Actualmente quedan menos de 60 ejemplares, de las 245 que existian en 2008. Activistas aseguran que para lograr la conservación de la marsopa más pequeña del mundo se requiere trabajar arduamente durante al menos 50 años y la COP13 es una oportunidad para abordar el tema.
Ciudad de México, 6 de diciembre (SinEmbargo).- La vaquita marina –especie endémica de México– es la más amenazada en todo el planeta y los esfuerzos por salvarla no han sido suficientes, por lo que es importante abordar el tema en el marco de la Conferencia de las Partes (COP13) del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), celebrada en Cancún Quintana Roo, donde participan 196 países, urgieron organizaciones de la sociedad civil.
Durante la COP13, hasta el 17 de diciembre se revisarán los avances de los compromisos que asumieron los 196 países participantes, especialmente los relacionados con el Plan Estratégico de la Biodiversidad 2011-2020 y los logros de las Metas Aichi sobre biodiversidad.
La Meta 12 señala que para el año 2020 “se habrá evitado la extinción de especies en peligro identificadas y su estado de conservación se habrá mejorado y sostenido, especialmente para las especies en mayor declive”.
Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica y Miguel Rivas, coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace en el país, alertaron una vez más que en caso de que no se implementen medidas urgentes, la vaquita podría desaparecer en 2018, o sea, dos años antes de cumplirse dicho periodo.
“Hablar de la extinción de esta especie que es una de las metas Aichi es súper importante, pero México pone un ejemplo negativo”, dijo Rivas.
En diversas ocasiones, organizaciones de la sociedad civil han alertado que, en especial, la pesca ilegal de la totoaba –especie que también se encuentra en peligro de extinción– ha causado el declive continuo de la vaquita. Al respecto, Olivera y Rivas denunciaron que la pesca no ha parado y las autoridades ambientales y pesqueras no han informado qué planean implementar tras la conclusión de la veda.
En abril de 2015, Enrique Peña Nieto anunció la prohibición –por dos años– de uso de redes de enmalle, cimbras y/o palangres operadas con embarcaciones menores con el propósito de desincentivar la pesca en el hábitat de la vaquita marina con la utilización de estos métodos dañinos para la especie.
Además, durante el mismo periodo de tiempo los pescadores han recibido compensaciones económicas para evitar riesgos de enmalle para la vaquita, no obstante Olivera ha acusado en múltiples ocasiones que estas son injustas y desiguales,
Hace algunos meses, el Centro para la Diversidad Biológica solicitó a través del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), información sobre el padrón de beneficiarios, allí se encontró que son dos mil 699 personas quienes reciben este apoyo, pero la mayoría cuenta cada mes con cuatro, seis, siete u ocho mil pesos, mientras dos personas reciben más de un millón de pesos.
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En entrevista para SinEmbargo, Olivera subrayó la importancia de encarar el tema, ya que actualmente quedan menos de 60 ejemplares y hasta 2008 existían 245 y aseguró que para lograr la conservación de la marsopa más pequeña del mundo se requiere trabajar arduamente durante al menos 50 años
“El Gobierno debe establecer medidas permanentes en cuanto a la protección, al establecimiento del área de refugio y a la eliminación de artes de pesca. Hemos visto que las medidas temporales no han funcionado”, puntualizó.
Por ello recordó que este año fueron halladas tres vaquitas marinas muertas y la propia Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que en los cadáveres se observaron escoriaciones y laceraciones provocadas al parecer por cuerdas o hilos, a consecuencia del enmallamaiento por las artes de pesca.
En julio de este año, tres aviones no tripulados comenzaron a sobrevolar el Alto Golfo de California para proteger a la población de los cetáceos amenazados, pero el Gobierno los había prometido desde abril del año pasado. Al respecto, Rivas dijo que “la implementación de los drones llegó un año tarde, continúa la pesca en la zona, la vigilancia no es suficiente, a pesar de que la única solución es detener esta pesca furtiva. Tiene que haber acciones reales no sólo en el discurso y en papel”.
En el mismo sentido, Olivera subrayó que “la pesca ilegal continúa en el Alto Golfo a pesar de los anuncios del Gobierno federal, de la compra y utilización de los aviones no tripulados, de la presencia de la Secretaría de Marina y de Profepa. Se sigue dando la ilegalidad, entonces las acciones no han sido suficientes”.
Ambos activistas hicieron un llamado al Gobierno federal para que a la brevedad anuncie acciones de conservación de la especie marina a largo plazo, que vayan más allá de abril de 2017. “El llamado es a una congruencia por parte del Gobierno mexicano. Tenemos mucho que resolver internamente y la vaquita es el caso”, señaló Olivera.
Mientras se lleva a cabo la COP13, organizaciones de la sociedad civil, autoridades y miembros del sector se reunieron para abordar el tema. Allí, Rual Verdugo, pescador de la cooperativa la Vaquita de los Angulo, acusó que las acciones no han resultado, ya que a pocos meses de que termine la veda y la compensación económica para los pescadores aún no cuentan con alternativas de artes de pesca sustentable ni se les ha dado información de lo que sigue.
Olivera y Rivas recordaron que tanto China como Estados Unidos son también responsables de la situación en la que se encuentra la especie mexicana. Por lo que los tres países –urgieron– deben tomar acciones para proteger a los pocos ejemplares que continúan con vida, ya que las vejigas secas de totoaba suelen enviarse de contrabando a China a través de Estados Unidos.
El vocero de Greenpeace pidió a los Gobiernos que asisten a la COP13 y Estados Unidos –país que no es parte, pero envía observadores– que colaboren con México en lo que sea posible para evitar la extinción de la vaquita.