“La nota roja es la parte más básica y esencial del periodismo. Ahí no hay interpretación, ahí vas a narrar los hechos. Sin embargo, creo que el periodismo de sangre termina haciendo apología de la violencia. Hay que tener cuidado de cómo se difunde la nota roja. Yo hubiera querido ser portadista de periódico de nota roja. Me parece que son sensacionales”, dice Diego Petersen Farah, autor de Malasangre.
Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– Adalberto Zaragoza, reportero de nota roja, quedó fascinado con el crimen que vio. Le parecía que había algo “hermoso y sutil en el lugar”. Levantó su cámara y se apropió de cada detalle. Hasta ese momento Beto sabía cómo funcionaba “el mundo del narco y el hampa, pero nada de esos otros vatos raros que se dicen poetas”.
Zaragoza ve al periodismo como un oficio de familia. Él lo aprendió de su padre. Él no pasó por universidades y tiene códigos de ética muy particulares. No tiene empacho de extorsionar con una foto, pero no soporta la ineficacia gubernamental o que alguien le dicte lo que debe escribir. Beto sabe leer la escena del crimen. Él ve cosas que nadie más ve. Pasa los 50 años, está achacoso y empieza a entender que su mundo, el del periodismo de nota roja, está en extinción.
La historia de Zaragoza se encuentra vertida en Malasangre, el más reciente libro de Diego Petersen Farah, colaborador de El País, Nexos y SinEmbargo.
En entrevista con Puntos y Comas, Petersen Farah habla sobre el México violento y el papel que juega la nota roja en este.
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–Presentas el crimen de una manera muy original. Diferente a lo que de pronto vemos. ¿Es más fácil escribir sobre la violencia?
–No sé si es más fácil. Nos hemos acostumbrado a una hiperviolencia y a una forma de matar demasiado estridente. Los códigos del crimen fueron subiendo su nivel de estridencia y de violentar el cuerpo. Ahora tenemos mutilados, quemados... hay como una saña contra el cuerpo. El planteamiento que se hace el libro... para que un crimen llame la atención hoy se necesita que sea todo lo contrario. El asesinato que te mete al libro, dentro de lo espantoso que es un asesinado, es muy estético. Eso es lo que puede llamar la atención ahorita. Hemos normalizado la violencia. El reportero, protagonista del libro, se da cuenta que ahí hay algo que puede llamar la atención del público. La poesía no necesariamente tiene que ver con lo bello.
–La nota roja le hace daño al periodismo...
–Respeto mucho a los periodistas de nota roja. Me parece que es la parte más básica y esencial del periodismo. En los noventa había una especie de mimetización con la fuente. Entonces el de economía terminaba hablando como economista, el de política como político, el de nota roja como Ministerio Público. En la nota roja está lo esencial del periodismo. Ahí no hay interpretación, ahí vas a narrar los hechos. Creo que esa parte fue muy importante en la formación de muchos periodistas. Creo que el periodismo de sangre termina haciendo apología de la violencia. Hay que tener cuidado de cómo se difunde la nota roja. Los tabloides de nota roja hicieron apología. Los que crecimos cuando existían sabemos que había un morbo oculto. Yo hubiera querido ser portadista de periódico de nota roja. Me parece que son sensacionales.
–Nos resumes quién es Beto.
–Beto es un periodista de nota roja. El ve al periodismo como un oficio de familia. Él lo aprendió de su padre. Él no pasó por universidades. Siempre he dicho que si eres periodista y estudias comunicación es como si eres plomero y estudias ingeniería hidráulica. Si no metes la mano al escusado, no vas a ser plomero jamás. Si no sales a la calle, no serás periodista jamás. Hay una parte del periodismo que no se aprende si no estás en la calle. Beto es periodista de oficio. Beto tiene códigos de ética muy particulares. No tiene empacho de extorsionar con una foto, pero no soporta la ineficacia gubernamental o que alguien le dicte lo que debe escribir. Beto sabe leer la escena del crimen. Él ve cosas que nadie más ve. Y tú lo ves a lo largo de diferentes libros, es alguien que puede relacionar cosa que nadie puede. Es capaz de ver que la escena del crimen dice algo. Tiene una gran capacidad de observación. En este libro pasa los 50, está achacoso y empieza a entender que su mundo, el del periodismo de nota roja, está en extinción.
–¿Cómo es escribir sobre estos temas en un país como México?
Corremos el riesgo de que en México la novela negra se vuelva costumbrista. Nos hemos acostumbrado. Ya nada asusta a nadie. Está en las primeras planas. Un hecho supera el otro. En Guadalajara matan a 8 diariamente. ¿Qué haces en un país así? Escribir sobre esto en un país tan violento lleva el riesgo de no decir nada. La novela negra tiene como género otras funciones que no son retratar la violencia, sino mostrar el lado oscuro de la sociedad. La novela negra es una forma de retrato social.
–Vamos al hecho más reciente. Cuál es tu opinión sobre el pimpón entre Gobierno de Veracruz y la Fiscalía estatal.
–Retrata cómo las instituciones quieren procesar el caso y no resolverlo. A nadie le interesa saber qué pasó, sino decir que no son responsables. Es patético. Los asesinatos no se investigan, se procesan. Cada quién va pateando el asunto. Se ve la descomposición institucional.
–Opinión sobre lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
–Cada quien usa el dato que quiere para reafirmar su posición. Eso es riesgoso porque estamos en una sociedad muy polarizada. Creo que la pregunta es: ¿dónde estaríamos si hubiera ganado Meade o Anaya? ¿Dónde estaríamos? Se rompió una inercia de deterioro social. Eso es muy positivo. Es positivo el cambio en lo que tiene que ver con el Gobierno austero. Nos puede gustar o no, pero es positivo. El Presidente metió a todos en la austeridad. Todos deben estar en la lógica de cuidar el dinero público. ¿Qué cosas no están tan bien? La visión de que el Gobierno no debe tener contrapesos internos. Se ataca a organismos. En la lógica del Presidente todo eso le quita capacidad presupuestal. esa una visión antigua. Debemos defender eso que hemos ganado los ciudadanos. ¿Qué veo en cuestiones económicas? Viene una recesión mundial que no tiene relación con el Presidente, sino que debe ver cómo hacer que no dañe tanto. Veo grave que se ahorre en medicamentos. Ahí no puedes jugar. Ha incrementado la violencia y ya no lo puedes atribuirlo a gobiernos anteriores, ya tuvieron un año. La Guardia Nacional es un desastre. No está funcionando.
–¿Cuál es proceso para escribir una novela negra?
–Debes tener claro qué quieres escribir. Lo más importante es la creación de un personaje. Si ya tienes una historia, debes saber cuál es tu estrategia narrativa y quiénes son los personajes. A mí me parece atractivo construir personajes complejos. Me gusta que sean humanos, no que sean buenos o malos. Finalmente que logres que la novela tenga un ritmo y sea atractiva. De otra manera puedes perder al lector.