A través de la inyección de casi 50 mil millones de euros, la Unión Europea busca que para 2030, la producción mundial de chips y semiconductores provenga en un 20% de Europa; la actual crisis de abasto ha afectado a industrias como la electrónica y la automotriz.
Bruselas, 2 feb (EFE).- La Comisión Europea (CE) presentó este martes una Ley Europea de Chips con la que aspira a movilizar unos 45 mil millones de euros para cuadruplicar hasta 2030 la producción de semiconductores en la Unión Europea (UE) y hacer de esta una potencial global en un sector clave desde el punto de vista tecnológico y estratégico.
“Con la Ley Europea de Chips combinamos la inversión, el marco regulador y las asociaciones estratégicas necesarias para hacer de Europa un líder en este mercado tan importante”, dijo la Presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, en una declaración sin preguntas tras aprobar la propuesta.
Bruselas quiere que al final de la década el 20 por ciento de los chips del mundo se produzcan en la UE, lo que significa que tendrá que multiplicar por cuatro su fabricación ya que ahora apenas alcanza el 10 por ciento de un mercado cuyo valor se duplicará en los próximos ocho años.
El objetivo es reducir su enorme dependencia de terceros países, sobre todo del sudeste asiático, para el suministro de unos componentes tan indispensables en cualquier dispositivo digital que su escasez a raíz de la pandemia obligó a paralizar líneas de producción en algunas industrias, como la automovilística, y acabó con las reservas de ciertos productos en Europa.
“La Ley Europea de Chips llega en el momento adecuado con dos objetivos principales: a corto plazo aumentar nuestra resiliencia ante futuras crisis, anticipando y evitando problemas en las cadenas de suministro. Y a medio plazo hacer de la UE un líder industrial en este mercado muy estratégico”, dijo von der Leyen.
Para ello, añadió, se movilizarán 15 mil millones de euros en inversiones adicionales públicas y privadas, que se sumarán a 30 mil millones de euros de inversiones públicas ya planeadas del presupuesto comunitario o de los presupuestos de los Estados miembros.
La idea es que esos 30 mil millones en dinero público se destinen a aumentar la capacidad de producción, incluida la construcción de megafábricas en el continente, y que entre 11 mil y 12 mil millones de inversiones adicionales públicas y privadas se destinen a reforzar la investigación, la parte de la cadena dónde la UE ya tiene liderazgo mundial.
A ello se sumaría un fondo para invertir entre dos mil y seis mil millones de euros en ayudar a las empresas emergentes a incorporarse al sector, según anticipó ayer el comisario de mercado Interior, Thierry Breton.
Bruselas reconoce que el alto coste de levantar plantas de producción hará necesaria una masiva inversión pública si se quiere atraer la privada, por lo que suavizará sus normas de ayudas de Estado para permitir, por primera vez, subsidiar la construcción de fábricas de “primera generación”.
La estrategia contempla además crear alianzas otros socios, como Estados Unidos o Japón, para crear cadenas de suministro fiables y evitar cuellos de botella puesto que en este sector “ningún continente puede ser enteramente independiente”, dijo von der Leyen.
Para la Comisión, este esfuerzo europeo será comparable al plan de 52 mil millones de dólares presentado por Estados Unidos hace unos días para revitalizar su propia industria de chips.