El coronavirus que se originó en Wuhan no es el mismo al que hay en la actualidad, y este parece ser más dominante y con una carga viral mayor.
Por Adrián Córdoba
Ciudad de México, 7 de julio (AS México).- El coronavirus está demostrando ser muy letal, y el más de millón de muertes registradas hasta el momento, lo corrobora. Sin embargo, el coronavirus que se originó en Wuhan no es el mismo al que encontramos hoy. Las 30 mil letras grabadas en su genoma son distintas a las del genoma de ahora, y eso puede acarrear consecuencias.
Un simple cambio en la posición 23 mil 403 del genoma; el cambio de una letra A por una G. Única y exclusivamente eso puede explicar incluso una enfermedad genética letal. Se trata de un cambio que puede traer problemas.
Bette Korber, bióloga estadounidense, junto a su equipo, ha observado cómo la variante G614 se ha impuesto a la D614 -anterior- en la mayoría de lugares de todo el mundo. Los datos en los hospitales apuntan a que esta nueva variante se multiplica más en la garganta, aunque la enfermedad no es más grave. Bette Korber señala que esta variante tiene “una ventaja adaptativa”.
¿QUÉ SUPONE ESTE CAMBIO DE LA VARIANTE D614 A LA G614?
Este cambio de letra se encuentra en la región donde se hallan las instrucciones para fabricar las proteínas de la espícula del coronavirus, las protuberancias que le dan esa forma de maza medieval y que sirve como llave para entrar en las células humanas. Este cambio puede suponer un problema, pues las vacunas experimentales que se han ido avanzando, parten del virus de Wuhan, y si la proteína no muta lo suficiente, las vacunas podrían no ser útiles.
NEWS: New data shows mRNA-1273, an investigational vaccine developed by #NIAID and @moderna_tx, protects mice from infection with #SARSCoV2. The findings are available on the preprint server bioRxiv and are not yet peer-reviewed. https://t.co/BATSl9HiIN pic.twitter.com/3kKOeS6daY
— NIAID News (@NIAIDNews) June 12, 2020
Laura Carrilero, veterinaria española de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), ha analizado a 999 pacientes de un hospital local para comprobar los genomas de la actual variante, llegando a la conclusión de que ésta tiene una mayor carga viral. “Parece que la mutación beneficia al virus. Es muy importante mantener una vigilancia de su evolución, sobre todo ahora que se busca una vacuna que sea efectiva”, señalaba Laura Carrilero. No es la única que apunta a esta conclusión, sino que otra investigación, con otros 800 pacientes de Washington, sigue la misma línea.
David Pulido Gómez, biólogo de la Universidad de Oxford (Reino Unido), se encuentra trabajando en la vacuna experimental más avanzada hasta el momento, y ha señalado que: “Esta mutación se encuentra fuera de los dominios donde los anticuerpos neutralizarían al virus. En ese sentido no veo problema. Lo que es alarmante es que si los niveles del virus son mucho más altos, se necesitaría que las vacunas generasen mayores niveles de anticuerpos, y eso puede ser un gran problema”. Por contra, Iñaki Comas, biólogo del CSIC, cree que el virus no necesita mutaciones para ser más efectivo.
¿POR QUÉ ES MÁS DOMINANTE ESTA NUEVA VARIANTE?
Para empezar, la variante ha surtido hasta tres mutaciones que se asocian al cambio de letra en la posición 23 mil 403 del genoma. La primera llegó el 20 de febrero en Italia, llegando al mes de marzo con un 10 por ciento cambiado; la segunda mutación se dio en marzo, con un 67 por ciento de 15 mil genomas analizados; y entre abril y mayo ya representaba el 80 por ciento, según los datos de la revista científica Cell. Cabe destacar que la variante G614 comenzó en Europa, y se fue expandiendo en Norteamérica, Oceanía y Asia.
El equipo de Bette Korber señala que esta nueva variante es más dominante puesto que se multiplica más en las células humanas, ayudando así a su transmisión. “Durante el periodo en el que la G614 se convirtió en la variante dominante en el mundo, el número de introducciones a otros países desde China -con la D614- disminuyó, mientras que las de Europa aumentaron”, señalaba la viróloga Angela Rasmussen, el microbiólogo, Nathan Grubaugh, y el epidemiólogo, William Hanage, para la revista Cell. Esto se ve con la situación actual de Estados Unidos, donde más vidas se están cobrando por el coronavirus. Además, los tres investigadores añaden que aún quedan muchas preguntas sin resolver acerca de esta nueva variante.
