Por Lucía El Asri
Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo/ El Diario.es).– Puedes relajarte y dormir. También podrías activarte, sentirte motivado y lleno de energía. Ahora quieres salir a andar, te ves en forma. Estás contento porque has bajado de peso. Te sientes ligero o todo lo contrario (si esa era tu intención). Se supone que tienes el poder para alterar tu estado de ánimo a placer. Sin embargo, lograrlo de forma natural no es tan sencillo. Por eso algunos ‘wearables’ prometen conseguirlo en solo unos minutos: sin pastillas, infusiones, bebidas energéticas ni otras sustancias de dudosa procedencia y efectividad.
Uno de ellos es Thync, una pequeña placa que se coloca en la frente y aplica impulsos eléctricos para alcanzar el efecto seleccionado por el usuario a través de una ‘app’. Sus creadores lo comparan con beber café para mantenernos despiertos o tomar una copa de vino para relajarnos por la noche. Quieren que lo usemos de forma cotidiana: antes de ir al trabajo, al gimnasio, de viajar en avión o incluso de acostarnos, para mejorar el sueño.
“Nuestros estilos de vida son agitados, y muchas veces nos obligan a cambiar de ritmo en cualquier momento”, explica a HojaDeRouter.com Jamie Tyler, uno de los creadores de Thync. “Nosotros queremos ayudar a que ese cambio sea cómodo y fácil”. Previo pago, eso sí, de unos 300 dólares (270 euros).
Los objetivos de Doppel son los mismos: ayudarte a mejorar el rendimiento, aumentar la concentración o mantener la calma en situaciones de estrés. Se trata de una especie de pulsera que mide la frecuencia cardíaca del usuario, la copia y la reproduce para que la persona la sienta como si fuera suya. Dependiendo del efecto que desee obtener, podrá acelerar o decelerar los latidos artificiales para modificar los propios.
Sus creadores dicen haber estudiado la psicología y fisiología de las personas para entender cómo responde nuestro cuerpo ante estos cambios. “Después de muchas pruebas, hemos comprobado que Doppel actúa de forma muy similar a la música”, afirma Jack Hooper, cofundador de Turquoise, la empresa que está detrás de esta tecnología. Este ‘wearable’, por tanto, modifica nuestro estado de ánimo del mismo modo que lo haría una canción alegre o triste, aunque a veces los supuestos efectos tardan en aparecer.
¿BENEFICIOS MÉDICOS?
A tenor de los efectos que prometen, uno podría pensar en las aplicaciones médicas de este tipo de artilugios, que parecen idóneos para el tratamiento de ataques de ansiedad o depresión. No obstante, tanto los creadores de Thync como los de Doppel admiten que sus ‘wearables’ no están diseñados con esta finalidad, sino como productos habituales de consumo, tecnologías que interactúan con la gente a nivel emocional y pueden alterar su estado de ánimo sin adicciones ni efectos secundarios.
“No estamos poniendo ningún producto químico o estimulantes en el cuerpo”, dice Tyler. Por su parte, Hooper asegura que su pulsera es “tan peligrosa como la música, así que no va a tener un impacto negativo”.
Ángel Merchán, médico e investigador en neurociencia, tampoco cree que un aparato de este tipo pueda resultar dañino, pero afirma que su supuesto influjo sobre el cerebro es “completamente falso, no tiene fundamento médico”. Julio Mayol, médico del Hospital Clínico San Carlos, opina que “son tecnologías muy primitivas y se basan en la especulación”, que no tienen solidez científica y no se fundamentan en evidencias.
Los mismos efectos que prometen estos ‘wearables’ podrían obtenerse de manera natural saliendo a correr o haciendo ‘puenting’. “Si escuchas un réquiem, no esperes enfrentar el día de manera optimista”, explica Merchán. “Ponte algo más animado como los Beatles, pero no necesitas un reloj ni colocarte algo en la cabeza para ello”.
Cuando ve este tipo de artilugios, el médico recuerda aquellas pulseras milagrosas que se comercializaron incluso en las farmacias y decían combatir todo tipo de enfermedades. “Si hubieran tenido efectos reales no hubieran dejado de usarse”, apunta. Por eso considera que estos ‘wearables’ se basan en el efecto placebo, y no le extraña que los usuarios se sientan mejor tras emplearlos. “No creo que tengan un fundamento científico. Si confias en quienes te lo venden y te convencen de que funciona, notarás el efecto al menos temporalmente”.
LUCHAS CONTRA LA ANOREXIA Y LA BULIMIA
Al frente del proyecto The Hearing Body, la ingeniera Ana Tajadura trabaja en unas sandalias con sensores que registran la forma de andar, la presión que se ejerce sobre el suelo o la aceleración de los pasos. Gracias a un sistema de micrófonos, el sonido de las pisadas se captura y se manda de vuelta al portador por medio de unos auriculares.
Con un ecualizador, la investigadora puede alterar la frecuencia de esos pasos para “cambiar cómo percibes tu cuerpo”. Puede hacer que lo sientas más grande o más pequeño, más ligero o más pesado, más fuerte o más débil, modificando así tu estado de ánimo. Según explica Tajadura, los avances en neurociencia han revelado que la concepción de nuestro cuerpo varía segun la información sensorial que recibimos.
La investigadora está probando en varios hospitales si su ‘wearable’ se puede incorporar al tratamiento de personas que sufren distorsiones de peso, como la anorexia o la bulimia, “que también suelen estar en situación de depresión”.
Tajadura afirma que los ‘wearables’ puede ser útiles en ciertos casos, sobre todo combinados con medicamentos. “Estamos recogiendo datos para ver si [algo como las sandalias] puede utilizarse todos los días, integrarse en moviles, para que al pasear los pacientes se sientan mejor, motivados, a gusto… Si funciona, podríamos tirar menos de Prozac”.