Jesús Robles Maloof
07/11/2014 - 12:00 am
Los represores no prevalecerán
¡Cese la represión! Monseñor Óscar Romero. 1980 Llamaron a la puerta. Solo percibía ecos que tres minutos después era sonoras vibraciones. Abrí los ojos y sin saber bien dónde me encontraba abrí esa puerta. Del otro lado estaba Fray Tomás González quien tranquilo dijo; “Ya es hora”. ¿Hora de qué? ¿En dónde estaba? Al ver […]
¡Cese la represión!
Monseñor Óscar Romero. 1980
Llamaron a la puerta. Solo percibía ecos que tres minutos después era sonoras vibraciones. Abrí los ojos y sin saber bien dónde me encontraba abrí esa puerta. Del otro lado estaba Fray Tomás González quien tranquilo dijo; “Ya es hora”. ¿Hora de qué? ¿En dónde estaba? Al ver mi repentino desconcierto pausadamente comentó; “estás en Tenosique” y exorcizó mi temporal amnesia.
Tardé en recuperarme pero al llegar a la PGR, el incierto tránsito de esa vida alucinante que vivimos estando dormidos, había concluido. Me sacudió la esperpéntica realidad de ver entrar como acusado a quien decenas veces cruzó ese umbral para denunciar lo que México hace con las personas migrantes, verdad aún archivada estériles expedientes. En tanto esperábamos los odiosos trámites miré a la joven defensora de migrantes, que nacida en Iguala ha decidido viajar a Tenosique para colaborar en el Hogar Refugio La 72. Iguala y Tenosique, dos puntos geográficos de dolor.
Recordé que al tiempo que dejé de ser joven, esa condición se volvió casi criminal en mi país. Mi generación aprendió a ser libre paso a paso, sigilosa y clandestinamente. Estos jóvenes son de otra madera y por ello la victoria de los represores no es posible. Nos costará mucho dolor y rabia, vidas concretas, pero los represores no prevalecerán. Seguro estoy. Solo tenemos que mirar los ojos de quienes no aprendieron a ser libres, porque son la libertad misma. De quienes como Mario González, preso por sus ideas estuvo dispuesto a entregar su vida por ellas.
Mario es un buen ejemplo de la anunciada derrota de los autoritarios. Al sostener una prisión absurda, Mancera y Elías Azar no advirtieron que día a día, fortalecían las tesis de Mario sobre la violencia de Estado y fungieron como modelos involuntarios de instituciones corruptas. Peña Nieto, Duarte, Borge, Mancera, Moreno Valle, pueden restaurar prácticas autoritarias, lo que no pueden, es cambiar lo que las y los jóvenes han decidido ser. Nos pueden quitar todo pero si lo decidimos, siempre conservaremos el poder de aceptar el orden establecido.
Son las diecinueve horas, de esta huida hacia adelante, regreso a la delegación de la PGR cuando la indomable joven de Iguala dijo segura “Soy defensora de derechos humanos y vengo a asistir Tomás. ¿Necesita mi credencial?” No hubo posteriores intentos de impedir su función. Reí. Era preciso empezar la declaración pero de inmediato advertimos que no había denuncia. Marvin Agustín Tapia Nava funcionario de migración que acusa a Tomás del delito de lesiones, no declaró ante el MP, sino ante su jefe.
¡Ah chingá! La denuncia la hizo Santiago Castro Rodríguez, delegado del Instituto Nacional de Migración y reconoce que no estuvo en el lugar de los hechos pero los hace suyos. Esta torpeza muestra que Fray Tomás y La 72 estorban el negocio y los abusos que van desde represor atenquense Ardelio Vargas, hasta al imaginativo Marvin. Su versión indica que el 29 de septiembre de 2014 indicó el alto al vehículo de Tomás cuando en el tramo de El Ceibo hacia Tenosique y:
“Al saludarlo cordialmente, el fraile me tomo la mano pero no la soltó. Arrancó su camioneta arrastrándome por más de 100 metros lo que me causó serias lesiones en el antebrazo derecho”.
Desde terrible el caso de la niña Paullete las policías mexicanas crean las más increíbles versiones. Va un ejemplo del #1DMx. Un policía denunció a cien jóvenes, ya que le aventaron pintura y dañaron el camión que manejaba. Sostiene que un segundo antes de quedar cegado por la pintura los pudo identificar. ¿Cien personas lanzando un solo bote?. Este funcionario al llegar a la agencia 50 del MP pudo reconocer a los mismos cien jóvenes sin titubear.
Generosos en repartir poderes extraordinarios, las agencias del orden han creado una especie de “Fray Tomás Proteo” con fuerza, elasticidad y coordinación increíbles. Pensemos la mecánica posible de la denuncia y de las lesiones atribuidas al defensor de migrantes.
Si el agente de INM se acerca a la camioneta de Tomás y se saludan, a menos que sean excéntricos, las palmas que se unen serán las derechas. Aquí inicia la experiencia mítica. Si es cierto que Fray sujetó a Marvin y este no pudo soltarse, ¿Cómo y con qué mano encendió la camioneta? Y ya entrados en la narrativa heroica ¿Cómo pudo Tomás encender la camioneta con la mano izquierda tan lejana al switch y cómo hizo para manejar y cambiar de velocidades?
Aún hay más. Llevándonos a lugares donde la imaginación hace frontera con la creación divina. Según Marvin, nuestro fraile no es solo capaz de sujetar la mano del funcionario, adicionalmente soporta la fuerza acumulada entre velocidad, fricción y peso, durante cien metros, acción que otra persona no soportaría ni un metro o le arrancaría la extremidad desde el hombro, si no pudiera soltarse.
Ante esta creativa versión, mi papel fue aburrido. Es de aguafiestas sostener que la narración de Marvin es físicamente imposible. Que los agentes no tenían un puesto fijo de revisión y al intentar subir ilegalmente a la camioneta, Tomás se opuso pacíficamente. Que recurrieron a la violencia aventando piedras y que es ilegal denunciar actos que a Castro Rodríguez no le constan.
Son las veintidós horas. Salimos con un poco de pena ajena ante la hilarante historia. EL problema es que el acoso como política sistemática se agudiza. Mientras nos sentamos a cenar. Me quejo con Tomás de la actitud rebelde de los voluntarios. Hacen lo que quieren y no me escuchan.
“Son imparables, aprenden de los migrantes Jesús”. Dijo mientras reía. Recordé la asamblea de migrantes en su mayoría jóvenes que en abril decidió caminar por las carreteras ante el acoso del INM en las vías. Como la manifestación de migrantes de torsos azules quienes desde la vulnerabilidad demandaban la aparición con vida de nuestros 43 normalistas de Ayotzinapa.
Para hacer un poco de mofa, me inclino a buscar la foto donde en esa manifestación Fray luce agotado. La tengo en mis manos pero Fray ha desaparecido. ¿Dónde está? Pregunté a la guerrerense. No me contestó. Aquí nadie me hace caso.
Al tiempo regresa el escapista comentando que fue a la La 72, tras de él llega el gran Fray Aurelio que con una voz que sin duda llega a la delegación del INM todas las tarde grita ¡Viva Centroamérica! ¡Vivan los migrantes!
Los de La 72 de verdad son raros. No solo creen que la libertad y la dignidad existen, la practican. Les transpira por la piel, igual que en los ojos de los jóvenes libertarios de este país. Son las cuatro de la mañana del día siguiente. Sigo intrigado por esa libertad y busco su origen.
No le digan a Tomás, pero encontré al culpable de lo sucedido el 29 de septiembre en un video que tomé hace un año y que al final podrán ver.. En el mismo tramo en el que él impidió la agresión a los migrantes, en la misma camioneta blanca. El 27 de octubre del 2013 escuché algo que me dejó perplejo: La sociedad no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirve las reformas si van teñidas con tanta sangre”.
No lo dije yo, no lo dijo Tomás. Aunque esas palabras fueron dichas el 23 de marzo de 1980 por Monseñor Óscar Romero un día antes de ser asesinado, esa mañana entre El Ceibo y Tenosique, nos lo recordó.
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