No habría que hacerse ilusiones sobre la posible sentencia de Rodrigo Vallejo, el hijo del ex gobernador a quien la PGR finalmente detuvo para juzgarle por el delito de encubrimiento de delincuencia organizada. Se le acusa de encubrir el paradero de uno de los líderes criminales más buscados del país. Y su abogado Raúl Jesús Miranda se dice tranquilo y convencido de que su cliente saldrá bajo fianza, porque de acuerdo a la ley tiene derecho al amparo, ya que no se configuró adecuadamente el delito de encubrimiento. Vamos por partes…
Desde hace meses algunas periodistas hablamos sobre la existencia de videos, fotografías y audios en manos de SEIDO, rescatadas por agentes de Inteligencia Militar asentados en Michoacán y filtrados por el propio cártel. En ese momento lo que pudimos asegurar fue que nuestras fuentes (las mías son tanto de SEIDO/PGR, como de las fuerzas especiales de SEDENA), tenían toda la evidencia, pero el propio Secretario de Gobernación Osorio Chong estaba haciendo una valoración de los daños que esta revelación podría causar; Castillo formó parte de esa decisión.
De inmediato los periodistas que sirven al poder apuntaron que tales evidencias no existían; que todo era un ataque que había iniciado la oposición cuando Vallejo era candidato. Lo querían desacreditar, dijeron sus defensores. Hace un par de meses parecía cruel y de mal gusto decir lo que ahora sabemos a ciencia cierta: que los días de Fausto Vallejo están contados, la enfermedad le ha ganado la batalla y él decidió darle sus últimos años al PRI. Así, enfermo y todo aceptó mantenerse en el poder porque, como se dijo reiteradamente, el partido necesitaba que su gobernador se conservara en el poder el tiempo suficiente para no llevar a elecciones extraordinarias y perder ese bastión que tanto dinero le costó al pueblo, al PRI y, aparentemente también a Los Caballeros Templarios. Ahora las negociaciones de Vallejo padre con peña Nieto, dicen los que están allá adentro, son para darle un escarmiento al hijo pero salvar la imagen del padre. Así de sencillo. Si al hijo lo sentenciaran por delincuencia organizada, también el padre sería acusado, pues según las grabaciones hablaba en nombre de su padre y del gobierno de su padre.
Otra vez los especialistas al interior de SEIDO están divididos; unos quieren que caiga el teatro completo, están convencidos de que sólo revelando cómo La Tuta co-gobernaba con Fausto Vallejo, a través de los emisarios especiales como Rodrigo Vallejo y otros, podrán comenzar a limpiar y reestructurar a Michoacán. Sin embargo, otros grupos especializados en política al interior de estas instituciones de administración de justicia y seguridad, recomendaron que sólo se le acusara de encubrimiento y no de asociación delictuosa, porque eso dejaba una puerta legal abierta. No es lo mismo que se te acuse de no decirle a la autoridad dónde está un delincuente que la justicia busca, que estar aliado con él en actividades criminales y políticas, aceptar que un cartel co-opere un estado, que el delincuente quite y ponga legisladores, manipule a la procuraduría y elija a los jefes de la policía. Fausto Vallejo ya conocía los videos (pero no contaba con que la agencia Quadratin los publicaría). Por eso antes dijo que a su hijo “lo habían secuestrado” y “que muchos se reunían con los templarios bajo amenaza de muerte”. Porque esa era la jugada, que Rodrigo dijera que sí, que sufrió mucho y que estaba allí por la fuerza. Pero nadie le creería después de ver la camaradería, la ingesta de alcohol y la forma en que la Tuta le toca el brazo con gran familiaridad que esa no es una relación estrecha.
No existe la figura (tal vez deberían de crearla) para determinar el delito en que un cártel mantiene un gobierno paralelo en franca cooperación con el gobierno electo. Eso es, a todas luces por la evidencia, lo que sucede en Michoacán. Ya lo había dicho Mireles con nombres y apellidos.
Pero aunque saldrán sin duda, no será tan fácil salir de ésta; porque SEIDO sí conformó adecuadamente el grueso expediente contra Jesús Reyna García, gobernador interino que suplió a Vallejo, y lo acusa por asociación delictuosa; el hoy preso ya dio su testimonio de con quienes y en qué calidad se reunieron tanto él como Rodrigo Vallejo con los miembros de los Caballeros Templarios. Reyna dice ser el becerro sacrificial de la familia Vallejo.
Quienes pretenden dar un escarmiento pero no aplicar la justicia, aseguran que los videos, grabaciones y fotografías de Rodrigo Vallejo departiendo y negociando con el líder criminal no fueron filmados por la autoridad, de allí que carezcan de validez jurídica (acuérdese de los audios de Marín el góber precioso, Nacif y Succar en que compraban por dos mil dólares niñas vírgenes para prostituirlas y compraban a la juez). La peligrosa alianza entre abogados poderosos, políticos interesados y jueces corruptos logró liberarlos de varios delitos comprobados. Ya conocemos la fórmula priísta.
Se sabe ya que los videos los grabó la gente de Servando Gómez “La Tuta”, por tanto no serán considerados como evidencia sino como indicio. Así a Rodrigo Vallejo alias el “Gerber” sólo podría inculparlo un testimonio jurado del propio autor de los videos, lo cuál desde ya sabemos, es improbable si no imposible. El junior vallejo ha declarado que si no obedecía a Servando Gómez, podrían haber matado a su hermano menor e incluso a su padre. Todo parece indicar que el retoño sería el héroe de la familia, aunque su padre lo llame borracho, mujeriego y jugador, nunca lo llamaría criminal porque al hacerlo tendría que mirarse al espejo.
Ahora Salvador Jara Guerrero, el filósofo y nuevo gobernador michoacano, está en un atolladero y creo que muy pronto se arrepentirá de haber abandonado su cómodo puesto como rector universitario, donde se le respetaba de verdad; muy pronto tendrá que decidir si sigue formando parte de esta mascarada sin fin.
Todo este escándalo del Junior Vallejo ha servido para entretenernos un poco más, mientras el PRI lleva el dinero y el petróleo a su molino. Y Los Caballeros Templarios seguirán filtrando videos para nutrir una batalla en la que, a falta de justicia, tendremos mucho escarnio y desahogo temporal.