El método de Morena para la elección de las y los candidatos a ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México es una convergencia de eventos.

Inician con la elección a partir del resultado de las encuestas, continúan con la incorporación del criterio de género, se afinan con la decisión matizada a partir de la voluntad del partido y de la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum con base en prospectiva electoral y de la unidad del movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Es un conjunto de elementos. Tan sencillo y tan complejo. En la centralidad de la historia política de la capital y del país, Sheinbaum, con independencia de quien gane en cada entidad, consolidará su liderazgo en el territorio político de su partido y en las adyacencias donde la oposición no parece avanzar en la persona de Xóchitl Gálvez y los actores económicos han encontrado un fácil diálogo con la morenista.

En los estudios demoscópicos está una clave. Las otras se hallan en la ponderación política y la evaluación de la importancia de movilizar territorialmente a las comunidades morenistas y simpatizantes de todas las entidades.

Desde redes sociales y en espacios de análisis se ha impulsado la narrativa de una batalla donde hay crisis posteriores al 10 de noviembre cuando por la noche ya sabremos quiénes son las y los precandidatos de Morena en las nueve entidades. Si el capital político es tan grande como la simpatía popular por el partido, las pequeñas crisis internas eventuales no afectarán la tendencia predominante hacia el control del proceso político nacional.

Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó precisiones y un matiz en ese proceso convergente. En su Mañanera, recordó la prioridad a garantizar: la participación de cinco mujeres. Además, en significativo énfasis, añadió: los problemas solo se presentan “cuando hay imposición o acarreos o compra de votos”.

Prácticamente las encuestas en los ocho estados y la CMDX, enfocadas en careos con las y los opositores a la coalición formada por Morena, Verde y PT, coinciden en ubicar a Rocío Nahle en Veracruz y Clara Brugada en la Ciudad de México como las más competitivas, con altas posibilidades de ganar las elecciones.

Los escenarios demoscópicos más certeros —de expertos exitosos y probados— indican empate técnico entre Brugada y Omar García Harfuch. Ambos revelan la preferencia mayoritaria con relación al aspirante frentista más avanzado, con una distancia superior a los 20 puntos.

Ante encuesta con menos de diez puntos de ventaja, con capacidad amplia de triunfo frente a opositores, en empate técnico, el criterio de paridad desempata.

La Ciudad de México, ahora gobernada por Martí Batres, será ejemplar por los aciertos. Es la localidad de origen del movimiento de cambio de régimen experimentado desde el 2018 y es la sede detonante del proceso de su consolidación en 2024.

Enrique Dussel Ambrosini, el filósofo fallecido este fin de semana a los 89 años, fundador de Morena, decía: “La única sede del ejercicio del poder es el pueblo”. La fuerza de cualquier movimiento está ahí y en la historia social. Está en su predominante unidad responsable y evolutiva.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es coordinador general del C5, ex presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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