Luis Videgaray es señalado como el impulsor de la visita de Enrique Peña Nieto, pese a que éste último lo ha negado fuentes confirmaron a la prensa nacional y extranjera que el ahora ex titular de Hacienda fue quien organizó el polémico encuentro. Ahora Trump señala que el ex funcionario “fue de las personas que arreglaron” su viaje y calificó como un éxito el que haya salido de la administración federal.
Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo/EFE).– El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, consideró que una muestra del éxito de su visita a México es la renuncia de Luis Videgaray Caso a la Secretaría de Hacienda.
Trump participó la noche de este miércoles en un foro en Nueva York sobre seguridad por la cadena de televisión NBC, el presentador Matt Lauer lo cuestionó sobre si era la persona adecuada para llevar a cabo las relaciones exteriores de Estados Unidos, el magnate dijo:
“Si uno ve lo que ocurrió [por mi visita], si uno ve el desenlace hoy, donde las personas que arreglaron el viaje en México fueron obligadas a salir del Gobierno, Así de bien nos fue”.
El magnate convertido en político reiteró que en su viaje a nuestro país de la semana pasado hizo “grandes relaciones”.
En el foro también participó su rival Hillary Clinton como Trump pero no hubo un debate sino que hablaron en momentos separados. El evento es visto como un ensayo para el debate que prevén realizar el 26 de septiembre en Nueva York.
Durante dos turnos de 25 minutos cada uno, a preguntas de un moderador de la cadena NBC y de veteranos de guerra presentes, Clinton y Trump reiteraron algunas de sus propuestas sobre defensa y explicaron qué se necesita para ser el mejor comandante en jefe.
Luis Videgaray, hombre de confianza del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, dejó hoy la Secretaría de Hacienda en medio de la crisis generada por la visita del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ideada por él, pero repudiada por la mayoría.
En su lugar, asumió el cargo el economista y abogado José Antonio Meade, un funcionario con larga experiencia en las finanzas y que fue canciller de Peña Nieto desde finales de 2012 hasta agosto de 2015, cuando ocupó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que ahora dirigirá Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobernación.
Hoy Peña Nieto vive en su cuarto año de mandato una crisis de popularidad, que se vio agravada por la visita de Trump la pasada semana a México.
Según analistas mexicanos, esta reunión fue largamente analizada por el gabinete y su máximo impulsor fue Luis Videgaray, quien alegó que permitiría suavizar las posiciones en materia migratoria y económica de Trump, ferviente opositor al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Este ha sido muy criticado dentro y fuera de México y no ha cambiado la postura de Trump, como ha demostrado el magnate en discursos posteriores.
Videgaray, quien presentó la renuncia al mandatario este mismo miércoles, “no ocupará ningún cargo público”, lo que representaría una salida por la puerta de atrás de este cercano colaborador de Peña Nieto y doctor en Economía.
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PAGÓ EL COSTO DE LA VISITA: ANALISTAS
La renuncia de Luis Videgaray al cargo de secretario de Hacienda de México supone un “alto costo” para el presidente Enrique Peña Nieto y un reconocimiento implícito de que se equivocó al invitar a Donald Trump, coincidieron hoy analistas.
El criterio del hombre más fuerte del gabinete hasta el día de hoy, considerado una suerte de vicepresidente -una figura que no existe en el país-, se impuso frente al de otras voces, como la de la propia Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, que se oponía a la reunión.
Tras la visita, en la que Trump reiteró su intención de construir un muro en la frontera común, Peña Nieto esgrimió la necesidad de abrir el diálogo con el magnate por la amenaza que supone para el país su posición sobre temas como la migración o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Según el analista José Antonio Crespo, el objetivo del encuentro era enviar el mensaje de que había una puerta de diálogo con el republicano para que, en caso de que triunfe en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, los mercados en el país no colapsen.
Pero el entonces titular de Hacienda no ponderó las consecuencias políticas y diplomáticas del encuentro, que además se llevó a cabo en las condiciones que Trump impuso, en suelo mexicano y horas antes de su esperado discurso en Arizona sobre su política migratoria.
En ese discurso, el candidato retomó la línea dura contra la inmigración al insistir en que alzará un muro pagado por México y deportará a todos los indocumentados, lo que provocó más críticas al presidente por haber servido a los intereses de Trump.
La situación empeoró cuando la candidata demócrata, Hillary Clinton, rechazó la invitación de Peña Nieto y calificó de “desafortunado” el viaje a México de su rival.
Carlos Elizondo, exembajador de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), consideró “sorpresiva” la renuncia de Videgaray, ya que era el “secretario más cercano al Presidente y quien más poder había concentrado”, y por la presentación este jueves al Congreso del presupuesto para 2017, particularmente complicado por el ajuste al gasto público que incorpora.
“Salió tan mal la visita de Trump” con el Gobierno de Barack Obama, Clinton y el propio Trump, que no parece haber resuelto nada de los temas bilaterales y generó una presión al interior del gabinete y una “crítica amplia y constante” que era muy difícil sostener, expuso.
Desde el punto de vista de la operación del Gobierno, dijo Elizondo a Efe, “el presidente pagó un costo muy alto por la reunión, porque tuvo que desprenderse de quien había sido su brazo derecho”.
El costo completo por “tan equivocada decisión”, añadió, dependerá de varios factores, entre ellos si gana o no Clinton, qué tanto sigue la crítica interna o qué tan competente será el nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Sobre Meade, quien ya estuvo al frente de Hacienda en el mandato de Felipe Calderón (2006-2012), este catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) señaló que “tiene las calificaciones necesarias”.
Además, tiene relación con actores importantes del conservador Partido Acción Nacional (PAN), algo que no tendría un secretario emanado del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), como Videgaray.
Entre sus retos está la reciente controversia generada en torno a la medición de la pobreza en su gestión como secretario de Desarrollo Social, que le restó puntos porque pareció, “quizá injustamente”, que estaba tratando de manipular, comentó Elizondo.
Además, dijo, será “muy difícil conciliar las necesidades de austeridad” con la construcción de alianzas para convertirse en candidato presidencial.
Respecto a las aspiraciones en el mismo sentido de Videragay, consideró “muy complicado” que se recupere “después de una salida intempestiva como esta” y que, en todo caso, quedará como “asesor cercano al presidente”.
La salida de quien sugirió invitar a Trump quita a Peña Nieto “un poco de presión”, pero en el camino cometió un error “muy costoso”, el nombramiento del subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, al frente de la cartera de Desarrollo Social, apuntó.
Miranda “representa la forma más desprestigiada de hacer política de esta Administración”, dijo, tras señalar que sus estrategias de negociación y el éxito de las mismas han sido muy cuestionadas.
La llegada de Meade a esa cartera mandó una señal de que se iba a manejar el gasto social de “forma transparente, no partidista, mientras con Miranda logran exactamente lo opuesto” y el presidente “va a pagar un costo muy alto por esa decisión”, consideró.