Se piensa que el jitomate es originario de Perú, sin embargo fue en México donde se domesticó y bautizó este fruto, por lo que su nombre proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.
Por Fiorella Espinosa, El Poder del Consumidor
Ciudad de México, 7 septiembre (SinEmbargo).- El tomate o jitomate, considerado el segundo vegetal más importante en el mundo después de la papa, es muy rico en distintos antioxidantes, particularmente licopeno.
¿QUÉ ES EL TOMATE O JITOMATE?
El jitomate (Solanum lycopersicum) es el fruto de la planta de la familia de las solonáceas junto con el chile, la papa y el tabaco.
Se piensa que el jitomate es originario de Perú, sin embargo fue en México donde se domesticó y bautizó este fruto, por lo que su nombre proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.
China es el principal productor de jitomate en el mundo, seguido de India y juntos producen el 40 por ciento del volumen total.
México ocupa el décimo lugar, aportando un 3.1 por ciento de la producción mundial.
Sinaloa es donde se produce más volumen de jitomate, seguido de San Luis Potosí y Michoacán. El jitomate representa el 22.5 por ciento de las hortalizas cultivadas. Es un cultivo disponible todo el año.
Desde épocas prehispánicas el jitomate era ingrediente básico de muchos platillos aunque también hay evidencia de que fue utilizado para pagar impuestos. Entre el siglo XVI y XVII se expandió desde Europa hasta Asia y África.
Actualmente, en el centro de México se le llama jitomate, ya que tomate refiere al tomate verde o tomatillo, mientras en el norte del país y en el extranjero se le llama tomate.
Las variedades consumidas en México son:
-Bola
-Saladette (alargada)
-Cherry
El consumo por persona al año se estima en 14.3 kg.
¿QUÉ NUTRIMENTOS Y BENEFICIOS APORTA?
Como prácticamente todas las frutas y verduras, el jitomate es buena fuente de fibra, vitamina C y potasio, y su color rojo nos indica que contiene betacarotenos, una forma de vitamina A, todos ellos aportando beneficios directos a la salud, ya sea en el sistema digestivo, cardiovascular, inmunológico, entre muchas otras funciones vitales.
Otro elemento similar, el licopeno, un carotenoide con un alto poder antioxidante, por lo que inhibe la oxidación en nuestras células y con ello las protege de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cáncer.
La cantidad de licopeno varía de acuerdo con la variedad del tomate (mayor en el saladette o alargado), de su grado de madurez (a mayor madurez mayor contenido) y de la forma en que fue cultivado y madura (es mayor en cultivos al aire libre y madurados en planta).
Al momento de consumirlo, el licopeno es más absorbible cuando se consume cocido o triturado e incluso en combinación con aceite.
También contiene luteína y zeaxantina, otros carotenoides también con función antioxidante y presentes en la retina, la mácula y el cristalino del ojo con lo que se asocia con la prevención de enfermedades como cataratas y degeneración macular.
El tomate contiene también otros fitoquímicos, como flavonoides y fitoesteroles. Los primeros, al igual que los carotenoides tienen función antioxidante e incluso también antiinflamatoria y antiviral. Los fitoesteroles inhiben parcialmente la absorción de colesterol en el intestino, ayudando a reducir sus niveles en sangre.
Además, las hojas del tomate contienen un compuesto llamado tomatina, a la cual se le atribuyen propiedades antibacterianas, antimicóticas y antiinflamatorias.
¿CUÁNTO CUESTA?
Con base en el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), al 14 de agosto, el precio de tomate bola oscilaba entre 13 y 20 pesos mexicanos mientras que el tomate saladette desde 11 a 21 pesos.
¿SABÍAS QUÉ?
En Historia General de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún describió un platillo servido a Moctezuma llamado totolin patzacalmollo como una cazuela de gallina hecha a su modo con chilli bermejo (chile rojo) y con tomates y pepitas de calabazas molidas.
¿CÓMO SE RECOMIENDA CONSUMIRLO?
Como se mencionó, el licopeno del jitomate se absorbe mejor cuando está cocido, aunque también de esta forma pierde otros elementos, como la vitamina C.
Por ello, la recomendación es consumirlo en ambas formas, tanto crudo como cocido, y hacerlo parte de la dieta diaria.
Afortunadamente en México es común consumirlo a través de salsas y guisados.