@guerrerochipres

Mientras en el Senado el PAN encontró a un chivo expiatorio para el tropiezo de la promoción —real o aparente— en México de la ultraderecha franquista, es conveniente recordar la importancia del lenguaje y del respeto, aspecto muy relevante en todas las encuestas de valores desde los años 80 en nuestro país.

Desde hace 20 años, la Real Academia Española recomendó que México se escriba con equis. Es una cuestión de reconocimiento y respeto a la identidad.

Hace unos días, Santiago Abascal, líder del partido español VOX, luego de su visita a nuestro país escribió en un tuit: “Mi agradecimiento a todos los mejicanos que nos han hecho sentir como en nuestra casa. ¡Viva Méjico!”.

Desde hace cinco siglos, el topónimo se escribe con “X”. La razón: México (“lugar en el ombligo de la Luna”) viene de “metzi” que significa “luna”, “xictli” es “ombligo o centro”, y “co” es el sufijo náhuatl para “lugar”.

La insistencia de Abascal de escribirlo con jota se entiende en función también de su ultra conservadurismo, mismo que habría sido abrazado por la facción más conservadora del panismo. Firmantes de la Carta de Madrid, promovida por el líder de VOX como un compromiso de los adherentes a trabajar en contra del comunismo, ese segmento del panismo — y no hay nada de que regocijarse ante los tropiezos de los otros— mostró los límites de ciertas consideraciones culturales básicas.

No podemos respaldar una noción de equilibrio ante polarizaciones y luego utilizar una polarización ultramontana para distinguirse de éstos sin incurrir en una falta de consistencia. “Extravío”, lo ha llamado el ex presidente Felipe Calderón.

Lamentable, además, el contraste entre criticar el apego pasado, como se atribuye desde un segmento del panismo al partido en el gobierno, y reivindicar la cercanía con el añejo anticomunismo franquista.

La ciudadanía requiere liderazgos con equilibrios, idealmente tanto en las acciones como en la retórica. Si no, al menos en la acción.

El reto del demócrata es construir en beneficio de todas y todos, es ser tolerante con el intolerante, pero intolerante con aquellos que violenten la tolerancia.

Radicales y ultra conservadoras en nada favorecen al desarrollo ciudadano.

Democracia es atender las necesidades de todos por igual, con pleno respeto a sus derechos e identidad, aunque no nos guste. Porque, jolines, México se escribe con equis.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es coordinador general del C5, ex presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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