Pero una medida de alivio de un sistema centenario establecido por el propio Rodin permite que el museo venda hasta 12 réplicas de esculturas selectas cada año. Los bronces se funden en talleres especiales en un proceso supervisado por el museo y son adquiridos por galerías de arte, coleccionistas privados y otros museos.
Por Arno Pedram
PARÍS, Jul 07 (AP).- A diferencia de otros museos afectados por el coronavirus, el Museo Rodin de París podría tener un as bajo la manga para superar la crisis: puede vender ediciones limitadas de las obras maestras del escultor francés.
El museo autofinanciado dedicado a la obra de Auguste Rodin enfrenta una montaña de desafíos. Los turistas escaseaban cuando reabrió sus puertas el martes tras cuatro meses de cierre por la pandemia, y el retorno a sus días de gloria parece lejano. Carteles pidiendo donaciones ahora forran sus paredes.
Pero una medida de alivio de un sistema centenario establecido por el propio Rodin permite que el museo venda hasta 12 réplicas de esculturas selectas cada año. Los bronces se funden en talleres especiales en un proceso supervisado por el museo y son adquiridos por galerías de arte, coleccionistas privados y otros museos. Los invaluables originales de Rodin están principalmente tallados en mármol.
Las ventas han ayudado a que sus obras tengan alcance mundial, pero hasta ahora, han producido resultados inconsistentes. Dado un déficit presupuestario anticipado de 3 millones de euros (3.4 millones de dólares) este año debido a la pandemia, el museo quiere convertir las ventas de bronces en una fuente de ingresos más grande y regular.
Por este motivo está expandiendo su catálogo y contactando nuevos mercados. Ya vendió todas sus copias para este año de “El pensador” y “Los burgueses de Calais”, dos de las obras más conocidas del escultor.
La directora del museo, Catherine Chevillot, dijo el martes que ya han vendido réplicas de Rodin por 1.4 millones de euros en lo que va de año. En una entrevista con The Associated Press, Chevillot dijo que la meta del museo es asegurar 3 millones de euros anuales con las ventas de estos bronces, un cuarto de su presupuesto.
Los precios de las esculturas pueden costar entre 50.000 y millones de euros, por los que se requiere de algunas ventas grandes o de muchas pequeñas para lograr la meta.
“Nuestro reto no es vender más sino vender más regularmente”, dijo Chevillot. Porque “algunos años vendemos de 6 a 9 millones de euros en esculturas y otros nada”.
El museo ha vendido un total de 5 mil réplicas en los últimos 100 años. Muchas han ido a compradores en Europa y Estados Unidos, pero las ventas en esos mercados tradicionales ha decaído en años recientes. El museo ahora ha puesto la mira en Asia, Latinoamérica y países del Medio Oriente en busca de nuevos clientes.
Además, Chevillot dijo que el museo ha cuadruplicado el número de obras que tiene permitido producir, de 30 a 120. También busca nuevas sociedades, incluyendo una con la Galería Gagosian en Estados Unidos.
Rodin donó todas sus obras al Estado francés y esto permitió la creación del museo, ubicado en medio de un jardín tranquilo lleno de originales de Rodin a la sombra del monumento de Les Invalides con su domo dorado en París.
El museo solía atraer a unas 2 mil 500 personas al día durante los meses de verano, en su mayoría estadounidenses. Este año, con las fronteras de Europa cerradas a Estados Unidos y muchos otros países por el coronavirus, se prepara para una caída en sus visitantes de hasta 80 por ciento.
También espera una reducción en sus ingresos por eventos especiales este verano, pues las bodas y las grandes reuniones corporativas siguen suspendidas por los riesgos del virus.
Esto significa que incluso con las eventuales ventas de bronces, el futuro del Museo Rodin es incierto tras algunos años difíciles para los sitios turísticos en la capital francesa.
“Es el tercer año que las cosas se ponen difíciles. El primero fueron las manifestaciones de los chalecos amarillos, el segundo las huelgas y este año la crisis (por el virus)”, dijo Chevillot. “Cada año usamos de nuestras reservas, así que no me gustaría que haya un cuarto y un quinto año (difíciles)”.