El presidente de la FIFA insistió en que “este es el contexto en el que se deben enmarcar las reuniones” que mantuvo con el Fiscal General de Suiza.
Londres, 7 agosto (EFE).- El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se dirigió a los presidentes de las federaciones miembro a través de una carta en la que subrayó su voluntad de cooperar “sin reservas” con la justicia, a raíz del proceso penal iniciado por un fiscal federal extraordinario de Suiza.
En el texto, al que tuvo acceso EFE, Infantino expresó su deseo de explicar “de una forma clara y precisa” la situación que llevó el pasado jueves a un Fiscal Federal Extraordinario de Suiza a iniciar un proceso penal en relación con ciertos encuentros que él mantuvo, en calidad de presidente de la FIFA, con el Fiscal General de Suiza Michael Lauber.
“Como saben, en el momento en que fui elegido Presidente de la FIFA en 2016, gracias a todos ustedes, nuestra organización, que es también la suya, se encontraba en una situación lamentable. Por aquel entonces, la FIFA estaba involucrada como parte perjudicada en más de 20 procedimientos judiciales solamente en Suiza, y corría el riesgo de ser declarada como organización delictiva por las autoridades de los Estados Unidos. En estas circunstancias, una de mis principales prioridades, responsabilidades fiduciarias y obligaciones morales para con ustedes, que confiaron en mi para cumplir esta misión, fue lógicamente recobrar la confianza pública en nuestra institución lo antes posible”, expuso Infantino.
El presidente de la FIFA insistió en que “este es el contexto en el que se deben enmarcar las reuniones” que mantuvo con el Fiscal General de Suiza.
“Estas reuniones no fueron secretas y de ningún modo ilegales. En particular, acudí a estas reuniones con la máxima autoridad jurídica del país para ofrecerle nuestro apoyo y asistencia en relación con las investigaciones en curso, ya que la FIFA es parte interesada y perjudicada de dichas pesquisas. Seguimos confiando y decididos a conseguir que quienes hayan cometido actos delictivos en perjuicio de la FIFA acaben pagando por sus actos”, señaló.
Infantino afirmó en la carta que asistió a dichas reuniones, “cuya logística organizó la Oficina del Fiscal General, de buena fe y como representante de la FIFA, y con el fin de aprovechar la oportunidad para describir los drásticos cambios que se habían producido en la FIFA en términos de gobernanza corporativa”. “Obviamente, queda muy claro que nada de lo más remotamente ilegal haya o pudiese haber sucedido, durante dichas reuniones. Resulta absurdo siquiera plantearlo”, recalcó.
Para Infantino, “es evidente que el mero hecho de reunirse con un Fiscal del Estado debería ser la mayor garantía de la legitimidad de los encuentros”. “Especialmente cuando se trata de la máxima autoridad jurídica del país. Si hubiera la más mínima sospecha de delito, un fiscal intervendría inmediatamente para evitarlo, como dicta su deber profesional y jurídico”, apuntó.
El presidente de la FIFA consideró que “la intervención de la justicia era necesaria para poder cambiar la FIFA y restaurar su credibilidad”, por lo que su objetivo, según aseveró, “desde el primer día ha sido, y sigue siendo, ayudar a las autoridades correspondientes de todo el mundo a investigar los actos ilícitos cometidos en la FIFA en el pasado”.
“Los oficiales de la FIFA se han reunido con fiscales de otras jurisdicciones para conseguir este mismo fin. La cooperación de la FIFA ha contribuido en gran medida a emitir sentencias e imponer condenas, especialmente en los Estados Unidos, donde se han dictado más de 40 condenas penales”, recordó.
En la carta, dirigida a los presidentes de la federaciones miembro, Gianni Infantino explicó que “los oficiales de la FIFA están trabajando con el Departamento de Justicia estadounidense para recuperar el dinero incautado por las autoridades del país durante sus investigaciones penales y ponerlo de nuevo al servicio del fútbol, donde se debería haber invertido desde un principio”.
En relación a la investigación abierta por el Fiscal Extraordinario de Suiza, Infantino comentó que su base está en unas “denuncias anónimas” presentadas contra su persona en Berna.
“Desconocemos el contenido de estas denuncias, por lo que solo cabe especular sobre quién las presentó y por qué. Espero que algún día se conozcan estos datos”, deseó.
“Por otro lado, no podemos pasar por alto que estos hechos ya han perjudicado gravemente a la FIFA como organización y a mí como Presidente, a pesar de que estas denuncias anónimas carecen de fundamento. Del mismo modo, no se ha presentado una base factual ni elementos de calado para abrir una investigación penal, la cual se ha iniciado sin ni siquiera contactar previamente con la FIFA o conmigo para pedirnos explicaciones. A fin de ofrecerles la información más completa posible, deben saber que el umbral que establece la legislación suiza para abrir una investigación tras recibir una denuncia es extremadamente bajo, incluso si esta es anónima”, abundó.
Infantino explicó asimismo que sigue “a disposición de las autoridades suizas para responder a cualquier pregunta que tengan”. “Como siempre he hecho, cooperaré sin reservas con la investigación. De hecho, espero poder tener la ocasión de responder a cualquier cuestión relacionada con este asunto, ya que simple y llanamente: no tenemos nada que ocultar”, insistió.
El presidente de la FIFA, quien se puso a disposición de los presidentes de las federaciones miembro “si desean que les aclare cualquier duda o les dé más información al respecto”, aseguró también que esta situación le motiva para esforzarse “aún más por seguir mejorando el fútbol”.
“Ya he recibido numerosas muestras de apoyo, por las que les estoy sinceramente agradecido. También les quiero dar las gracias por su trabajo y dedicación a la hora de restaurar la imagen de la FIFA y del fútbol. Seguiremos trabajando por el futuro de nuestro deporte, para hacer realidad nuestra visión y que el fútbol sea realmente global, con la convicción de que algún día se hará justicia”, expresó en la carta.