A Christian Alfonso le apasionaba la danza folclórica. Quería ser veterinario, pero tuvo que iniciar la carrera para convertirse en maestro rural porque los recursos no alcanzaban para su sueño. Abordó un autobús rumbo a Iguala, Guerrero, en septiembre de 2014. Hasta hoy su familia tuvo respuestas sobre su paradero.
Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– Christian Alfonso Rodríguez Telumbre tenía 19 años la noche en la que desapareció junto a 42 de sus compañeros en Iguala, Guerrero. Tuvo que pasar casi un lustro para que su familia al fin tuviera respuestas.
Los anteojos negros que usaba Christian, parecidos a los del álter ego de Superman, hicieron que lo llamaran “Clark”, escribió Patricia Sotelo en un perfil compartido por el Centro Prodh. Era un joven alto, moreno y de ojos negros. Entró a la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa para ayudar a su familia.
A Christian Alfonso, originario de Tixtla, Guerrero, municipio en el que se ubica la Normal Rural de Ayotzinapa, le apasionaba la danza folclórica. Su tiempo libre lo usaba para ensayar con el grupo Xochiquetzal.
El joven quería ser veterinario, pero tuvo que iniciar la carrera para convertirse en maestro rural porque los recursos no alcanzaban para su sueño.
Christian fue hijo de Clemente Rodríguez y Luz María Telumbre. Su padre ha sido una de las voces del movimiento de las 43 familias que comenzaron a buscar a los jóvenes desaparecidos en septiembre de 2014.
Clemente pidió durante cada manifestación que la lucha continuara viva hasta saber el paradero de su hijo y de los otros 42 muchachos. “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, fue su canto durante años.
Las autoridades mexicanas identificaron este martes los restos de uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa casi seis años después de la tragedia, en un hecho que acabaría con la versión oficial del Gobierno anterior y que, de paso, abre camino a la certeza.
Con Ayotzinapa como uno de grandes pendientes a resolver en un país azotado por la violencia y la inseguridad, en diciembre de 2018, recién iniciado su Gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó la creación de una Comisión de la Verdad y la Justicia.
En junio de 2019, la Fiscalía General de la República (FGR) estableció una unidad especial autónoma e independiente a cargo de Omar Gómez Trejo, un defensor de derechos humanos con experiencia en el caso y cuya designación tuvo el respaldo de los familiares de las víctimas.
En febrero de 2020, ordenó reponer la investigación del caso Ayotzinapa con ayuda de la FGR y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Un mes después, firmó un acuerdo con la Corte y la FGR para esclarecer la desaparición de los estudiantes. “Hicimos el acuerdo porque hay una necesidad de aclarar lo sucedido y se tiene que saber la verdad”, dijo hoy López Obrador en su conferencia de todos los días.
Y hace una semana, la FGR ordenó detener a 46 funcionarios del sureño estado de Guerrero por su presunta relación con la desaparición de los estudiantes en una nueva etapa de la investigación que pretende tumbar la llamada “verdad histórica” construida por el Gobierno anterior de que los estudiantes fueron quemados en un basurero.
Además, se logró la detención de José Ángel Casarrubias Salgado, alías “El Mochomo”, uno de los presuntos líderes del cartel Guerreros Unidos, involucrado en la desaparición de los jóvenes.
TERCER IDENTIFICADO
Fue Gómez Trejo quien este martes informó sobre la identificación de los restos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 2014.
Rodríguez Telumbre es el tercer estudiante identificado por el Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck (Austria), pues durante la investigación del Gobierno anterior se hallaron restos de Alexander Mora y de Jhosivani Guerrero, también desaparecidos.
Gómez Trejo explicó que se identificó al estudiante mediante restos de su cuerpo encontrados en el municipio de Cocula, pero lejos del basurero donde, según la criticada versión oficial, fueron incinerados.
Además, los restos fueron analizados también por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y los resultados coincidieron también en que los restos pertenecían a una “extremidad inferior” del joven.
“El EAAF analizó el dictamen y concuerda con sus resultados. Además, realizó un dictamen de genética complementario, con cálculos estadísticos adicionales sobre probabilidad de parentesco y genética poblacional que arroja un porcentaje de parentesco superior al 99.99 por ciento”, apuntó en un comunicado el EAAF.
–Con información de EFE.