La ONU dio a conocer, a través de un de un documento de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que la pandemia de la COVID-19 provocará la peor crisis económica en la historia de Latinoamérica, lo que propiciará el aumento del cultivo de drogas, como medio de subsistencia.
Viena, Austria, 7 de mayo (EFE).- La crisis económica derivada de la pandemia puede causar que muchas personas en Latinoamérica tengan que recurrir al cultivo ilegal de droga como medio de subsistencia, según advierte la ONU en un informe sobre cómo las medidas para combatir la COVID-19 están alterando el mercado mundial de drogas.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) incluye ese mensaje en “COVID-19 y la cadena de suministro de droga: de la producción al tráfico y consumo”, un trabajo publicado este jueves en Viena, donde ese organismo tiene su sede.
En el documento, la ONUDD señala que se espera que Latinoamérica “sufra la peor crisis económica de su historia”, con una contracción de la economía del 5.3 por ciento.
El documento se refiere, por ejemplo al 6.5 que podría caer la economía de México, el tercer productor de opio del mundo; o las caídas del 2.6, 4 y 3 que se espera sufran, respectivamente, Colombia, Perú y Bolivia, los tres países que producen prácticamente toda la coca del mundo.
Así, la ONUDD indica que se espera que el porcentaje de personas que viven bajo el umbral de la pobreza suba en la región del 30 al 34 por ciento, “principalmente debido al inadecuado sistema de protección social en la región”.
“Se espera que esta grave contracción económica y la consiguiente pérdida de empleos conduzcan a un aumento del número de hogares vulnerables que recurran a negativos mecanismos de adaptación, como cosechar cultivos ilícitos, si no hay disponibles otras opciones de generar ingresos”, alerta el organismo de la ONU.
La ONUDD indica que en Bolivia “la turbulencia política de 2019 y los recientes desafíos relacionados con la propagación de la COVID-19 parecen limitar la capacidad de las autoridades estatales para controlar el cultivo de arbusto de coca, lo que podría conducir a un aumento de su cultivo.”
Por contra, durante la pandemia las fuerzas de seguridad en Colombia han aumentado la presión sobre los narcos, cuya actividad se ha visto afectada por la falta de gasolina, que antes de introducía ilegalmente desde Venezuela.
También en Perú, la caída en el precio de la cocaína parece indicar que los grupos delictivos tiene problemas para traficar con la droga, lo que puede hacerles desistir de cultivar arbustos de coca a corto plazo.
Sin embargo, la ONUDD señala que “la inminente crisis económica puede conducir a más campesinos a aumentar o comenzar el cultivo de coca en todos los principales países productores de cocaína”.
El informe alerta de otro riesgo en esa ecuación de pandemia-pobreza-droga: que los narcos se aprovechen de la vulnerable situación de los más pobres para aumentar su prestigio.
Así, la ONUDD señala que se ha informado de que durante la pandemia cárteles mexicanos están regalando suministros dentro de sus territorios de influencia y usando “activismo social” para “ganarse la buena voluntad de la población local”.
“Se espera que el creciente desempleo, la bajada de los ingresos y los altos precios de los cultivos ilícitos (por ejemplo cocaína y heroína) hagan que la pertenencia a un cartel de la droga sea cada vez más atractivo”, señala la ONUDD.