Edgardo Buscaglia, académico y estudioso del fenómeno del crimen organizado en México y en el mundo, alertó que el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una oportunidad histórica en el combate a la corrupción, por ejemplo con el caso de Emilio Lozoya Austin y, si no la aprovecha, “se avecinan realmente demagogias autoritarias” para México.
Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– Edgardo Buscaglia, académico e investigador en la Universidad de Columbia, en Nueva York, dijo este martes que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no triunfa en el combate a la corrupción se perderá una oportunidad histórica y puede derivar en un “autoritarismo demagógico hacia futuro”.
“Queremos que este Gobierno triunfe porque si este Gobierno no triunfa lo que le espera a México es mucho peor. Muchos opositores al Presidente lo critican por autoritario, por demagogo, lo que se le viene a México si este Gobierno no triunfa, que es un Gobierno democrático que ganó en elecciones limpias, si no triunfa la alternativa va a ser mucho peor: nos vamos a encontrar con personajes como el que le quería cortar las mano a las personas [en referencia a la propuesta que hizo el hoy Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, durante la campaña por la Presidencia en 2018], gente de este tipo estaría bajo el poder y los estándares políticos van a colapsar, porque la gente está descreída del sistema de partidos, del proceso democrático, no tiene fe en el sistema político”, expuso.
Buscaglia es cofundador de la Asociación Interamericana de Derecho y Economía Ibérica. Estuvo este martes con Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, conductores el programa “Los Periodistas”, que se transmite de lunes a viernes por la cadena La Octava.
El académico consideró que la administración de López Obrador tiene la “última oportunidad histórica” para demostrar que la democracia en México puede funcionar. “Este Gobierno federal debe demostrar que puede hacer justicia en un país donde la justicia ha muerto, si esto no se logra el efecto político va a ser catastrófico para México porque se avecinan realmente demagogias autoritarias”, alertó Bucaglia.
Sobre la investigación que autoridades mexicanas mantienen en contra de Emilio Lozoya Austin, exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex), opinó que es importante emprende un “maxiproceso” penal que involucre a todas las personas relacionadas con la corrupción del caso para demostrar que “la barra libre” terminó en México.
“Siempre los países cambian su rumbo histórico a través del efecto de demostración, cuando un gobierno empieza a demostrar que se terminó la barra libre y lo tienes que comenzar a hacer a través de casos emblemáticos, el caso Lozoya es emblemático en la medida que abarquen a la red que estaba alrededor de esta persona, especialmente arriba”, dijo el doctor, quien también se desempeña como presidente del Instituto de Acción Ciudadana (Citizens Action Institute), una organización de la sociedad civil destinada a establecer redes internacionales para rescatar y proteger a las víctimas de delitos organizados transnacionales.
El investigador destacó la importancia de trabajar en un programa masivo de reparación del daño a las víctimas; explicó que con un “maxiproceso”, como podría ser el de Lozoya Austin, y con la reparación de daños a las víctimas podría haber “una recuperación de la fe en la democracia y en la justicia: dos factores estabilizadores de una sociedad”.
En la entrevista con Delgado y Páez, el especialista consideró que es necesario realizar una investigación por delincuencia organizada contra Emilio Lozoya para que aporte más datos sobre la red criminal que permitió actos de corrupción de Pemex durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto.
“Para que una persona como Lozoya decida cooperar las personas que estaban arriba de él tienen que estar sujetas a un jaque, Lozoya ya está ante un jaque mate. Las personas que estaban arriba de él deben estar sujetas a un jaque para que Lozoya vea que no hay poder por delante que lo pueda proteger. La única manera de ejercer un jaque contra los demás miembros de la organización criminal es través de una tipificación por delincuencia organizada. Si bien Lozoya está ante un jaque mate, él necesita pensar que los demás miembros de su organización están ante ese jaque. O sea: que no hay poder por delante que lo pueda proteger, sólo así funciona los maxiprocesos”, detalló.
INVESTIGACIÓN CONTRA LOZOYA
En el documento de los cargos contra el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, se alega que era tan corrupto que desvió dinero de un soborno destinado al antiguo partido gobernante –el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que militó para adquirir una casa de 1.9 millones de dólares para su familia.
La Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer hace unos días las acusaciones contra Emilio Lozoya el lunes, después de que España autorizó su extradición para que enfrente cargos equivalentes a lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa. Pero podrían aplicársele cargos distintos a los que se le fincaron para ser arrestado en España. Lozoya dice que no hizo nada ilegal.
Las autoridades mexicanas han dicho que ofreció hablar sobre sobornos millonarios que habría pagado la constructora brasileña Odebrecht, y sobre la adquisición por parte de Petróleos Mexicanos de una planta de fertilizantes a un precio inflado en 2015.
El miso Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo, en su conferencia mañanera de los pasados domingo y lunes, que Lozoya “ofrece que va a hablar”, y muchos en México esperan que el exfuncionario pueda implicar a otros en el Partido Revolucionario Institucional, tal vez incluso al expresidente Enrique Peña Nieto, que gobernó el país de 2012 a 2018.
Ha habido conjeturas de que Lozoya, que ayudó a coordinar la campaña de Peña Nieto en 2012, usó dinero de sobornos para facilitar que su jefe fuera elegido.
Pero según documentos judiciales divulgados el lunes, Lozoya le pidió 4 millones de dólares a Odebrecht para la campaña del PRI en 2012, y luego se gastó la mitad en una propiedad a nombre de su esposa.
“A cambio de la ayuda prestada al Director Superintendente de Odebrecht para su posicionamiento en los Estados de Veracruz, Tamaulipas e Hidalgo, en el mes de marzo de 2012, el reclamado solicitó a aquel que realizase un pago a su favor para apoyar la campaña política del partido PRI”, según la Audiencia Nacional de España.
De abril a junio y en noviembre —los comicios se llevaron a cabo en julio_, la compañía depositó hasta 8 transferencias por un total de 4 millones de dólares en cuentas vinculadas a la familia de Lozoya, pero “parte de dicha cantidad se destinó el día 23 de agosto de 2013″ a la compra de un inmueble por 1.9 millones de dólares “en el Estado de Guerrero… por la esposa del reclamado Marielle Helen Eckers”, añadió la Audiencia.
Esa parece ser una referencia a una propiedad en la localidad turística de Ixtapa-Zihuatanejo, en la costa del Pacífico, que fue incautada brevemente por las autoridades.
Aparentemente el 2013 fue un año lucrativo para Lozoya. En los documentos judiciales se afirma que Odebrecht presuntamente le ofreció 6 millones de dólares en sobornos con el fin de que le consiguiera un contrato para renovar una antigua refinería. A la larga la firma brasileña le habría pagado 5 millones de dólares.
La empresa Altos Hornos de México, que posteriormente le vendió a Pemex una planta de fertilizantes a un precio inflado cuando Lozoya dirigía esta última, presuntamente le pagó 3.4 millones de dólares en 2012. Una vez más, el exfuncionario utilizó 2.58 millones de ese dinero para adquirir una propiedad en un elegante vecindario de la Ciudad de México.
Lozoya, que dirigió Pemex de 2012 a 2016 durante el Gobierno de Peña Nieto, siempre ha negado haber cometido delito alguno, pero huyó de México y estuvo prófugo un mes en el extranjero. La policía española lo arrestó en la ciudad sureña de Málaga en febrero.
–Con información de EFE.