“Se trata de un beneficio evidente para el medio ambiente, porque no hay que volver a sintetizar un material nuevo cada vez que se rompe”, asegura uno de los creadores.
Ciudad de México, 8 de enero (RT).- Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney, Australia) desarrollaron un nuevo material de impresión 3D, enriquecido con un polvo que permite a los termoplásticos recuperarse más rápido y de forma económica en caso de ruptura u otro daño.
Las reparaciones pueden efectuarse a temperatura ambiente y el único requisito para que el proceso se lleve a cabo correctamente es la presencia de luz LED, que desencadena una reacción química y hace que las partes rotas se fusionen de nuevo, indica el estudio publicado en la revista Angewandte.
El llamado “polvo especial”, que es un tritiocarbonato originalmente elaborado por la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (Canberra, Australia), se obtiene mediante una reacción entre ácido sulfhídrico y disulfuro de carbono.
A Photoinduced Dual-Wavelength Approach for 3D Printing and Self-Healing of Thermosetting Materials (Boyer) @NanoMed_UNSW https://t.co/JxDlngrqhI pic.twitter.com/coY1qk9D0q
— Angewandte Chemie (@angew_chem) December 14, 2021
Actualmente, sin utilizar la tecnología innovadora, las reparaciones se consiguen solo al deshacer el producto final de la impresión y someter los elementos dañados a varias etapas de calentamiento. Además, se necesitan unas 24 horas para completar este proceso, frente a una hora si se utiliza el nuevo método.
Aunque, de momento, la impresión 3D no produce mucho impacto medioambiental, todavía no se puede decir que este proceso (que requiere grandes cantidades de plástico y energía para el funcionamiento de las equipos, así como resulta en abundantes residuos) sea 100 por ciento ecológico, explica Nathaniel Corrigan, uno de los investigadores. No obstante, con la nueva alternativa, es posible reparar artículos impresos más rápido y conservarlos en lugar de desecharlos.
“Se trata de un beneficio evidente para el medio ambiente, porque no hay que volver a sintetizar un material nuevo cada vez que se rompe”, detalla Corrigan. “Así aumentamos la vida útil de estos materiales, lo que reducirá la cantidad de residuos de plástico”, agrega.
Entre los experimentos realizados, la reparación con luz LED de un violín impreso en 3D demostró la resistencia del nuevo plástico, al recuperarse por completo hasta volver a su estado original.
Los científicos creen que la comercialización de su proyecto será un éxito, debido a la sencillez y rapidez del proceso de restauración.
La nueva tecnología podría tener varias aplicaciones en diferentes ámbitos que utilizan componentes avanzados a partir de materiales impresos en 3D, asegura otro de los autores del estudio, Cyrille Boyer. De tal manera, este plástico puede resultar útil en dispositivos electrónicos portátiles, sensores e incluso algunos tipos de fabricación de calzado.