Los hospitales se han saturado, y servicios esenciales en las ciudades se han demorado debido a la falta de empleados, quienes frecuentemente se enferman de COVID-19 en un momento en que la variante Ómicron se propaga rápidamente por todo el mundo.
Washington, 8 de enero (AP/SinEmbargo).– Ambulancias llegan a toda velocidad a los hospitales en Kansas, pero entonces cambian repentinamente de dirección porque están llenos. La escasez de empleados en la ciudad de Nueva York, muchos enfermos por COVID-19, está demorando servicios como la recolección de basura y el metro. Se reducen las filas de los bomberos y los servicios de emergencias. Las autoridades debieron cerrar puntos de seguridad en la mayor terminal de aeropuerto de Phoenix y escuelas en todo el país pasan trabajo para encontrar maestros para sus aulas.
La explosión actual de infecciones de coronavirus en Estados Unidos causada por la variante Ómicron está causando un colapso de todo tipo de servicios básicos, desde la atención médica hasta el transporte público y la recolección de basura. Es la ilustración más reciente de cómo el coronavirus sigue trastornando la vida más de dos años después del inicio de la pandemia.
“Creo que esto realmente les recuerda a todos de cuando la COVID-19 apareció por primera vez y hubo problemas muy grandes en cada parte de nuestra vida normal”, dijo Tom Cotter, director de respuestas de emergencia para Project HOPE, una organización global de salud sin fines de lucro. “Y la realidad desafortunada es que no hay forma de predecir lo que sucederá, hasta que subamos nuestros números globales de vacunación”.
Los servicios de emergencias, hospitales y agencias del Gobierno han empleado un enfoque de “todos los que puedan a trabajar” a fin de proteger a la ciudadanía, pero les preocupa por cuánto tiempo pueden seguir así.
En el condado de Johnson, en Kansas, los paramédicos están trabajando 80 horas a la semana. Las ambulancias frecuentemente se han visto forzadas a alterar su curso cuando los hospitales a los que se dirigen les dicen que están abrumados, confundiendo a los ya ansiosos familiares que conducen detrás de ellas. Cuando las ambulancias llegan a los hospitales, algunos de sus pacientes de urgencia van a parar a salas de espera porque ya no hay camas.
En la ciudad de Nueva York, las autoridades han tenido que demorar o reducir los servicios de recolección de basura y el metro debido al virus. La Autoridad Metropolitana de Transporte dijo que una quinta parte de los operadores y conductores del metro —mil 300 personas— han estado ausentes en días recientes. Casi la cuarta parte de los trabajadores del departamento de Salubridad se han ausentado también.
La variante Ómicron se disemina más rápidamente que otras del coronavirus y se ha vuelto la dominante en muchos países.
Además, infecta más fácilmente a los ya vacunados o quienes han estado infectados previamente por otras variantes del virus. Sin embargo, los estudios más recientes indican que tiende a causar menos síntomas graves que la variante Delta y que la dosis de refuerzo ofrece buena protección contra síntomas graves y hospitalización.
Aun así, su transmisibilidad fácil ha hecho que los casos se disparen en Estados Unidos, lo que está afectando a empresas, oficinas gubernamentales y servicios públicos por igual.
En el centro de Boise, en Idaho, el viernes por la mañana había una fila de personas frente a una farmacia antes de que abriera.
En poco tiempo, la fila se extendía por todo el interior de la droguería. Las farmacias se han visto afectadas por la escasez de personal, ya sea porque los empleados están enfermos o porque han renunciado.
La técnica farmacéutica Anecia Mascorro dijo que antes de la pandemia, la Farmacia Sav-On donde trabaja siempre tenía las recetas listas para el día siguiente. Ahora, dice, lleva mucho más tiempo completar los cientos de pedidos que están llegando.
“La demanda es una locura. No todos obtienen sus guiones lo suficientemente rápido, por lo que nos transfieren el trabajo a nosotros”, dijo Mascorro.
ESCUELAS, CERCA DE VOLVER A CLASES A DISTANCIA
Debido precisamente al avance de la pandemia en EU, la situación escolar, afectada por la crisis de profesores y personal docente que cae contagiado, la posibilidad de volver a clases de forma remota y virtual es cada vez más grande, de acuerdo con el New York Times, que reporta que los sindicatos presionan en algunos casos para volver al formato de clases a distancia.
En Milwaukee, por ejemplo, en el estado de Wisconsin, las clases virtuales están programadas hasta el 18 de enero, debido a la falta de personal, pero los encargados de las decisiones en los centros educativos no creen que la situación mejore en las próximas semanas como para volver a clases presenciales, sufriendo presión de ambos frentes: quienes esperan que sus hijos puedan regresar a las aulas pronto y quienes esperan seguir de manera remota.
“Los niños no son los que están sufriendo de enfermedad grave en general, pero sí sabemos que los niños son los que están sufriendo por la enseñanza remota”, aseguró al New York Times Dan Kirk, cuyo hijo asiste a la Escuela Preparatoria Walter Payton College, en Chicago, Illinois, una de las que se encuentran cerradas en enero por el avance del coronavirus.
Pero, en otros casos, la situación es diferente. El presidente del sindicato de maestros en Nueva Jersey, John Abeigon, le dijo al diario neoyorkino que, si las pruebas COVID siguen escaseando, pedirá que se mantenga la enseñanza remota en su distrito, que comenzó a distancia el 2022, a pesar de aceptar que es “una carga” para los padres que tienen que trabajar. Sin embargo, no se debe “sacrificar” a los educadores por el bien de la economía, completó.
–Con información de Jennifer Sinco Kelleher y Terry Tang