En su ya popular cuenta de Twitter, donde acumula 744 mil seguidores, durante los primeros días de su mandato –y en medio de la crisis migratoria–, el nuevo mandatario salvadoreño no parece preocupado. Su perfil en Twitter se ha convertido en una plataforma de diálogo con sus funcionarios, quienes le responden por esa misma vía a sus peticiones de despidos.
–Con información de Associated Press, EFE y Europa Press
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).– “Oficialmente soy el Presidente más cool del mundo”, dice un Tuit fijado de Nayib Bukele, el nuevo mandatario de El Salvador, una nación asediada por las pandillas y la pobreza, considerada como una de las más violentas del mundo y que expulsa a muchos de los migrantes que cruzan México para llegar a Estados Unidos.
El Jefe de Estado responde mensajes de tuiteros, bromea con youtubers, retuitea a sus aplaudidores. Pero la crisis migratoria que se vive en toda la región todavía no llama su atención.
Durante su primer discurso como Presidente, el pasado 1 de junio, Bukele, un empresario de 37 años, señaló que su país “es como un niño enfermo al que toca darle medicina amarga”. Pero hasta el momento no ha explicado a qué se refería con esta medida.
México se encuentra en una ardua negociación con Estados Unidos, que lo presiona por detener el flujo migratorio proveniente principalmente de Centroamérica hacia su territorio –o de lo contrario le aplicará un arancel del 5 por ciento a todas sus importaciones el próximo lunes–. El Salvador es uno de los países que expulsa a esos migrantes. Pero esa agenda aparece en las prioridades del nuevo Presidente.
Un análisis de la periodista Sara Acosta, para la agencia EFE, detalla que a ocho días del cambio de Gobierno en El Salvador, aún se desconoce cómo Bukele, quien alcanzó la Presidencia bajo la bandera de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), abordará estos temas cruciales. Durante su primera semana, agrega, el mandatario se ha concentrado en erradicar el nepotismo de las entidades estatales, a pesar de los señalamientos en contra de su propio nepotismo en su actual gabinete. Un ejemplo de ello es el nombramiento de Miguel Kattán, tío del mandatario, como Secretario de Comercio de la Presidencia, un nuevo cargo creado por Bukele.
Bienvenidos al Roast de Jacobo Wong, enfrente de una nación!
El presidente de El Salvador me acaba de dar una orden presidencial ? pic.twitter.com/fHRIMkc4Vi
— Jacobo (@JacoboWong) 7 de junio de 2019
DESPACHA DESDE TWITTER
Publicista de 37 años de edad y origen palestino, comenzó su carrera política en 2012 como Alcalde de la pequeña localidad de Nuevo Cuscatlán, pero se hizo conocido a nivel nacional gracias a los tres años que pasó como jefe de Gobierno de la capital salvadoreña. Ha pasado por varios partidos políticos, incluido el izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) que hoy aborrece y GANA, una formación conservadora cuyo pilar es la lucha contra la corrupción.
Bukele ya era un habitual de las redes sociales antes de dar el salto a la arena nacional, si bien intensificó su uso de cara a las elecciones presidenciales del pasado 3 de febrero, hasta el punto de que se ausentó de los medios tradicionales y centró su campaña en Internet, donde llegó a publicar una ecografía.
Nayib Bukele ha comenzado a llamar la atención en su país y al exterior por su peculiar manera de gobernar. Esta semana ordenó el despido de una serie de funcionarios que eran familiares del ex Presidente Salvador Sánchez Cerén, todo a través de su cuenta de Twitter. Con tuits ordenó a los ministros de Justicia y Seguridad Pública, Vivienda, y de Trabajo, así como a los directores de dos instituciones gubernamentales, que removieran inmediatamente de sus puestos a dos hijos, cuatro nietos y la nuera de Sánchez Cerén.
Desde que tomó posesión del cargo, el pasado 1 de junio, su forma de comunicar la política no ha cambiado. Ha informado por esta vía de nuevas medidas, nombramientos y despidos y responde a los comentarios de otros usuarios. “Se les ordena a todos darle ‘like’ y así ser el presidente de Twitter”, ha bromeado.
A pocas horas de jurar como mandatario de El Salvador el fin de semana, Bukele ordenó vía Twitter el domingo a la fuerza armada retirar de inmediato el nombre del coronel Domingo Monterrosa del cuartel de la Tercera Brigada de Infantería en San Miguel, por estar acusado de crímenes de lesa humanidad.
Su perfil en Twitter se ha convertido también en una plataforma de diálogo con sus funcionarios, quienes le responden por esa misma vía a sus peticiones de despidos. “Ahorita mismo”, “De inmediato señor Presidente”, le escriben.
“Se le ordena a…”, se volvió en pocos días la frase más popular del mandatario. La cual también la ha utilizado para convivir con algunos youtubers. Como es el caso del mexicano Jacobo Wong quien el 5 de junio subió un video a YouTube donde habló sobre los despidos anunciados por el Presidente salvadoreño en Twitter.
Sin embargo, que las redes sociales se hayan convertido en el principal canal de comunicación del Gobierno no ha sido bien recibido por la oposición, tanto de derecha como de izquierda. “Esto no es una monarquía (…) Estamos en el siglo XXI, donde hay que respetar la institucionalidad”, ha dicho el presidente del Congreso, Norman Quijano.
NO HABLA DE MIGRACIÓN
Sin embargo, en su ya popular cuenta de Twitter, donde acumula 744 mil seguidores, durante los primeros días de su mandato y, en medio de la crisis migratoria que se ha registrado, el mandatario salvadoreño no ha hablado sobre el tema.
La migración irregular a Estados Unidos desde el Triángulo Norte de Centroamérica -que integran El Salvador, Guatemala y Honduras-, se ha incrementado en los últimos años por la violencia y los altos niveles de pobreza que afectan a esos países. En octubre de 2018 y este año han salido varias caravanas con miles de centroamericanos,con el afán de llegar a EU, lo que ha provocado que el Gobierno estadounidense reforzara su frontera y anunciara recortes en la cooperación con el Triángulo Norte por no impedir la salida de los migrantes.
El Presidente de El Salvador tampoco ha escrito en esa red social sobre las muertes de migrantes salvadoreños que se han registrado en los últimos días. Diversos medios de comunicación dieron cuenta el 5 de junio de un accidente en Texas, Estados Unidos, donde murieron seis migrantes salvadoreños que viajaban en una camioneta durante una persecución policíaca. Las lluvias provocaron que el auto cayera por una zanja.
Ni tampoco ha comentado la muerte de una joven salvadoreña transgénero que había solicitado asilo en Estados Unidos y murió pocos días después de que fue liberada de un centro de detención en el que, según activistas, los migrantes son maltratados. Johana Medina León falleció el sábado pasado en un hospital de El Paso.
NO HA HABLADO DE SEGURIDAD
El Salvador es asediado por las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), grupo al que Estados Unidos busca eliminar, Barrio 18 y otras minoritarias, que poseen 60 mil miembros distribuidos en más de 600 células a nivel nacional y a las que el Gobierno atribuye los índices de violencia del país.
De acuerdo con el análisis de la agencia EFE, al mandatario se le ha olvidado que los miembros de las principales pandillas que asedian los territorios más vulnerables de la nación, considerada como una de las más violentas del mundo, siguen siendo la lacra que no permite al país avanzar.
Aún se desconocen las medidas de seguridad que serán implementadas por el Ejecutivo o si se seguirá con los planes dejados por la Administración de Sánchez Cerén, en los se incluyó sacar a los militares a patrullar las calles.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza, señaló el martes pasado que se mantendrán, por orden de Bukele, a más 10.400 soldados en las calles, pese a las peticiones de las organizaciones sociales de desmilitarizar la seguridad pública.
Estos soldados se suman a unos 28 mil agentes de la Policía que están desplegados en todo el país centroamericano para erradicar la violencia generada por las estructuras Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias.
La designación de Arriaza como jefe de la corporación policial tampoco ha sido bien vista por diferentes sectores, entre ellos representantes de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador, quienes vinculan al nuevo director de la PNC con supuestas violaciones de derechos humanos perpetradas por unidades bajo su mando.
Entre los casos cuestionados a las unidades bajo el mando de Arriaza se encuentra la desaparición y asesinato de la agente Carla Ayala en una “fiesta navideña” del Grupo de Reacción Policial (GRP), disuelto en 2018, a manos de uno de sus miembros.
A lo anterior se suma que el nuevo mandatario tampoco ha dado pistas sobre las medidas a implementar para mejorar la economía del país, cuya perspectiva de crecimiento se redujo de un 2.6 por ciento a un 2.4 por ciento, inferior al 2.5 por cineto alcanzado en 2018.
Bukele –al frente de la derechista Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA)– ganó la elección con 53.2 por ciento de los votos, con lo que superó a Carlos Calleja, postulado por una coalición de cuatro partidos conservadores encabezados por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) que gobernó el país de 1989 a 2009.
Bukele debutó en la política en 2012 de la mano del FMLN, cuando fue electo alcalde del pequeño municipio Nuevo Cuscatlán, y en 2015 ganó la alcaldía de San Salvador. Sin embargo, sus constantes críticas públicas a la dirigencia del Frente y al mismo presidente Sánchez Cerén terminaron con su expulsión bajo acusaciones de violentar los principios del partido.
Ahora debe enfrentar los graves problemas que abaten a El Salvador: La violencia galopante generada en gran parte por las maras o pandillas que tiene presencia en todo el país, el desempleo, la corrupción y la impunidad.