Es indudable que el incremento del veganismo ha sido capitaneado por los habitantes urbanos. Un sondeo en el Reino Unido de 2016 llevado a cabo por la Sociedad Vegana concluyó que el veganismo es significativamente más popular en zonas urbanas que en regiones rurales. Así, Bristol en Reino Unido y Portland en Estados Unidos se disputan ser la capital simbólica del veganismo.
Por Naomi Larsson, traducido por Lucía Balducci
Ciudad de México, 8 de febrero (Eldiario.es/SinEmbargo).- Tres de cada cuatro parlamentarios de Bristol afirman ser veganos o vegetarianos. La comunidad vegana en la ciudad británica tiene una larga y detallada lista de lugares donde no sirven carne. Hace tiempo que Bristol es una ciudad donde abundan las ideas ecológicas y progresistas, y es sede del grupo activista por los derechos de los animales ¡Viva!.
Las voces veganas de Portland, en EU, también se hacen oír. Paul McCartney y el grupo activista por los derechos de los animales Peta la nombraron “ciudad más acogedora con los veganos” en 2016, regalándole al alcalde un ramo hecho con verduras. Portland tiene una acampada de verano vegana, un sitio de conciertos punk que promueve el veganismo, un centro comercial vegano e incluso un local de striptease vegano.
Es indudable que el incremento del veganismo ha sido capitaneado por los habitantes urbanos. Un sondeo en el Reino Unido de 2016 llevado a cabo por la Sociedad Vegana concluyó que el veganismo es significativamente más popular en zonas urbanas que en regiones rurales. Dos tercios de los participantes del sondeo que aseguraron no comer carne y evitar productos lácteos vivían en zonas urbanas o suburbanas de Reino Unido.
Desde que por ejemplo la cadena de panaderías británicas Greggs anunció una nueva alternativa vegana a su bocadillo de salchicha, la cadena dice que la opción de quorn ha sido un éxito de ventas, con cientos de miles de bocadillos vendidos solo en la primera semana. Su éxito deja en evidencia no sólo cómo funciona una buena campaña publicitaria, sino también el ascenso imparable del veganismo.
El blog de internet Chef’s Pencil utilizó datos de Google Trends para buscar las ciudades donde se realizan más búsquedas relacionadas a temas veganos, que el año pasado llegaron a cifras récord, aumentando un 11 por ciento desde 2017 y un 35 por ciento respecto de 2016. Según Google Trends, el nivel de interés por las cosas veganas –restaurantes, recetas, comida para perros– fue más alto en Bristol, seguido por Portland, Edimburgo, Vancouver y Seattle. Seis de las ciudades más arriba en el ránking están en Estados Unidos, aunque las ciudades europeas y australianas también muestran gran interés en dejar la carne.
Las búsquedas de Google no ofrecen una idea precisa de cuánta gente se compromete a seguir dietas veganas o compra productos veganos, pero Chef’s Pencil dice que el análisis sí permite saber que en estas ciudades “existe la intención de pasar a la acción respecto a lo que comen”.
PUNK Y VEGANISMO
Sam Calvert es vegana desde hace 24 años, recuerda que hace años era “muy difícil” comer fuera en Bristol y encontrar alternativas convenientes. Al haber más opciones, ahora es más fácil que la gente tome la decisión de hacerse vegana. “La típica persona vegana es mujer y joven, y es más probable encontrar gente joven en las ciudades”, explica. “Como en cualquier comunidad, es más probable encontrar gente parecida en las ciudades. Hay muchos grupos de encuentros veganos y suelen estar en las ciudades”.
En otras ciudades se ha promovido el estilo de vida vegano desde los estratos políticos, mayormente por razones medioambientales y por impulsar la sostenibilidad. En 2016, Barcelona se declaró ciudad amiga de la cultura vegana y vegetariana, instando a sus habitantes a adoptar una dieta sin carne, promoviendo los “lunes sin carne” y creando una guía de los sitios veganos de la ciudad. Ese mismo año, la nueva alcaldesa de Turín declaro a la ciudad italiana primera “ciudad vegana” del mundo. “La promoción de las dietas vegana y vegetariana es fundamental para el cuidado del medio ambiente, para la salud de nuestros ciudadanos y para el bienestar de nuestros animales”, declaró la ciudad en un comunicado. Se suponía que sería un programa para generar conciencia y promover alternativas a la carne, pero sorprendió hasta qué punto generó divisiones.
Si ser una “ciudad vegana” de verdad implicara prohibir la venta de carne y productos lácteos, entonces el pueblo Palitana, en Guyarat, estaría en la lista. Una huelga de hambre de monjes jainas en 2014 hizo que el gobierno local declarara a la ciudad y sus espacios sagrados zonas libres de carne.
Es interesante que si bien el resto del mundo considera a India como un país predominantemente vegetariano, una investigación del año pasado realizada por el antropólogo Balmurli Natrajan, radicado en Estados Unidos, y el economista Suraj Jacob, radicado en India, sugiere que sólo el 20 por ciento de la población india es vegetariana, un porcentaje menor que lo que afirman las estadísticas oficiales. Las ciudades indias con mayor porcentaje de población vegetariana son Indore con el 49 por ciento, Meerut con el 36 por ciento y Delhi con el 30 por ciento.
La mayor parte de las listas de ciudades amigas de la cultura vegana o vegetariana se basan en la cantidad de restaturantes o cafeterías vegetarianas, en lugar de la cantidad de gente interesada en practicar el veganismo.
Según Happy Cow, un listado de restaurantes veganos y vegetarianos actualizado gracias a la colaboración abierta, Londres en la ciudad más amiga de la cultura vegana del mundo. Fue la primera ciudad del sitio en pasar los 100 restaurantes completamente veganos en 2017, y en este momento tiene 110 sitios veganos para comer en un radio de 8 kilómetros dentro de la ciudad. Le sigue de cerca Berlín, con 65 restaurantes veganos en un radio de 8 kilómetros.
Pero quizás lo importante sean los nombres. El año pasado, activistas por los derechos de los animales intentaron cambiar el nombre del pueblo inglés Wool (lana) a “Vegan Wool” (lana vegana). Si la propuesta hubiera sido aceptada por el ayuntamiento (no lo fue), entonces seguramente este pueblo recóndito en Dorset se habría llevado el título de capital del veganismo.