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Tumbas, pobreza y miedo: 22 FOTOS de la Amazonia a las ciudades de Brasil, nuevo foco de la pandemia

07/05/2020 - 3:23 pm

Periodistas de The Associated Press recorrieron Brasil para capturar la agonía de los brasileños a causa de la pandemia de la COVID-19, pese a que el Presidente Jair Bolsonaro asegura que el virus “es una gripecita”. El Ministro de Salud de Brasil aseguró que es necesitan bloqueos para evitar la propagación del virus en el país.

Por Alan Clendenning y Diarlei Rodrigues

Río de Janeiro, Brasil, 7 de mayo (AP).- Desde Manaos, en la Amazonía, hasta las aparentemente interminables ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, las tumbas recién excavadas llevan semanas ocupándose rápidamente con los cuerpos de los brasileños que sucumbieron a la COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.

Desde el mes pasado, la pandemia golpea con tanta fuerza algunas ciudades que sus autoridades no estaban preparadas para verse desbordadas por los cadáveres, a pesar de que los gobiernos regionales impusieron medidas para frenar la propagación del virus.

Por su parte, el Presidente del país, Jair Bolsonaro, criticó el cierre de los negocios como algo más perjudicial que el propio virus. La primera cuarentena no se decretó oficialmente hasta esta semana, cuando el número de fallecidos ya superaba los 7 mil.

A medida que el conteo de víctimas mortales subía, fotógrafos y videoperiodistas de The Associated Press recorrieron el país más grande y poblado de Latinoamérica para capturar la agonía de los brasileños en cementerios, hospitales y en una prisión con un motín, además de en ceremonias religiosas y en el interior de sus casas llorando a sus familiares muertos.

Pasaron días recorriendo los estrechos callejones de las favelas brasileñas, donde más de 11 de los 211 millones de habitantes del país viven hacinados en unas condiciones que los expertos temen que pudieran empeorar por el coronavirus.

Enterradores, vestidos con equipos de protección, preparan una tumba en el cementerio Nossa Senhora Aparecida para una mujer que se cree que murió por la COVID-19, en Manaos, en el estado brasileño de Amazonas. Foto: Edmar Barros, AP
En esta imagen, tomada el 3 de mayo de 2020, la icónica estatua del Cristo Redentor iluminada como si llevase una mascarilla y con la frase “Mascarillas salvan” (en portugués), durante la pandemia del coronavitus, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Leo Correa, AP

En una favela de Río, Leticia Machado, una manicurista de 31 años de edad, y su esposo, que solo tiene empleos ocasionales, llevan sin trabajar desde el inicio de las restricciones en la ciudad. Dependen de la comida que les donan sus vecinos y un centro cultural cercano para alimentar a sus siete hijos.

Los hospitales de la ciudad están casi al máximo de su capacidad y sus trabajadores se quejan de que no tienen suficientes medicamentos básicos para tratar a los pacientes. En el centro público en el que la madre de Taina dos Santos, de 56 años de edad, trabajaba como asistente de enfermería hasta que falleció por el virus a finales del mes pasado, algunos se compraron sus propios equipos de protección .

Mientras los sepultureros, equipados con overoles blancos con capucha, esperaban con sus palas en la mano en un cementerio en una colina, dos Santos se despedía del féretro de su madre.

“Lo dio todo por su trabajo hasta el final”, afirmó dos Santos.

En Sao Paulo, un fotógrafo de la AP captó hace un mes una imagen con cientos de tumbas recién excavadas que Bolsonaro calificó de “noticia falsa” y “sensacionalismo”. Cuando regresó esta semana, las sepulturas estaban llenas, como las docenas más abiertas desde entonces.

Familiares asisten a un entierro múltiple en el cementerio Nossa Senhora Aparecida, en Manaos, en el estado de Amazonas, Brasil. El cementerio realiza entierros en fosas comunes ante el elevado número de decesos por el COVID-19, dijo un funcionario. Foto: Edmar Barros, AP
Familiares rodean el cuerpo de Raimundo Costa do Nascimento, de 86 años, que murió en su casa por una neumonía, durante la pandemia del coronavirus, en el vecindario de Sao Jorge, en Manaos, Brasil. Según la familia, tuvieron que esperar 10 horas a que retirasen el cuerpo. Foto: Edmar Barros, AP

Bolsonaro, quien se ha referido repetidamente a la COVID-19 como “una gripecita” y se niega a usar mascarilla en actos públicos, ha sido criticado por los manifestantes que se asoman a las ventanas de sus departamentos para hacer sonar cacerolas y sartenes. El Presidente es el protagonista de un grafiti en una pared de Río en el que aparece con mascarilla con la palabra “cobarde” cubriéndole los ojos.

La opinión de Bolsonaro acerca del coronavirus enoja a Valter Azevedo Bonfim, cuya madre murió en el hospital de Río al que la llevó porque presentaba lo que él creía que eran los síntomas del virus.

“Mire cuántos autos fúnebres están saliendo, ¡y este tipo dice que es una gripecita!”, dijo en el exterior del centro. “Sale a hablar por televisión, le dice a la gente que salga a la calle. ¿Cómo podemos salir a la calle? ¡Mi madre salió a la calle y la enterré!”.

En Manaos, una ciudad de 2.2 millones de habitantes en la vasta región de la Amazonía, la oleada de muertes fue tan extrema que en un cementerio se abrieron zanjas como fosas comunes y en otro los ataúdes se apilaban unos sobre otros. Algunos querían enterrar a sus seres queridos mientras que otros optaron por la cremación.

En un vecindario humilde de clase obrera de la ciudad, Raimundo Costa do Nascimento, de 86 años de edad, murió en su casa rodeado de su familia y fue fotografiado con ocho de ellos mientras yacía muerto en la cama.

Una mujer mayor tira de un carro lleno de comida donada por una agencia no gubernamental durante la pandemia del coronavirus, en la favela Mandela, en Río de Janeiro, Brasil. Foto : Silvia Izquierdo; AP
Un voluntario lleva un paquete con jabón y detergente para repartir entre residentes en un intento por frenar la propagación del coronavirus, en la favela de Rocinha, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Leo Correa, AP

Tuvieron que esperar durante 10 horas a que fuesen a recoger el cadáver.

BLOQUES PARA FRENAR LA PANDEMIA

El Ministro de Salud de Brasil dijo el miércoles por primera vez que se necesitarán bloqueos para evitar la propagación del coronavirus en el país más poblado de América Latina, donde las muertes alcanzaron un nuevo máximo de más de 600 durante dos días seguidos.

Nelson Teich dijo a los periodistas que los bloqueos serán importantes para partes del país con altas tasas de infección y hospitales atestados con la llegada de más pacientes. No mencionó ciudades o estados específicos.

Los comentarios de Teich contrastan con los realizados en los últimos dos meses por el Presidente Jair Bolsonaro, quien calificó al virus de “gripita” y criticó los cierres de negocios ordenados por los gobernadores por ser más perjudiciales para la economía del país que el virus mismo.

Peluqueros, con mascarilla para protegerse del coronavirus, atienden a sus clientes en una barbería en la favela Mandela, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP
Un partidario del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que se tapa la boca con un pañuelo con la bandera de Estados Unidos, asiste una protesta contra el exministro de Justicia Sergio Moro y el Supremo Tribunal, frente al palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, Brasil. Foto: Eraldo Peres, AP

Teich asumió el cargo el mes pasado, cuando los casos del virus comenzaron a surgir en Brasil. Prometió salvar vidas y la economía y dijo en ese momento que él y Bolsonaro estaban de acuerdo.

Brasil es el país más afectado en América Latina por el coronavirus. Los expertos temen que la situación empeore, especialmente en los barrios pobres llamados favelas donde viven más de 11 millones de personas en condiciones de hacinamiento.

Más temprano, México dijo que comenzaría a analizar escenarios para reactivar algunas ramas de la industria que están ligadas con Estados Unidos, dijo el lunes el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

En los últimos días, su homólogo Donald Trump ha pedido con urgencia la reapertura económica en su país, mientras los mexicanos seguirán con limitaciones a los trabajos no esenciales al menos hasta el 31 de mayo debido a la pandemia.

El miércoles por la noche, México tenía más de 27 mil 600 contagios confirmados con, al menos, 2 mil 704 muertos, y sus autoridades sanitarias esperan que el pico llegue el viernes 8 de mayo en las zonas de mayor impacto, como la Ciudad de México.

Reos de la prisión Puraquequara, de pie sobre una torre de agua, protestan por las malas condiciones del penal y por las restricciones en las visitas de familiares adoptadas para frenar el coronavirus, en Manaos, Brasil. Foto: Edmar Barros, AP
Una mujer, que lleva una mascarilla para protegerse del coronavirus, reza iluminada por una farola en el exterior de la Iglesia de San Jorge, cerrada por el coronavirus, durante su fiesta, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP

En Bolivia, alcaldes de varias ciudades y pueblos se han quedado sin dinero para afrontar la pandemia y han reclamado ayuda urgente al Gobierno.

“Se acabó el dinero, ya no hay para pagar salarios de abril y no encontramos respuesta del Poder Ejecutivo”, dijo Moisés Salces, presidente de la Asociación de Municipios de Santa Cruz, la región del oriente más golpeada por el coronavirus.

La víspera, el Secretario de Salud de esa región, Oscar Urenda, dijo que los servicios sanitarios en esa ciudad están al borde de la saturación con más de un millar de contagios.

El Ministro de Salud, Marcelo Navajas, admitió que la demanda es tan alta que se están pagando sobreprecios para adquirir equipos. Al mismo tiempo el Gobierno afronta presiones para flexibilizar la cuarentena, que finaliza el 10 de mayo.

Por la noche, Navajas informó que la Cámara de Diputados aprobó el proyecto que aprueba que se incrementen de “manera excepcional, por la emergencia” los salarios del personal de salud, y que se contrate a más personal.

Un hombre pasa por delante de un mural con la imagen del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, colocándose una mascarilla con la palabra “cobarde” (en portugués) sobre los ojos, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP
El cuerpo de Luiz Carlos Da Rocha, de 36 años de edad, yace tendido en la calle donde cayó muerto, en la favela Alemao Complex, en Rio de Janeiro, Brasil. Tras más de 12 horas en la calle, el cuerpo de Da Rocha, quien según su familia sufría de epilepsia, no habíasido retirado por las autoridades. La policía militar dijo que debido a la pandemia del coronavirus, solo pueden retirar cadáveres en casos de muerte por violencia. Foto: Silvia Izquierdo, AP

Además expresó que se prevé que en 10 días se dupliquen los contagios en el país.

Poco después, su despacho informó que se registraron 84 casos nuevos en Bolivia, con lo que la cifra se elevó a mil 795 y 91 decesos.

Medios locales reportaron que, en la región cocalera del Chapare, en el centro del país, varios cocaleros bloquearon una carretera para exigir que se pague en su región el paquete de bonos de ayuda que designó el Gobierno y que se realicen lo antes posible las elecciones presidenciales. Los cocaleros de esta región tienen de líder al expresidente Evo Morales, que renunció tras una convulsión política social en octubre del año pasado.

En Argentina, donde hay 4 mil 756 infectados y 264 fallecidos, los casos de coronavirus en barrios marginales de Buenos Aires ascienden a cerca de 300 tras la confirmación en las últimas horas de nuevos diagnósticos positivos, informaron las autoridades capitalinas.

Los gobiernos de la nación y la capital llevaron a cabo un operativo de testeos en el Barrio 31, el asentamiento marginal más antiguo de la ciudad, y en otro barrio marginal de la vecina localidad de Quilmes.

Un empleado municipal desinfecta una zona de la favela de Rocinha en un esfuerzo por frenar la propagación del coronavirus, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP
Trabajadores de una empresa de agua desinfectan la escalera exterior en un esfuerzo para frenar la propagación del nuevo coronavirus, en la favela Vidigal, desde la que pueden verse los vecindarios de Leblon e Ipanema, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP

Por su parte, Naciones Unidas anunció esta semana que su Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está trabajando para ofrecer 15 mil tests de coronavirus a Honduras. Las pruebas serían en parte para los migrantes que regresan al país desde Estados Unidos.

Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, dijo que desde marzo Estados Unidos ha devuelto unos 100 migrantes al día al país centroamericano. Desde el inicio de la pandemia, la OIM ha donado a Honduras más de mil 550 kits de higiene y equipamiento para 770 refugios.

En Colombia, el Presidente Iván Duque redujo la cuarentena obligatoria en varias regiones que no han sido afectadas por la enfermedad.

Para ello se está preparando un protocolo de seguridad sanitaria para unos 870 municipios que no han registrado casos de la COVID-19 “y no se va a permitir la llegada de gente que no sean de la misma región, para que estos municipios tengan al interior vida productiva y se restablezca la mayoría de sus actividades”.

Personal médico entrevistan a una persona en el interior de un auto para comprobar si padecen síntomas de coronavirus, en Guarulhos, a las afueras de Sao Paulo, Brasil. Foto: Andre Penner, AP
El bombero Elielson Silva toca la trompeta desde lo alto de una escalera para los residentes que están encerrados en sus casas por la cuarentena para frenar la propagación del coronavirus, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Leo Correa, AP

La Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez explicó que en seis de los 32 departamentos del país no ha habido casos y que con la reactivación de una parte de la economía se espera que la próxima semana unos 15 millones de colombianos vuelvan a la actividad.

En el país hay 8 mil 959 infectados y 397 fallecidos.

En Chile, veinte de las 32 comunas de la capital, donde viven ocho de los 18 millones de habitantes, quedarán bajo cuarentena obligatoria a partir del viernes porque concentran la mayoría de los 23 mil 48 contagiados, a los que se suman 281 fallecidos.

La mayoría de los alcaldes de Santiago, que pedían al unísono una cuarentena obligatoria, advierten los graves efectos del hacinamiento en las barriadas pobres que dificulta vivir encerrados y de la falta de ingresos para comer de los trabajadores informales

El Instituto Nacional de Estadísticas informó que entre enero y marzo los empleados informales alcanzaron un 28.9 por ciento, equivalente a unos 2.5 millones de personas, de una masa laboral de nueve millones. El estudio no toma en cuenta abril, mes en que los efectos de la pandemia azotaron con mayor fuerza al país, donde el desempleo subió de 7.5 a 8.2 por ciento.

Leticia Machado, una manicurista y madre de siete hijos que está desempleada por la pandemia del coronavirus, sentada en un banco en su casa en la favela de Turano favela, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP
Taina dos Santos (tercera por la izquierda) asiste al entierro de su madre, Ana María, una auxiliar de enfermería de 56 años que falleció por el coronavirus, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Leo Correa, AP

Por la noche, el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, informó que la cifra de contagiados se incrementó a 366. Dijo que cuatro nuevos casos se detectaron en el estado Bolívar y corresponden a viajeros que regresaron recientemente de Brasil.

Más tarde El Salvador informó que pondrá en vigencia una serie de medidas más severas para tratar de contener el avance del coronavirus en el país. Se restringirá la circulación de la mayoría de la población y sólo se podrá salir a comprar comida dos veces a la semana, en función del último número del Documento Único de Identidad (DUI).

El Ministerio de Salud también ordenó el cierre de más empresas, pero seguirán funcionado los bancos, supermercados, farmacias, ventas de granos básicos, gasolineras, empresas de servicio de telefonía y funerarias, entre otros. Los restaurantes sólo podrán operar con servicio a domicilio.

El decreto ejecutivo autorizó el servicio privado de persona, pero no podrá circular el transporte público de pasajeros.

El Salvador reporta 633 casos confirmados, 15 fallecidos y 219 recuperados.

En esta imagen, tomada el 30 de abril de 2020, la familia observa mientras los enterradores introducen el féretro con los restos mortales de Carmen Valeria, de 76 años y que se cree que murió por coronavirus, en un nicho, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP
Trabajadores de un cementerio, con trajes de protección contra la propagación del coronavirus, esperan mientras una familia entierra a un ser querido, en el cementerio de Vila Formosa, en Sao Paulo, Brasil, durante la pandemia. Foto: Andre Penner, AP

En Guatemala, cuatro menores deportados desde México luego de que intentaron llegar a Estados Unidos dieron positivo al nuevo coronavirus, confirmó el miércoles Anaeli Torres, directora de Protección Especial y Atención No Residencial de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, el organismo responsable del albergue donde estaban los infectados.

Según Torres, los menores llegaron a Guatemala con un certificado de México que decía que eran asintomáticos para coronavirus y que podían viajar y ser trasladados a un albergue. Pero al llegar al país, por protocolo, se les realizó el hisopado que constató que eran positivos a la enfermedad.

“A partir de que se identifican los casos, los adolescentes han sido trasladados a los servicios de salud correspondientes”, dijo Torres, que pidió a los vecinos de los albergues que no se estigmatice a los menores infectados. “Tienen derecho a retornar a su país y a una reunificación familiar digna”.

El Gobierno de Guatemala reportó que al menos 100 migrantes deportados desde Estados Unidos han dado positivo a la enfermedad.

Según el Gobierno, en el país hay 777 positivos por coronavirus y 21 muertos.

En América Latina se han registrado más de 257 mil 700 contagiados y más de 14 mil 700 muertos, con Brasil a la cabeza de las infecciones y decesos.

El coronavirus ha infectado a más de 3.7 millones de personas y causado la muerte a más de 263 mil en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.

El cocinero del hospital público Christian Antonio Castillo, de 27 años, se apoya en su automóvil, donde decidió dormir desde el lunes, para evitar poner en peligro a los otros miembros de su gran hogar, varios de los cuales son diabéticos, mientras pasa el tiempo fuera del hospital donde trabaja en el distrito de Iztapalapa, Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP
Soldados del ejército vestidos con equipo para protegerse del coronavirus se preparan el miércoles 6 de mayo de 2020 a desinfectar la Unidad de Terapia Intensiva Marechal Hermes mientras algunos pacientes aguardan a ser atendidos, en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Silvia Izquierdo, AP

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