Los candidatos debatieron en un auditorio en el que los asistentes que se rehusaran a utilizar mascarilla debían dejar el lugar, un contexto extraordinario para el único debate vicepresidencial de 2020.
SALT LAKE CITY, 7 de octubre (AP/EFE).- Separados por paneles de plexiglás, el vicepresidente republicano Mike Pence y la aspirante demócrata Kamala Harris discutieron el miércoles sobre el manejo de la pandemia por parte del Gobierno del Presidente Donald Trump, en un debate que puso en evidencia las visiones contrastantes de sus respectivos partidos para una nación en crisis.
“El pueblo estadounidense ha atestiguado cuál es el mayor fracaso de una presidencia en la historia de nuestro país”, arremetió Harris, mientras Pence, quien dirige el grupo de trabajo del Gobierno contra el coronavirus, negaba con la cabeza.
Pence reconoció que “nuestra nación ha pasado por momentos muy desafiantes este año”.
“Quiero que el pueblo estadounidense sepa que, desde el primer día, el Presidente Trump ha puesto en primer lugar la salud de Estados Unidos”, dijo Pence, quien prometió que para finales de año habrá millones de dosis de un tratamiento que aún no se ha anunciado.
Los candidatos debatieron en un auditorio en el que los asistentes que se rehusaran a utilizar mascarilla debían dejar el lugar, un contexto extraordinario para el único debate vicepresidencial de 2020.
Durante el encuentro, Mike Pence evitó responder a una pregunta frente a su rival, la demócrata Kamala Harris, sobre si el Presidente Trump, aceptará los resultados de las elecciones del 3 de noviembre si pierde.
"Si tenemos unas elecciones libres y justas, sabemos que vamos a tener confianza, y creo en mi corazón que el Presidente Trump será reelegido durante cuatro años más", dijo Pence.
En varias ocasiones, el mandatario ha rehusado comprometerse a una transferencia pacífica del poder si pierde los comicios.
Tras expresar su confianza en la victoria de Trump, Pence defendió el "movimiento" que apoya al Presidente, después hizo una enumeración de sus logros y alabó la nominación por parte del jefe de Estado de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para cubrir la vacante dejada en el Tribunal Supremo por la magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg.
"Joe Biden y Kamala Harris han recitado del tirón una larga letanía sobre el 'establishment' en Washington DC, un 'establishment' del que Joe Biden ha formado parte durante 47 años. El Presidente Trump ha lanzado un movimiento de todos los estadounidenses", zanjó.
Asimismo, Pence acusó a los demócratas de intentar robar las elecciones de 2016 en las que Trump ganó frente a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton e hizo referencia a la investigación sobre la presunta injerencia rusa en esos comicios.
A fin de cuentas, el encuentro fue una oportunidad para que los votantes decidan si Pence o Harris, senadora federal por California, están listos para asumir los deberes de la presidencia antes de finalizar el próximo mandato. Difícilmente se trata de una pregunta retórica: El Presidente Trump tiene 74 años y convalece de COVID-19, mientras que Joe Biden, de 77 años, no ha contraído la enfermedad pero sería el mandatario de mayor edad en la historia del país.
Por esas y otras razones, el debate vicepresidencial en la Universidad de Utah se convirtió en uno de los más importantes de los últimos años. Se presentó en un momento particularmente precario para los republicanos, debido a las crecientes inquietudes de que la posición de Trump se esté debilitando mientras más de una decena de funcionarios de la Casa Blanca, el Pentágono y de su campaña se encuentran enfermos de COVID-19 o están en cuarentena.
Rezagados en las encuestas, Trump y Pence no pueden darse el lujo de perder tiempo, ya que el día de las elecciones es en menos de cuatro semanas, y millones de estadounidenses ya están votando de manera anticipada.