio de Seguridad.
La presidenta Xiomara Castro generó grandes controversias hacia finales del año, tras implementar una ofensiva contra las pandillas que permitió el arresto de más de 652 presuntos pandilleros y el desmantelamiento de 38 pandillas, según estadísticas reportadas por el diario El Heraldo.
Muchas de las muertes violentas en Honduras se atribuyen a bandas que se dedican al microtráfico y la extorsión. El sector del transporte de Honduras ha sido particularmente golpeado por la extorsión y la violencia concomitante, y al menos 60 trabajadores de dicho sector perdieron la vida en 2022. Si bien el estado de excepción promulgado por Castro va dirigido a las pandillas que llevan a cabo esquemas de extorsión, es muy pronto para determinar el impacto que dicha estrategia tendrá sobre la tasa de homicidios del país.
Bahamas: 32 por 100.000 (pobl. 407.906)
Bahamas cerró 2022 con 128 asesinatos, mucho más de la cantidad que esperaba el comisionado de Policía de Bahamas, Clayton Fernander.
El país ha sido por mucho tiempo un centro de tráfico de cocaína. En marzo, Fernander identificó que una guerra territorial por el control de las ventas de drogas en la isla de New Providence estaba siendo la causante de los homicidios en dicha isla.
Ya en 2023, el gobierno del primer ministro, Philip Davis, está siendo fuertemente criticado. Los opositores políticos le reprocharon su falta de acción para abordar el aumento de la delincuencia, que según los informes incluye robos a mano armada y delitos con armas de fuego. Fernander ha atribuido parte de la violencia a los delincuentes liberados bajo fianza, pues estos vuelven a delinquir. Se ha conformado un grupo de trabajo para examinar la acumulación de casos criminales.
Colombia: 26.1 por 100.000 (pobl. 51.516.562)
En general, el promedio de homicidios en Colombia se mantuvo respecto al 2021, pero sigue siendo una cifra bastante alta si se compara con los años anteriores a 2021.
De acuerdo con cifras de la Policía Nacional de Colombia, durante 2022 se registraron en total 13.442 homicidios, llegando a un promedio de 26,09, cifra casi similar al del año inmediatamente anterior, de 26,8 por cada 100.000 habitantes, con base en las mismas cifras.
Según el Centro de Análisis de Datos de la Universidad Externado, el cual registró una cifra menor de homicidios para el 2022 (12.221), las tasas más altas de homicidio se presentan en las regiones donde hay un mayor número de grupos armados.
Arauca, Putumayo, Cauca, Chocó, Guaviare y Valle del Cauca son los departamentos donde hay una mayor concentración de homicidios. Algunos de ellos son corredores estratégicos de narcotráfico en los que los grupos criminales se disputan las rentas y el control.
El Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, también conocidas como ex-FARC Mafia, han librado una cruenta lucha por el control de Arauca desde inicios de 2022. Entre otros, la extorsión y el control territorial han avivado la disputa que ha dejado decenas de muertos.
Como pudo comprobar InSight Crime durante su trabajo de campo, el departamento de Putumayo se ha configurado como una estratégica ruta de cargamentos de cocaína hacia el sur del país, en las fronteras con Ecuador, Perú y Brasil. Allí, los distintos grupos de las ex-FARC Mafia compiten entre ellos para hacerse al control de estos corredores.
La llegada del nuevo gobierno tampoco ha podido detener los asesinatos, especialmente los de líderes sociales. A principios de diciembre, Nariño ya alcanzaba la cifra de 33 líderes sociales asesinados, mientras que Cauca llegaba a 25. En ambos departamentos hacen presencia el ELN y las ex-FARC mafia, además de Los Urabeños, o Clan del Golfo, como los ha llamado el gobierno.
El informe de la Universidad Externado también resalta que la capital del país, Bogotá, tuvo una disminución en el número de homicidios. Durante los primeros 11 meses de 2022, los homicidios cayeron un 12 por ciento. Por su parte, ciudades como Medellín y Bucaramanga, capitales de Antioquia y Santander, tuvieron una disminución del 5 y 20%, respectivamente.
En confusos mensajes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció un cese bilateral al fuego durante los seis primeros meses de este año. No obstante, el ELN negó haber pactado el acuerdo, aunque otros grupos alzados en armas parecen tener la voluntad para cumplirlo. Resta esperar el desarrollo de la medida, que podría traer una disminución en el número de homicidios para este año.
Ecuador: 25.9 por 100.000 (pobl. 17.797.737)
Por segundo año consecutivo, Ecuador tuvo una de las tasas de homicidios de más rápido crecimiento en la región. En 2022, el país estuvo azotado por pandillas que se enfrentaban por cantidades asombrosas de cocaína provenientes de Colombia, y registró 4.603 asesinatos, según datos recopilados por el medio de noticias de investigación Primicias.
Según dicho medio, esto representa un increíble aumento del 82 por ciento interanual. Los cálculos de InSight Crime señalan una cifra más alta, de 86,3 por ciento.
Los expertos culpan de esta situación directamente a la violencia asociada al narcotráfico, lo cual es en gran parte cierto. Dos federaciones de pandillas, lideradas por las bandas rivales los Choneros y los Lobos, han empleado actos de violencia extrema en su lucha por el control de la infraestructura vital para el narcotráfico, incluido el puerto marítimo de Guayaquil, epicentro de la violencia en el país. Esmeraldas, provincia que limita con Colombia y es un centro de tránsito de drogas, también a alcanzado cifras de asesinatos cada vez más altas. Se han visto cuerpos colgando en puentes, y se han producido asesinatos a gran escala en todo el país.
Están apareciendo grupos más pequeños, pero bastante organizados, que se disputan violentamente su tajada del pastel del narcotráfico. El tráfico de armas está aumentando constantemente, y el país se ha visto inundado de armas semiautomáticas, pistolas y municiones provenientes principalmente de Estados Unidos y Perú. Y la influencia del crimen organizado mexicano y colombiano no hace más que estimular aún más la violencia.
Belice: 25 por 100.000 (pobl. 400.031)
Belice cerró 2022 con 113 asesinatos, una disminución con respecto a los 125 de 2021, lo que lo ubica en una tasa de homicidios de 25 por cada 100.000 habitantes, según cifras del gobierno.
El comisionado de policía, Chester Williams, dijo a los medios locales que el país ya ha salido de la lista de los diez países más violentos del mundo.
No obstante, en el mes de octubre el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó una advertencia de viaje para Belice, señalando que gran parte de los crímenes violentos del país se produjeron en la zona sur de la ciudad de Belice y están “relacionados con pandillas”. Los delitos violentos, incluidos los robos a mano armada, estaban siendo “comunes incluso durante el día y en las zonas turísticas”, señalaba la advertencia.
Brasil: 18.8 por 100.000 (pobl. 214.326.223)*
En los primeros nueve meses de 2022, Brasil experimentó una ligera disminución del 3 por ciento en los homicidios con respecto a 2021, pues se registraron 30.187 asesinatos, según el Índice Nacional de Homicidios elaborado por el grupo de medios Globo.
A este ritmo, parecía que el país superaría los 40.000 asesinatos en 2022, lo que indicaba una ligera disminución general con respecto a los 41.069 registrados en 2021 por el mismo índice.
El noreste de Brasil, que por mucho tiempo ha sido epicentro de la violencia de pandillas que se disputan el control de las rutas de narcotráfico hacia Europa, experimentó una caída del 5 por ciento en los homicidios. Bahía, el estado más grande de la región, volvió a encabezar las listas de homicidios del país, aunque también experimentó una disminución general del 11 por ciento, tal vez debido a la reciente inversión en seguridad pública en el estado.
Amapá, un pequeño estado al norte del país, experimentó una caída del 34 por ciento en los homicidios, gracias quizá a una disminución natural en la violencia debido a un 2021 particularmente violento, cuando grandes pandillas, como el Primer Comando Capital (PCC), se enfrentaron por el control del narcotráfico contra varios rivales locales.
Rondônia, estado fronterizo con Bolivia, experimentó un aumento del 29 por ciento en los asesinatos, el más alto a nivel nacional. Este estado ha sido un frente de batalla de la larga guerra del PCC con sus rivales de Río, el Comando Vermelho (CV), por el control de la hiperlucrativa ruta de la cocaína entre Bolivia y Brasil.
Y aunque las bandas de narcotraficantes quizá son las que han impulsado gran parte de la violencia, la policía de Brasil también contribuyó con sus disparos. A pesar de que en la primera mitad de 2022 disminuyeron las muertes causadas por la policía, miles de brasileños continúan siendo asesinados por las fuerzas de seguridad. En 2021, el 84 por ciento de los asesinatos policiales fueron contra personas de raza negra.
Puerto Rico: 17.4 por 100.000 (pobl. 3.263.584)
El territorio estadounidense registró un descenso en la violencia en 2022, con un total de 567 homicidios, en comparación con 616 en 2021, según medios locales.
La circulación de armas de fuego sigue siendo un problema para las autoridades de Puerto Rico, pues los delitos perpetrados con armas siguen siendo mucho más elevados que en los estados continentales y otros territorios de Estados Unidos. Los traficantes de armas han introducido ilegalmente miles de armas al país, aun cuando la Ley de Armas de 2020 en Puerto Rico facilitó bastante la adquisición y el porte legales de armas de fuego.
Y el tráfico de cocaína, al que se ha atribuido la culpa de gran parte de la violencia en el territorio, mantuvo el ritmo acelerado, con decomisos masivos regulares a lo largo del año.
Guatemala: 17.3 por 100.000 (pobl. 17.109.746)
Los 3.004 homicidios registrados en Guatemala en 2022 ubican al país en una tasa de homicidios de 17.3 por 100 mil habitantes, según el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), organismo gubernamental. Esto supone un aumento del 5,7 por ciento con respecto a los 2.843 registrados el año pasado por la misma institución.
Las organizaciones no gubernamentales presentan cifras levemente diferentes. Según el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), una organización de derechos humanos de Guatemala, hubo un alza de 7 por ciento en los homicidios entre enero y octubre de 2022 en comparación con el mismo periodo de 2021. El grupo calcula que hubo 3.609 homicidios.
Los hallazgos del GAM también revelaron un lamentable salto en el número de víctimas de homicidio que mostraban signos de tortura, de 104 en todo lo corrido de 2021 a 164 en los primeros diez meses de 2022.
Es posible que la actividad criminal esté detrás de esas alzas. En octubre, al menos siete personas fueron acribilladas en la piscina de un hotel en El Semillero, costa Pacífica de Guatemala, y la policía plantea que las muertes tenían conexión con el Barrio 18. En el mismo mes de octubre, en el municipio de Atescatempa fueron hallados cinco nicaragüenses masacrados con las manos atadas a la espalda.
Barbados: 15,3 por 100.000 (pobl. 281.200)
Al igual que en sus vecinos caribeños, la pronunciada alza en los homicidios en Barbados a lo largo de 2022 se ha atribuido a la facilidad de conseguir armas de fuego. De los supuestos 43 homicidios registrados, más del 75 por ciento se cometieron con armas de fuego.
Esto se da a pesar de que la policía de Barbados pregona el éxito de una campaña de recuperación de armas, la cual se encuentra vigente y llevó al decomiso de 75 armas entre enero y septiembre de 2022, que supera en 36 las recuperadas en lo corrido de 2021.
El incremento persistente de los homicidios, a pesar de la recuperación de un mayor número de armas, solo puede significar una cosa: están entrando muchas armas a Barbados. En junio, tres estadounidenses fueron condenados por el envío de al menos 30 armas de fuego a Barbados usando servicios de mensajería, como FedEx.
En septiembre, el comisionado de policía de Barbados confirmó que la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos estaba trabajando en conjunto con Barbados para contener el flujo de armas.
Pero persiste la confusión sobre la configuración del crimen organizado en el país, a pesar de su modesta extensión. En una entrevista televisada en noviembre, el ministro de estado con responsabilidad sobre la prevención del crimen, Corey Lane, declaró que en Barbados había solo dos pandillas, y no 52, como afirmaron algunas fuentes no especificadas.
Guyana: 15.1 por 100.000 (pobl. 804.567)
La Fuerza de Policía de Guyana contabilizó 122 homicidios hasta mediados de diciembre de 2022, según medios locales. Esto representa solo una leve disminución con respecto a 2021, pero a pesar de ello dio al país su saldo de homicidios más bajo en una década.
No obstante, al país siguen ingresando armas de fuego ilegales desde Estados Unidos y Brasil, lo que atiza la violencia en su territorio. Guyana también afronta la propagación de la minería ilegal, con la invasión de bandas venezolanas que amenazan con incrementar la violencia en torno a esta economía criminal.
Costa Rica: 12.2 por 100.000 (pobl. 5.153.957)
Costa Rica vivió en 2022 el año más sangriento del que se tenga registro, pues se cometieron 627 homicidios, sin contar los casos de eutanasia y negligencia profesional, que se incluyen en las estadísticas oficiales de homicidios. Esto marcó un incremento de 53 homicidios en relación con 2021, y llevó al país por encima de la línea de las 600 muertes violentas por primera vez desde 2017.
El Presidente Rodrigo Chaves reconoció el problema, al admitir que se estaba “saliendo de las manos”.
Con 167 homicidios, la provincia de Limón, en la Costa Atlántica, fue de lejos la más peligrosa de las siete provincias que componen Costa Rica, a pesar de tener la segunda población con menor número de habitantes. Esto representó más de un 25 por ciento del total nacional y dio a la provincia una tasa de homicidios de 35,9 por 100.000 habitantes, un leve incremento con respecto al año anterior.
El repunte de los homicidios tiene que ver con una agudización de los conflictos por el control de Puerto Limón, activo vital para los grupos que buscan exportar cocaína hacia Europa. Hasta el 90 por ciento de los asesinatos en la provincia se atribuyeron al crimen organizado, como lo señaló el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
República Dominicana: 11.9 por 100.000 (pobl. 11.117.873)*
República Dominicana registró 661 homicidios en el primer semestre de 2022, según el Centro de Análisis de Datos de la Seguridad Ciudadana (CADSECI). Extrapolando esas cifras a un periodo de 12 meses, es probable que República Dominicana haya terminado el año con una tasa de homicidios de 11,9 por 100.000 habitantes. De confirmarse, esto representaría un incremento importante con respecto la tasa de 9,2 homicidios por 100.000 en 2020, y de 10,6 por 100.000 en 2021.
A pesar del incremento, el país tiene mucha menos violencia que muchos otros países del Caribe. El lugar que ocupa República Dominicana como mayor país de tránsito en el Caribe no se ha asociado a las olas de violencia que experimentan muchos otros países. Múltiples fuentes dijeron a InSight Crime que el hecho de poner a los negocios por encima de todo en el hampa de la isla puede explicar esa paz relativa.
De hecho, los datos de homicidios de CADSECI indican que menos de una tercera parte de los homicidios tuvieron relación directa con el narcotráfico o el consumo de narcóticos. Alrededor de un tercio estuvieron asociados a delitos comunes, mientras que la mayoría de los homicidios en República Dominicana ocurrieron en el ámbito interpersonal.
Panamá: 11.5 por 100.000 (pobl. 4.351.267)
Panamá logró revertir su reciente tendencia al incremento gradual de los homicidios. Las 501 muertes violentas registradas en 2022 representan una disminución del 8,9 por ciento en el número de homicidios en comparación con 2021, cuando hubo 550 asesinatos, según la Fiscalía General del país.
Antes de 2022, se observaba una tendencia de ascenso lento pero sostenido, que llevó al país de una tasa de 9,6 por 100.000 en 2018 a 12,8 por 100.000 en 2021.
Aunque algunos países han seguido adoptando una estrategia militarizada para combatir la delincuencia, en Panamá la policía asumió una estrategia distinta. El director nacional de la Policía, John Dornheim, resaltó la importancia de las soluciones tecnológicas y el apoyo en la inteligencia en las labores de orden público. “No se persigue al crimen con músculo, se lo persigue con inteligencia”, declaró a la TVN.
La decisión parece rendir frutos, pues una cuarta parte de las acusaciones contra sospechosos de asesinato se producen gracias a la videovigilancia.
Sin embargo, sigue habiendo zonas problemáticas. Aunque solo representa un 7 por ciento de la población, la provincia de Colón, en la costa norte, aportó el 21 por ciento de los homicidios en el país el año anterior, y su tasa de homicidios se acerca a la de Honduras. Las matanzas indiscriminadas en la provincia convirtieron a hospitales y escuelas en escenas del crimen, por las disputas por territorio y el aumento del desempleo como las causas de este azote a la región. Colón es el punto de ingreso sobre el Atlántico al Canal de Panamá y es un centro crucial en la cadena logística del tráfico de cocaína. El país volvió a romper su récord anual de decomisos de drogas, en medio de noticias de que actuaba como centro importante para el despacho de cocaína para una coalición de grandes narcos en Europa.
El mayor narcotraficante de Panamá, Jorge Rubén Camargo Clarke, jefe de la federación de pandillas Bagdad, fue arrestado en febrero de 2022, pero las cifras no indican que se haya desatado la consabida guerra sangrienta por el control de los mercados entre sus rivales.
Uruguay: 11.2 por 100.000 (pobl. 3.426.260)
En Uruguay se registraron 383 homicidios en 2022, según el Ministerio del Interior del país. Esta cifra representa un aumento del 25 por ciento con respecto a los homicidios de 2021, según reportó el ministerio, y significa un lamentable retroceso frente la disminución en los homicidios lograda en 2021. Los cálculos de InSight Crime muestran un aumento ligeramente mayor, de 27,6 por ciento.
Para el presidente Luis Lacalle Pou, es evidente quiénes son los culpables. “Estamos viendo una violencia muy vinculada al negocio del narcotráfico, una violencia entre bandas”, declaró en conferencia de prensa a finales de agosto.
Los enfrentamientos entre grupos criminales por el control del expendio de drogas en Montevideo, la capital del país, parecen haber aumentado. En junio, la policía uruguaya informó que identificaron hasta 45 clanes familiares criminales en Montevideo, y en noviembre, los tiroteos entre algunos de esos clanes confinaron en sus casas a los residentes de los barrios Villa Española y Peñarol.
Estos grupos también han sido cruciales para el ascenso de Uruguay como país de tránsito para el tráfico de cocaína. Las conexiones con Brasil, Paraguay y Argentina han aumentado en mucho el flujo de drogas por Uruguay, lo que genera mayores índices de violencia criminal.
Por otro lado, el surgimiento del Primer Cartel Uruguayo (PCU), liderado por el misterioso narcotraficante Sebastián Marset, ha elevado la presión en las fuerzas de seguridad del país, y ha puesto al descubierto la corrupción extendida entre la clase política del país.
Paraguay: 8 por 100.000 (pobl. 6.703.799)*
InSight Crime contactó a la Policía Nacional Paraguaya, la cual reportó que el país tuvo 489 homicidios entre enero y noviembre de 2022, lo que significa que es probable que el país haya superado la tasa de homicidios de 2021, de 7,4 por 100.000.
Desafortunadamente, en 2022 se siguió presentando más violencia, y los asesinatos de personajes importantes y las matanzas entre pandillas parecieron servir de telón de fondo durante el año.
Al frente de los asesinatos selectivos se mantiene el Primer Comando de la Capital (Primeiro Commando da Capital, PCC), la pandilla narco más poderosa de Brasil y viejo rival del paraguayo Clan Rotela. Ambas agrupaciones se han disputado el control territorial de importantes corredores de narcotráfico, en especial la provincia de Amambay en la frontera este de Paraguay con Brasil.
Las bandas más pequeñas también contribuyen a los asesinatos en las zonas más violentas de Paraguay. Los clanes familiares siguen involucrados en disputas territoriales y se presume que el conocido Clan Insfrán tuvo que ver con el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en mayo de 2022.
A la violencia en el país contribuye en parte el hecho de que las armas y municiones para el ejército por lo general terminan en manos de las organizaciones criminales.
La creciente importancia de Paraguay como nodo clave en el canal de distribución de la cocaína hacia Europa permite prever que el conflicto entre las principales bandas narco del país seguirá al rojo.
El Salvador: 7.8 por 100.000 (pobl. 6.314.167)
Los homicidios en El Salvador cayeron en 2022, cuando la policía registró solo 495 homicidios, en comparación con 1.147 del año anterior. El pronunciado descenso de los homicidios siguió siendo una tendencia que ha llevado a la caída de los asesinatos de año en año desde 2015, cuando una tasa de homicidios de 103 por 100.000 habitantes hizo de El Salvador el país más violento del hemisferio occidental.
La reducción de los homicidios el año pasado ocurrió en medio de una de las campañas contra las pandillas más brutales de la historia de Latinoamérica, promulgada por el presidente Nayib Bukele en respuesta a una ola de asesinatos de las pandillas, la cual cobró 87 vidas en marzo. El gobierno decretó facultades de emergencia para golpear las mayores pandillas callejeras del país, la MS13 y Barrio 18, en desarrollo de lo cual encerró a unas 60.000 personas, casi el 2 por ciento de la población adulta.
Los resultados fueron visibles de inmediato, con la abrupta caída de los homicidios y la extorsión, una plaga que afectaba a los negocios salvadoreños y la mayor fuente de ingresos de las pandillas. La ofensiva ha obligado a las pandillas a ocultarse, aunque se mantienen bien armadas.
Surinam: 7.7 por 100.000 (pobl. 612.985)
El país más pequeño de Suramérica registró 47 homicidios entre enero y mediados de diciembre de 2022, que corresponden a una tasa de homicidios preliminar de 7,7 por 100.000 ciudadanos. Esto representa un incremento notable en comparación con los 32 homicidios registrados en 2021 pero menor que los 54 reportados en 2020.
No es claro por qué crecieron tanto los homicidios en 2022. Una razón puede ser la importancia de Surinam como país de tránsito de cocaína.
El presidente Chandrikapersad Santokhi declaró a InSight Crime en octubre de 2022 que el tráfico de drogas afectaba gravemente los delitos violentos en Surinam. Varios expertos entrevistados por InSight Crime en el trabajo de campo en Surinam también identificaron el tráfico de cocaína como la mayor amenaza para la seguridad nacional en el país.
Algunos de los hechos más violentos en los últimos años tuvieron relación con el crimen organizado, en particular el tráfico de cocaína.
En julio de 2021, se hallaron tres cuerpos calcinados al oeste de Paramaribo, capital de Surinam. Uno de los presuntos perpetradores del crimen declaró que los asesinaron por el decomiso de cerca de una tonelada de cocaína por parte de las autoridades.
Pero en comparación con sus vecinos, en especial en el Caribe, la tasa de homicidios de Surinam puede calificarse de baja. Uno de los factores que pueden explicar la diferencia entre la tasa de homicidios en Surinam y países como Jamaica y Trinidad y Tobago es que el primero no ha tenido el mismo nivel de crecimiento entre sus pandillas.
Nicaragua: 6.7 por 100.000 (pobl. 6.850.540)
La persistente falta de datos fidedignos y de denuncias sobre homicidios en Nicaragua hace difícil una vez más tener un balance de homicidios sobre el país. Las fuentes oficiales dicen que el saldo de homicidios el año pasado fue de 460, según la Agencia Francesa de Prensa, pero el sociólogo Rodolfo Calderón, de la Universidad de Costa Rica, anotó que dichas cifras no eran “confiables”.
No parece probable que la falta de transparencia del país cambie pronto. En noviembre de 2022, el presidente Daniel Ortega se impuso por cuarto periodo en medio de rotundas críticas de la comunidad internacional sobre esas elecciones. El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la llamó una “elección pantomima”. Durante el mandato de Ortega, 160 periodistas se han visto obligados a exiliarse, como registra el diario local salvadoreño El Faro.
Chile: 4.6 por 100.000 (pobl. 19.493.184)
Los homicidios crecieron más de 32 por ciento en Chile en 2022 contra 2021, lo que marca uno de los años más violentos de la historia del país. Las cifras policiales muestran que se cometieron 960 homicidios en 2022, en comparación con 726 del año previo a ese.
Este incremento es revelador de los numerosos males que aquejan a Chile. La región de Tarapacá, al norte de Chile, volvió a ver cómo se dispara su tasa de homicidios a nuevos picos, mientras que el tráfico de migrantes, controlado por la megabanda venezolana Tren de Aragua, se posiciona como una grave amenaza para la seguridad nacional. El narcotráfico se ha expandido en el país, el robo de cobre se ha extendido y las mafias madereras que controlan la tala ilegal se han vuelto más violentas.
Si bien es alarmante el incremento de los homicidios, las autoridades advirtieron que el regreso a las regulaciones previas a la pandemia incitó el aumento de la criminalidad, que fue artificialmente baja en 2020 y 2021. “Las alzas registradas en 2022 son irregulares, porque a medida que la cotidianidad se ha ido retomando, también se ha ido normalizando la cantidad de delitos que ocurrían antes de la pandemia”, según declaró a medios locales el coronel Gutiérrez, comandante de la policía militar de Chile.
A pesar de todo eso, la tasa de homicidios de Chile, 4,6 por 100.000, muestra que el país sigue siendo uno de los menos violentos de Latinoamérica.
Argentina: N/A (pobl. 45.808.747)
Argentina suele divulgar sus estadísticas anuales de delitos en abril del año siguiente, razón por la cual no pudieron incluirse las cifras de homicidios precisas. En 2021, el Ministerio de Seguridad registró 2.092 homicidios, para una tasa de homicidios de 4,6 por 100.000, que mantuvo una tendencia descendente después de un año especialmente violento en 2014.
Algunos focos de violencia, sin embargo, son accesibles, principalmente en la Provincia de Santa Fe. Esta incluye la ciudad de Rosario, donde hubo 406 víctimas en 2022, el mayor número desde 2015, lo cual llevó la tasa de homicidios de la provincia a 11,31 por 100.000 habitantes, de nuevo un récord para los últimos años.
El sangriento año de Rosario acaparó los titulares por el hecho de que su tasa de homicidios cuadruplica el promedio nacional. La rivalidad entre las bandas narcotraficantes locales, los Monos y el Clan Alvarado, pone gran parte de los homicidios en la ciudad.
Al este de Santa Fe, la provincia de Entre Ríos registró su tercer año consecutivo de reducción de los homicidios; las autoridades atribuyen estos buenos resultados a su postura firme contra el narcotráfico. El tráfico de cocaína sin duda ha crecido en la provincia, pero las autoridades locales han redoblado los esfuerzos por combatir a los traficantes con la esperanza de mantener a raya la violencia.
Bolivia: N/A (pobl. 12.079.472)
Las autoridades bolivianas no han divulgado estadísticas oficiales de homicidios en los últimos tres años, pero los intereses criminales de grupos locales y regionales, en especial debido a la expansión de las capacidades de producción de cocaína en Bolivia, hacen que la violencia se mantenga.
En febrero del año anterior, el asesinato de dos narcotraficantes brasileños en el departamento de Santa Cruz puso en evidencia la amenaza que supone para Bolivia el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC) y su rival, el Comando Rojo (Comando Vermelho, CV), ambos grupos brasileños. Santa Cruz es un centro clave para el narcotráfico por la cocaína que se trafica hacia Brasil o Paraguay desde Bolivia y Perú.
En julio del año pasado, la localidad de Porongo en las afueras de Santa Cruz de la Sierra, capital del departamento de Santa Cruz, fue el escenario de una rara ola de violencia contra las fuerzas de policía en Bolivia. Tres fueron muertos a tiros después de intentar capturar a una persona de la localidad. El sospechoso del homicidio era el cuñado de un narco local, como informó El País.
Haití: N/A (pobl. 11.447.569)
La violencia de pandillas produjo la muerte de unas 2.183 personas en 2022, según datos de la oficina de las Naciones Unidas en Haití, publicados en enero de 2023. El informe señala que los homicidios aumentaron un 35,2 por ciento con respecto al año pasado.
Pero estas cifras terminan careciendo de sentido. La catástrofe de seguridad en la isla ha llegado a niveles sin precedentes, al punto que no se cree que ningún funcionario elegido a nivel nacional pueda mantenerse en su cargo. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 se ha evaporado cualquier influencia política que pudiera haber contenido las pandillas del país.
La guerra de pandillas, en la que alguna vez se enfrentaron las dos organizaciones criminales más grandes del país, G9 y G-PEP, se ha disuelto aún más hasta convertirse en un popurrí de disputas territoriales alrededor de la capital, Puerto Príncipe, donde se han producido la mayor parte de los homicidios, lo que incluye ejecuciones sumarias y el porte de armas de grado militar por adolescentes. Los secuestros se han más que duplicado. La violencia sexual y las violaciones son también comunes.
“Es la primera vez que creo que se ha visto este grado de anarquía, este grado de violencia de pandillas, donde no importan las vidas de las personas”, señaló Cécile Accilien, profesor de estudios haitianos de la universidad estatal Kennesaw, en entrevista con la NPR.
Perú: N/A (pobl. 33.715.471)
Perú no ha publicado aún su cifra oficial de homicidios para 2022.
Si bien el Ministerio de Salud declaró que el año pasado hubo 1.307 asesinatos, lo que ubicaría a Perú en una tasa de homicidios de solo 3,9 por 100.000 habitantes, estas cifras no reflejan necesariamente la situación real. Las cifras del Ministerio de Salud en 2020, por ejemplo, muestran alrededor de la mitad del número de homicidios dados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), y menos de la mitad reportados para 2019. El Ministerio de Salud no ha respondido a la solicitud de aclaración de InSight Crime, y el INEI explicó que los datos de homicidios de 2021 aún se están procesando.
La tasa de homicidios de 2021, cuando hubo 2.166 asesinatos, fue de 6,6 por 100.000, un aumento con respecto a los datos de 2020, pero aún así menor que en cualquier otro año desde 2013.
Aunque el gobierno declaró múltiples estados de emergencia con el fin de controlar la delincuencia en la capital, Lima, los asesinatos siguen aumentando. A comienzos del año, un coronel declaró a TV Perú que en algunos sectores de la capital se habían duplicado los homicidios, o que incluso se habían cuadruplicado.
Por otro lado, una oleada de asesinatos que se dio a raíz de la guerra de las pandillas por la minería ilegal en La Libertad, región en la costa oeste, llevó a las autoridades a imponer un estado de emergencia. Cuatro líderes de comunidades indígenas, que se oponían abiertamente a la minería ilegal y el narcotráfico en sus territorios, fueron asesinados en una sola semana en marzo.
En medio de la turbulencia social tras la destitución del presidente Pedro Castillo en diciembre, la Fiscalía de Ayacucho confirmó que abrió investigaciones por homicidio contra varios jefes del Ejército y la Policía tras las muertes de varios manifestantes.
Las estimaciones sobre estos países son proyecciones. Al momento de la publicación, no se disponía de los datos de todo el año en estos países. Las tasas de homicidio son calculadas por InSight Crime con base en los mejores datos de homicidios disponibles y la población estimada de cada país para 2021, según el Banco Mundial. Los puntos de datos no calculados por este método se han atribuido a sus fuentes.
** Parker Asmann, Douwe den Held, Juan Diego Posada y Alex Papadovassilakis contribuyeron en la elaboración de este artículo.