Los mexicanos son los que más horas trabajan al año entre los habitantes de los 34 países que conforman la OCDE, aunque eso no significa que sean más productivos, de acuerdo con el informe “Perspectivas para el Empleo 2016 e Igualdad de Género en la Alianza del Pacífico” presentado por el organismo internacional. Por ejemplo, el PIB nacional en 2015 se ubicó en mil 144 billones de dólares, mientras que el de Alemania, donde los trabajadores laboran menos horas, su PIB fue de 3 mil 355 billones de dólares. El documento vuelve a advertir sobre la grave situación que encaran los jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian o trabajan, especialmente de aquellos que no terminaron la educación secundaria, que en México representan más del 50 por ciento.
Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– A pesar de que los mexicanos son quienes más horas trabajan al año de entre los habitantes de los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con dos mil 246 horas, superior a la media que es de mil 766 horas, no necesariamente redunda en una mayor productividad, de acuerdo con el informe “Perspectivas para el Empleo 2016 e Igualdad de Género en la Alianza del Pacífico”.
El documento, presentado este jueves por la organización, concluyó que los países más prósperos trabajan menos horas y advirtió que 22 por ciento de los jóvenes mexicanos entre 15 y 29 años son “ninis”, es decir, ni trabajan ni estudian, esta cifra es superior al nivel promedio de la organización que es de 15 por ciento.
Sin embargo, este jueves el Presidente Enrique Peña Nieto celebró la meta de 2 millones de empleos formales durante su administración y destacó que su Gobierno ha abierto más espacios laborales para los jóvenes, donde uno de cada tres empleos son ocupados por ellos.
De acuerdo con la organización con sede en París, la estructura de la economía de cada país y la composición sectorial también afectan al número de horas.
En México, en promedio cada habitante labora 2 mil 246 horas anualmente o 280 días, suponiendo jornadas de 8 horas, colocando al país a la cabeza de la tabla en cuanto a horas de trabajo por habitante, le siguen Costa Rica (2 mil 230 horas), Corea del Sur (2 mil 113) y Grecia (2 mil 42), el país europeo en el que más horas se trabaja.
En el otro extremo se encuentra los países desarrollados, los trabajadores alemanes son los que menos trabajan, sumando mil 371 horas laborables al año o 171 días considerando jornadas de 8 horas. Holanda (mil 419 horas), Noruega (mil 424) y Dinamarca (mil 457).
El documento revelado hoy por la OCDE con datos de 2015, detalló que trabajar más horas no redunda en mayor productividad como el caso de México.
Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en 2015 de los mexicanos, medido en dólares, se redujo 12.8 por ciento, al pasar de 10 mil 831 dólares, a 9 mil 445 dólares. Mientras que a nivel nacional, el PIB se ubicó en mil 144 billones de dólares.
En comparación con Alemania, donde los trabajadores laboran menos horas, su PIB fue de 3 mil 355 billones de dólares.
En promedio, los habitantes de los países que conforman la OCDE trabajan mil 766 horas al año, donde 22 países están por debajo de la media.
El Banco Mundial indica que el PIB pércapita es el producto interno bruto de un país dividido entre la población y sirve para mediciones como las de riqueza y bienestar. Se pone en dólares para un mejor comparativo a nivel mundial.
De acuerdo con Gabriela Ramos, directora de Gabinete de la OCDE, México reporta una “situación complicada y preocupante” en materia laboral, pues los salarios cayeron, en promedio, uno por ciento de 2007 a 2015 y la tasa de empleo no ha recuperado los niveles que reportó antes de la crisis de 2008.
“Dos terceras partes de los países de la OCDE aún no han recuperado sus niveles de empleo durante la pre-crisis, incluyendo México, y los salarios cayeron uno por ciento de 2007 al 2015”, dijo en videoconferencia desde París al comentar el informe “Perspectivas para el Empleo 2016 e Igualdad de Género en la Alianza del Pacífico”.
En el último trimestre de 2015, sólo el 58 por ciento de la población de mexicanos entre 15 y 65 años estaba empleada, en contraste con el 61 por ciento reportado a finales de 2007 y 60 por ciento para los países de la OCDE al cierre del año pasado.
Este jueves, el Presidente Enrique Peña Nieto celebró la meta de 2 millones de empleos formales durante su administración. De acuerdo con la Presidencia, es el registro más alto en un gobierno, desde enero de 1982.
“Es cuatro veces mayor a lo reportado en el gobierno anterior, 498 mil 941, en el mismo periodo.
“La generación de empleos es resultado de un crecimiento sostenido de la economía, en los primeros tres años, que ha sido 2.05 por ciento”, expuso durante el acto protocolario en una de las instalaciones de Bosch en el Estado de México.
El Ejecutivo federal destacó que su Gobierno ha abierto más espacios laborales para los jóvenes.
“Uno de cada tres empleos, 36 por ciento es para jóvenes”, dijo.
Aunque la OCDE destacó que en México el desempleo ha disminuido desde finales de 2009, ubicándose por debajo de la media de la organización, advirtió que 22 por ciento de los jóvenes entre 15 y 29 años son “ninis”, es decir, ni trabajan ni estudian, esta cifra es superior al nivel promedio de la organización que es de 15 por ciento.
“Estos jóvenes corren un alto riesgo de quedar desconectados del mercado laboral y la verdad es una tragedia, porque tener a estos chicos perdiendo las capacidades que puedan haber formado en la educación formal y además sin tener conexión con actividades económicas que puedan permitirles seguir capacitándose y contribuyendo al desarrollo, pues los tenemos perdidos”, explicó Ramos.
Además, mencionó, México está “muy, muy atrás” en el tema de empoderamiento económico de las mujeres, ya que tiene la segunda tasa de participación laboral femenina más baja de la OCDE, solo superada por Turquía y la más baja entre los países de la Alianza del Pacífico.
En materia de salarios, la directora del gabinete de la OCDE detalló que en México cayeron 1.0 por ciento de 2007 a 2015, además expuso que hay una dinámica que no permite generar mejores perspectivas para las familias respecto de sus ingresos.
Ramos señaló que una de las razones que explica los rezagos en materia de empleo en México es la baja productividad laboral, así como la alta informalidad, pues la gran mayoría de los mexicanos están ocupados en ese sector.
“El empleo informal, que prevalece en algunos países de la Alianza del Pacífico, afecta de forma particular a las mujeres, pues tienen más probabilidades que los hombres de tener un empleo informal, por ejemplo, en el primer trimestre de 2016, en México el 49.7 por ciento de los hombres tenía empleos informales, frente a 57.2 por ciento de las mujeres, cifra que ha variado poco durante la última década”, puntualizó.
La OCDE informó que los niveles de empleo van mejorando lentamente en las economías avanzadas, pero los salarios siguen siendo bajos.
“La tasa promedio de ocupación en la OCDE volverá en 2017 a niveles similares a los de antes de la crisis, aunque aún se debe hacer más para mejorar la calidad del empleo y la desigualdad de oportunidades, especialmente para los jóvenes”, dijo el organismo.
En el informe de Perspectivas de Empleo 2016, presentado simultáneamente en Tokio y otras ciudades del mundo, la OCDE explicó solamente un 58.6 por ciento de la población activa de la OCDE estaba empleada, 2.2 puntos porcentuales menos que antes de la crisis en 2007, que equivalían a 20.3 millones de empleos. A finales de 2015, esa brecha se había reducido a 5.6 millones de empleos.
El desempleo medio en la OCDE se sitúa en el 6.5 por ciento y sigue cayendo, aunque el organismo prevé que para final de 2017 se sitúe en torno al 4.9 por ciento, aún 6 décimas por encima del último trimestre de 2007.
En este punto, se destaca la desigualdad entre miembros con países que tienen un paro inferior al 4 por ciento, como Japón, Corea del Sur o Islandia, y otros con tasas que superan el 20 por ciento, como Grecia y España.
El informe vuelve a advertir sobre la grave situación que encaran los jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian o trabajan, muchos de los cuales viven en hogares en los que ningún familiar trabaja y que se arriesgan a estar “permanentemente marginados” del mercado laboral.
Especialmente grave es la situación de aquellos que no terminaron la educación secundaria, que son el 38 por ciento de ese colectivo en la OCDE y más del 50 por ciento en lugares como España o México, donde uno de cada cinco jóvenes en edad laboral ni tiene empleo ni se está formando.
El texto indica que este grupo requerirá de “asistencia específica” para poder mejorar sus perspectivas futuras.
Por otro lado, el 11.2 por ciento del mercado de empleo de la OCDE se basó a final de 2015 en contratos temporales, mientras que el 18.7 por ciento es a tiempo parcial, volúmenes que tras recuperarse ya están prácticamente en los mismos niveles de 2007.
La calidad del empleo en cuanto a ambiente laboral y condiciones salariales no se ha resentido “sistemáticamente” por la crisis, aunque en el caso de este último apartado se debe a que la disminución de sueldos en términos nominales se ha visto compensada por las caídas de precios en la OCDE.
La tercera categoría para ponderar la calidad del empleo es la de “seguridad en el mercado laboral”, en la que el organismo valora el riesgo de paro y el grado de cobertura pública por desempleo y que es la que salió peor parada tras la recesión global.
En este tercer apartado los que peor puntúan son, con mucha diferencia, Grecia y después España.
A ellos se suman Italia, Hungría, Polonia, Portugal, Eslovaquia y Turquía como los países OCDE con empleo de menor calidad, ya que presentan datos negativos en al menos dos de los tres apartados mencionados.